Narra
Santino:
Intentaba ser positivo. Confiaba en que lo que me había pasado
era algo por lo que tenía que pasar. Creía que la vida me estaba preparando
algo mejor. Alguna otra oportunidad. Algún cambio en mi vida que me hiciera
crecer, que me llenara. Por momentos me deprimía, pero luego volvía a sonreír.
Y contaba con todo el apoyo de mis amigos, mi familia y mi novia; que me
mimaban a más no poder.
Me
encontraba desayunando un café con leche con medialunas de manteca. En el día
anterior me habían operado, y ya estaba empezando con la rehabilitación. Estaba
con energía. No veía la hora de levantarme de esta silla de ruedas y volver a
caminar. Pero sí, tenía que ir de a poco…todo a su debido tiempo. Mi celular
sonó, notificándome que Bruno quería hablar conmigo por Skype. Una sonrisa
iluminó mi rostro, no había manera de explicar lo que lo extrañaba.
“Hola amigo, ¿cómo estás? Te veo medio borroso. ¿Vos a mí me ves
bien? ¿Se escucha?”
-Hola, crack. Te veo y te escucho perfecto. ¿Ahora me ves bien?-
le dije enfocándome mejor.
“Ahora sí, genial. Estoy feliz, hermano. No sabes lo que es
esto, es una fiesta. Supera todas mis expectativas”-me dijo con una cara de
felicidad indescriptible.
-Me re alegro. Quiero saber todo. ¿Cómo la estás pasando? ¿Los
compañeros? ¿Metiste muchos goles?- me interesé con entusiasmo.
“Espectacular todo, es una maravilla. La verdad que genial, y
los compañeros re buena onda. Sí, obvio, metí varios goles, aprendo de vos,
crack. ¿Vos cómo estás? ¿Ya te operaron?”
-Sí, ya me operaron. Ahora estoy con todo el tema de la
rehabilitación, pero bien. Contento porque voy a volver a caminar, y eso es una
re buena noticia. Obvio que me bajonea el no poder volver a tocar más una
pelota de fútbol, pero no puedo hacer nada al respecto.
“Obvio que es una buena noticia que vuelvas a caminar. Hace todo
lo que te digan los médicos y ponete bien, hermano. Y arriba el ánimo, todo va
estar bien. Sabes que me hubiese encantado que compartas esta experiencia
conmigo, y que claramente no es lo mismo sin vos, pero bueno. No aflojes, yo sé
que podes salir adelante.”
-¡Hola Bruno!- gritó Emma, apareciendo.- ¿Cómo va todo por allá?
Se te extraña.
“Ey, Emma. ¿Cómo andas? Yo bien, disfrutando de todo esto. Yo
también los extraño. ¿A mi novia me la están cuidando?”
-Sí, Tania está un poco insoportable porque te extraña.-le
contestó Emma y se rio.- Igual ya falta
poco para que vuelvas.-agregó y la cara de Bruno cambió.
“Emm, bueno, de eso les quería hablar. Me ofrecieron quedarme un
mes más…”
Le estaba por responder pero se cortó la comunicación, y no pude
volver a contactarme.
Narra Emma:
Cuando escuché que Santino se estaba comunicando con Bruno, algo
me preocupé. Tuve miedo que al ver toda la emoción de Bruno y al contarle cómo
estaba todo por allá, se deprimiera o le agarrara un ataque de bronca. Pero me
sorprendió. Se lo tomó bastante bien y se mostró feliz por su mejor amigo. Mi
mirada se encontró con la suya y tuve la
leve sensación que pudo leer mis pensamientos.
-Nunca sentiría ni envidia ni celos por Bruno. Es como mi
hermano.-no sé cómo lo hacía, capaz yo era demasiado transparente.
-Lo sé, Santi.- le respondí.- ¿Vos decís que va a aceptar
quedarse? –me interesé luego de un silencio.
-Calculo que sí, es una oportunidad única. No tiene que ni
dudarlo.-me respondió.- ¿Por qué no aceptaría?
-Por Tania.-me apresuré a responder.- ¿O acaso te olvidaste que
es la novia?
-No me olvidé, pero es un mes más.-me contestó.- Tampoco es para
tanto.
Dejé el tema ahí porque no quería discutir. Sabía que cuando se
trataba de Bruno y Tania nunca nos íbamos a poner de acuerdo. Era obvio que él
iba a tirar para el lado de su mejor amigo, y yo para el de ella. Recordé que
todavía no le había comentado una idea que hace unos días me venía rondando por
la mente. Y supuse que ese era un buen momento.
-Tengo una propuesta para hacerte.-le dije mirándolo a los ojos
con una sonrisa.
-¿Una propuesta subida de tono?-se interesó con mirada
divertida, y le pegué en el brazo.
-Hablo en serio, amor.-protesté.- Es algo que a mí me gustaría
compartirlo con vos, y creo que a vos te va a venir bien para esta nueva etapa.
-Te escucho.-me dijo dejando el celular y prestándome atención.
-¿Queres que hagamos un dúo?-le propuse con algo de miedo que
rechazara.
-¿Hablas en serio?- me preguntó.
-Sí.-afirmé.- ¿Por? ¿No te gusta la idea? Yo creí que era una
buena idea porque…-empecé a decir hablando rápido.
-Cálmate, loca.-me interrumpió riéndose.- No dije que no me
gustaba. Es más, me encanta la idea. Me agrada la idea de hacer una de las
cosas que más amo con la persona que más amo.-agregó dejando un beso sobre mis
labios.
-Me alegro entonces.- le dije con una sonrisa.- Ah y tengo otra
noticia, te va a encantar.-le dije yendo a buscar unos papeles en mi cartera.
-¿Esto es real?- me preguntó con los papeles en la mano,
leyéndolos.
Hace unos días había recibido un llamado de una de las personas
que se ocupó del concurso en el que participé cuando le dediqué una canción a
Benjamín. No había ganado, por ende me olvidé del tema. Pero me dijeron que
hacían otro y que querían que participara, ya que tenía talento. Iba a aceptar
sin dudarlo, pero me vino la imagen de Santino a la cabeza, y me pareció buena
idea donarle el lugar, así como él lo había hecho en su momento. El señor,
luego de mis súplicas, aceptó inscribir a él en vez de a mí. Su rostro se
iluminó al ver los papeles con su nombre, y sus ojos tenían un brillo especial.
-¿En serio hiciste esto por mí?- insistió.
-Sí, amor. Haría esto y mucho más por vos.-le respondí con
ternura.-Además sé que lo necesitas más que yo, te va a hacer bien al alma.
-Gracias.-me dijo abrazándome.- Tengo la mejor novia del mundo.
Tania apareció para el horario del almuerzo. Últimamente pasaba
bastante tiempo con nosotros, y creo que uno de los motivos era por la lejanía
de Bruno. Supongo que no quería quedarse ni un segundo sin hacer nada para no
ponerse a pensar, ni extrañarlo. Luego de comer, Santino se acostó a dormir una
siesta. Y yo aproveché para hablar con mi mejor amiga en el living.
-Trato de pensar, pero no puedo.- soltó Tania.-Hoy hablé con
Bruno y me contó sobre la posibilidad de quedarse un mes más allá.
-¿Y vos qué opinas sobre eso?- me interesé.- ¿Te molesta?
-No es que me moleste, pero no aguanto tenerlo tan lejos, lo
extraño.-me respondió.- Encima me lo dijo muy entusiasmado y con una felicidad
inexplicable.
-Igual es un mes más. Vas a ver que pasa rápido.
-Ahora es un mes, después va a ser otro mes, luego otro mes…y no
va a volver más.-me contestó con la mirada ida.
-¿Y vos le hablaste de lo que sentís con toda esta situación?
-No.-dijo y suspiró.-Pasa que tampoco puedo ser tan egoísta de
oponerme. Es el sueño de su vida. Y me pone contenta verlo tan bien. Pero no
sé, tampoco lo voy a esperar toda la vida.-agregó y bufó.- Ay ya ni sé lo que
estoy diciendo.
-Tranquila, no tienen por qué separarse.-la consolé.- Van a
poder encontrar una manera de estar juntos.
Narra
Santino:
Abrí los ojos y no pude creer lo que vi. Me tuve que refregar
los ojos para asegurarme que no lo estaba soñando. Emma se hallaba en la
habitación hablando muy amable y divertidamente con una amiga y compañera mía
de la facultad. Ella había venido a traerme las cosas de la facultad y a
ponerme al día con todas las clases que falté. Emma nos dejó solos y como si
fuera poco, antes nos trajo algo para tomar. Estaba todo bien con que estaba
dejando de ser la que era antes, por ende estaba más segura. Pero ya era
demasiado que no tuviera ni una pizca de celos. Cuando mi compañera se retiró,
apareció el padre de Emma que venía a visitarme, estaba preocupado y quería
saber cómo estaba. Sí, todo era demasiado raro. Pero me gustaban las cosas así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario