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domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo ochenta y ocho


Narra Emma:

Cuando abrí los ojos y miré la hora, salté de la cama. La alarma no había sonado y nos habíamos quedado dormidos. Se suponía que teníamos que habernos despertado mucho tiempo antes para prepararnos. Faltaba muy poco para el concurso en donde íbamos a cantar  y presentar uno de nuestros temas. Pasé por el baño y luego le acaricié la espalda a Santino para que se despertara pero siguió en su sueño.

-¡Santino!- le grité mientras intentaba vestirme lo más rápido posible.

-¿Qué pasa?- me preguntó mirándome con los ojos achinados.

-Que nos quedamos dormidos, ya tendríamos que estar en el lugar.-le respondí hablando rápido y terminando de cambiarme.- Levántate, dale.

Me miró con cara de no entender la situación y como vi de reojo que estaba por darse media vuelta y seguir durmiendo, le revolee algo.

-Auch.- se quejó clavándome la mirada.- ¿Por qué no sonó la alarma?

-No sé, ni idea.- le respondí peinándome.- ¿Vas a seguir ahí tranquilo acostado?

-Despertarme es todo un proceso.-me respondió- Tranquila, tranquila, ya me estoy cambiando.-agregó levantándose al ver que le estaba por lanzar otra cosa.

Agarré todo lo que necesitábamos y revisé no estar olvidándome de nada.

-¿Tenemos que pasar a buscar a Tania?- se interesó mientras salíamos del departamento.

-No, no viene al final.-le contesté.-Me mandó un mensaje diciéndome que se sentía mal, está con náuseas.

 

Narra Santino:

El concurso fue una experiencia increíble, me gustaba y me entusiasmaba esta nueva etapa. Si cantar era algo que amaba, hacerlo con mi novia, mucho más aún. Lo disfrutaba demasiado. Además era la primera vez que cantaba una canción producida por mí, bueno, por los dos. Esas miradas que cruzábamos en el momento y que sólo nosotros entendíamos…era algo inexplicable.            
Volvimos al departamento contentos y riéndonos por cualquier cosa. De repente vi que Emma cambió la cara cuando miró la pantalla de su celular.

-¿Qué  pasó?- me preocupé.

-Tengo demasiadas llamadas perdidas de Tania.-me respondió extrañada.-Esto es raro.

-¿No hay ningún mensaje?-me interesé.

-No.-dijo revisando.- Ahora la llamo.

Ni llegó a marcar el número que sonó el timbre. Abrí la puerta y me encontré con Tania petrificada y con los ojos vidriosos. Intercambié miradas con Emma y me encogí de hombros. Las iba a dejar hablar solas pero a mí también me preocupaba.

-¿Qué pasó, rubia?-la interrogué.- ¿Estás bien?

Me miró primero a mí y luego desvió su mirada a Emma. Percibí cierto temblor en su cuerpo.

-Eu, me estás preocupando.-dijo Emma.- ¿Por qué lloras?-agregó al ver la lágrima que se rodaba por su mejilla.

-Esta vez sí.- fue lo único que llegó a responder.

-¿Esta vez sí…?.-dijo Emma y dejó la frase en el aire al reaccionar.-Ay Tania.-pegó un grito que casi me deja sordo.

Al parecer yo era el único que no entendía la situación.

-Estoy embarazada.-soltó con una mezcla de tristeza y alegría, y la miré a Emma con los ojos como platos.

-¡¿Qué?!- pegué un grito sorprendido.

 

Narra Emma:

Al principio no entendía de qué demonios hablaba. Pero cuando me encontré con su mirada comprendí a qué se refería, y me corrió un escalofrío por el cuerpo. No sabía bien si era el momento indicado, y más ahora que estaban separados. Pero de todas formas la llegada de un hijo era una bendición, y algo hermoso. Corrí a abrazarla y se me llenaron los ojos de lágrimas. Tania era como una hermana para mí, esa que nunca tuve. Y sentía como si la criatura que iba a llegar en meses al mundo, era mi sobrino.

-Te felicito.-dijo Santino cuando la solté, y la abrazó él.

Cuando pasamos esa etapa de emoción y sorpresa por la noticia, nos sentamos en los sillones del living.

-¿Vos cómo te sentís con esto?-la interrogó Santino.- ¿Bruno ya sabe?

-No la presiones.-interferí, en defensa de mi amiga.

-Estoy muy sensibilizada con todo esto.-dijo aún con los ojos vidriosos.-Todavía no hablé con él, ni sé cómo se lo voy a decir.-suspiró.- Me da miedo su reacción.

Como si lo hubiésemos llamado con la mente, el celular de Santino comenzó a sonar, y era un aviso de que Bruno estaba en Skype. Tania se puso pálida.

-Tranquila, va a estar todo bien.-le guiñó ojo Santino dándole el celular.

La dejamos sola para que pudieran hablar tranquilos. Igualmente nos quedamos en la escalera, queriendo escuchar la conversación. Santino se encontraba atrás mío, y rodeó mi cintura con sus brazos, pegándome a su cuerpo. La reacción de Bruno fue mucho mejor que la que creímos. Estaba muy emocionado y feliz. Escuchar esa conversación hizo que nos desarmemos de ternura.

-Parece que vamos a ser tíos.-me susurró Santino en el oído y dejó un beso en mi mejilla.


Narra Santino:

Llegó la noche y nos encontró acostados en la cama mirando la televisión. Hoy había sido un día con muchas emociones. Todavía seguíamos movilizados por la noticia del futuro bebé. Luego de que Tania habló con él, hablé yo y lo felicité y lo interrogué acerca de todo lo que sentía. Seguía sin poderlo creerlo y me repetía todo el tiempo “voy a ser papá”. Y a mí me daban ganas de traspasar la pantalla y abrazarlo.

-¿Qué fue eso de “esta vez sí”?- le pregunté a Emma, recordando.

-¿Qué?-me dijo haciéndose la que no entendía de qué hablaba.

-Lo que dijo Tania.-le respondí.- ¿Hubo un episodio anterior a este en el que dudó de si estaba embarazada?

Permaneció en silencio.

-¿Por qué yo no me enteré?- le reproché.- ¿Vos también vas por ahí haciéndote test de embarazo?

Largó una carcajada y la miré extrañado.

-Perdón, fue muy graciosa tu expresión.-me dijo con risa retenida.- No, amor. Yo me cuido y sé que no voy a estar embarazada hasta el momento que quiera…que ambos queramos.

-Y ante cualquier duda tenés que contarme siempre.-le dije con seriedad.

-¿Estás con ganas de ser papá?-me interrogó.- No te contagies porque no va a pasar todavía.

-Solo te digo por las dudas.-le respondí.-Para que sepas que siempre tenés que confiar en mí.

-Ya se, mi amor.-me dijo acariciándome la mejilla.-Siempre confío en vos.

-Te amo, y mucho.-solté sosteniéndole la mirada.

-Yo también te amo.-me respondió mirándome.-Muchísimo.-agregó besándome.
 
 
 

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