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sábado, 25 de octubre de 2014

Capítulo ochenta y cinco

Días después...


Narra Santino:

Intentaba ser positivo. Confiaba en que lo que me había pasado era algo por lo que tenía que pasar. Creía que la vida me estaba preparando algo mejor. Alguna otra oportunidad. Algún cambio en mi vida que me hiciera crecer, que me llenara. Por momentos me deprimía, pero luego volvía a sonreír. Y contaba con todo el apoyo de mis amigos, mi familia y mi novia; que me mimaban a más no poder.                                                                                                                                                                      Me encontraba desayunando un café con leche con medialunas de manteca. En el día anterior me habían operado, y ya estaba empezando con la rehabilitación. Estaba con energía. No veía la hora de levantarme de esta silla de ruedas y volver a caminar. Pero sí, tenía que ir de a poco…todo a su debido tiempo. Mi celular sonó, notificándome que Bruno quería hablar conmigo por Skype. Una sonrisa iluminó mi rostro, no había manera de explicar lo que lo extrañaba.

“Hola amigo, ¿cómo estás? Te veo medio borroso. ¿Vos a mí me ves bien? ¿Se escucha?”

-Hola, crack. Te veo y te escucho perfecto. ¿Ahora me ves bien?- le dije enfocándome mejor.

“Ahora sí, genial. Estoy feliz, hermano. No sabes lo que es esto, es una fiesta. Supera todas mis expectativas”-me dijo con una cara de felicidad indescriptible.

-Me re alegro. Quiero saber todo. ¿Cómo la estás pasando? ¿Los compañeros? ¿Metiste muchos goles?- me interesé con entusiasmo.

“Espectacular todo, es una maravilla. La verdad que genial, y los compañeros re buena onda. Sí, obvio, metí varios goles, aprendo de vos, crack. ¿Vos cómo estás? ¿Ya te operaron?”

-Sí, ya me operaron. Ahora estoy con todo el tema de la rehabilitación, pero bien. Contento porque voy a volver a caminar, y eso es una re buena noticia. Obvio que me bajonea el no poder volver a tocar más una pelota de fútbol, pero no puedo hacer nada al respecto.

“Obvio que es una buena noticia que vuelvas a caminar. Hace todo lo que te digan los médicos y ponete bien, hermano. Y arriba el ánimo, todo va estar bien. Sabes que me hubiese encantado que compartas esta experiencia conmigo, y que claramente no es lo mismo sin vos, pero bueno. No aflojes, yo sé que podes salir adelante.”

-¡Hola Bruno!- gritó Emma, apareciendo.- ¿Cómo va todo por allá? Se te extraña.

“Ey, Emma. ¿Cómo andas? Yo bien, disfrutando de todo esto. Yo también los extraño. ¿A mi novia me la están cuidando?”

-Sí, Tania está un poco insoportable porque te extraña.-le contestó Emma y  se rio.- Igual ya falta poco para que vuelvas.-agregó y la cara de Bruno cambió.

“Emm, bueno, de eso les quería hablar. Me ofrecieron quedarme un mes más…”

Le estaba por responder pero se cortó la comunicación, y no pude volver a contactarme.

Narra Emma:

Cuando escuché que Santino se estaba comunicando con Bruno, algo me preocupé. Tuve miedo que al ver toda la emoción de Bruno y al contarle cómo estaba todo por allá, se deprimiera o le agarrara un ataque de bronca. Pero me sorprendió. Se lo tomó bastante bien y se mostró feliz por su mejor amigo. Mi mirada se encontró con  la suya y tuve la leve sensación que pudo leer mis pensamientos.

-Nunca sentiría ni envidia ni celos por Bruno. Es como mi hermano.-no sé cómo lo hacía, capaz yo era demasiado transparente.

-Lo sé, Santi.- le respondí.- ¿Vos decís que va a aceptar quedarse? –me interesé luego de un silencio.

-Calculo que sí, es una oportunidad única. No tiene que ni dudarlo.-me respondió.- ¿Por qué no aceptaría?

-Por Tania.-me apresuré a responder.- ¿O acaso te olvidaste que es la novia?

-No me olvidé, pero es un mes más.-me contestó.- Tampoco es para tanto.

Dejé el tema ahí porque no quería discutir. Sabía que cuando se trataba de Bruno y Tania nunca nos íbamos a poner de acuerdo. Era obvio que él iba a tirar para el lado de su mejor amigo, y yo para el de ella. Recordé que todavía no le había comentado una idea que hace unos días me venía rondando por la mente. Y supuse que ese era un buen momento.

-Tengo una propuesta para hacerte.-le dije mirándolo a los ojos con una sonrisa.

-¿Una propuesta subida de tono?-se interesó con mirada divertida, y le pegué en el brazo.

-Hablo en serio, amor.-protesté.- Es algo que a mí me gustaría compartirlo con vos, y creo que a vos te va a venir bien para esta nueva etapa.

-Te escucho.-me dijo dejando el celular y prestándome atención.

-¿Queres que hagamos un dúo?-le propuse con algo de miedo que rechazara.

-¿Hablas en serio?- me preguntó.

-Sí.-afirmé.- ¿Por? ¿No te gusta la idea? Yo creí que era una buena idea porque…-empecé a decir hablando rápido.

-Cálmate, loca.-me interrumpió riéndose.- No dije que no me gustaba. Es más, me encanta la idea. Me agrada la idea de hacer una de las cosas que más amo con la persona que más amo.-agregó dejando un beso sobre mis labios.

-Me alegro entonces.- le dije con una sonrisa.- Ah y tengo otra noticia, te va a encantar.-le dije yendo a buscar unos papeles en mi cartera.

-¿Esto es real?- me preguntó con los papeles en la mano, leyéndolos.

Hace unos días había recibido un llamado de una de las personas que se ocupó del concurso en el que participé cuando le dediqué una canción a Benjamín. No había ganado, por ende me olvidé del tema. Pero me dijeron que hacían otro y que querían que participara, ya que tenía talento. Iba a aceptar sin dudarlo, pero me vino la imagen de Santino a la cabeza, y me pareció buena idea donarle el lugar, así como él lo había hecho en su momento. El señor, luego de mis súplicas, aceptó inscribir a él en vez de a mí. Su rostro se iluminó al ver los papeles con su nombre, y sus ojos tenían un brillo especial.

-¿En serio hiciste esto por mí?- insistió.

-Sí, amor. Haría esto y mucho más por vos.-le respondí con ternura.-Además sé que lo necesitas más que yo, te va a hacer bien al alma.

-Gracias.-me dijo abrazándome.- Tengo la mejor novia del mundo.

Tania apareció para el horario del almuerzo. Últimamente pasaba bastante tiempo con nosotros, y creo que uno de los motivos era por la lejanía de Bruno. Supongo que no quería quedarse ni un segundo sin hacer nada para no ponerse a pensar, ni extrañarlo. Luego de comer, Santino se acostó a dormir una siesta. Y yo aproveché para hablar con mi mejor amiga en el living.

-Trato de pensar, pero no puedo.- soltó Tania.-Hoy hablé con Bruno y me contó sobre la posibilidad de quedarse un mes más allá.

-¿Y vos qué opinas sobre eso?- me interesé.- ¿Te molesta?

-No es que me moleste, pero no aguanto tenerlo tan lejos, lo extraño.-me respondió.- Encima me lo dijo muy entusiasmado y con una felicidad inexplicable.

-Igual es un mes más. Vas a ver que pasa rápido.

-Ahora es un mes, después va a ser otro mes, luego otro mes…y no va a volver más.-me contestó con la mirada ida.

-¿Y vos le hablaste de lo que sentís con toda esta situación?

-No.-dijo y suspiró.-Pasa que tampoco puedo ser tan egoísta de oponerme. Es el sueño de su vida. Y me pone contenta verlo tan bien. Pero no sé, tampoco lo voy a esperar toda la vida.-agregó y bufó.- Ay ya ni sé lo que estoy diciendo.

-Tranquila, no tienen por qué separarse.-la consolé.- Van a poder encontrar una manera de estar juntos.

Narra Santino:

Abrí los ojos y no pude creer lo que vi. Me tuve que refregar los ojos para asegurarme que no lo estaba soñando. Emma se hallaba en la habitación hablando muy amable y divertidamente con una amiga y compañera mía de la facultad. Ella había venido a traerme las cosas de la facultad y a ponerme al día con todas las clases que falté. Emma nos dejó solos y como si fuera poco, antes nos trajo algo para tomar. Estaba todo bien con que estaba dejando de ser la que era antes, por ende estaba más segura. Pero ya era demasiado que no tuviera ni una pizca de celos. Cuando mi compañera se retiró, apareció el padre de Emma que venía a visitarme, estaba preocupado y quería saber cómo estaba. Sí, todo era demasiado raro. Pero me gustaban las cosas así.

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