Narra Emma:
Una cocina, una mesa, vino,
copas, platos, comida, dos personas sentadas enfrentadas cenando. Parecíamos
dos extraños, pero yo iba a ser su futura mujer y él mi futuro marido. Nuestras
miradas se cruzaban cada tanto y los temas de conversación se iban perdiendo, llegando
a un silencio incómodo que me hacía replantearme el hecho de convivir
"para siempre" con él. Y eran esos momentos en que mi mente viajaba y
me ponía a pensar. Me preguntaba si con su amante, o sus amantes (porque
todavía no tenía la certeza de si había una o más), se comportaba de la misma
manera, o era así solo conmigo. Su mano se apoyó en mi brazo izquierdo y volví
a tierra. Me repitió, creo que por cuarta vez, una pregunta y le respondí,
aunque antes le tuve que dar una explicación de mi ida.
Los platos se encontraban
vacíos, las copas de vino por terminar y ya era hora de levantar la mesa. Lo
hice y lavé los platos, mientras él se encaminaba a la habitación, porque
claro, él era el hombre de la casa y yo...bueno, yo era una pobre infeliz que
estaba al lado de un hombre que la engañaba, y le hacía de "ama de
casa", porque siempre se puede perder un poquito más de dignidad.
Narra Santino:
Mi mejor amigo se encontraba
hablando por celular con la chica que se iba a encontrar, mientras yo llamaba
al delivery para pedir unas empanadas.
Bruno es ese amigo que está
siempre, es ese hermano varón que no me dio la vida.
Narra Emma:
Al entrar a la habitación,
Benjamín me estaba esperando con una bolsa de regalo en la mano. Me acerqué y
me la entregó. Al abrirla me encontré con una pollera que unos días atrás le
había comentado que me encantaba. Le agradecí con un beso y fui a guardar la
pollera al ropero.
-Me alegra que te haya gustado.
El regalo fue el collar, pero me quedé con culpa por no haber podido estar
anoche, y te quise comprar la pollera.- me dijo.
Al mencionar lo del collar no
pude prestar atención al resto de la oración. Me quedé pensando que cuando
acomodé todo no lo vi y tampoco lo tenía puesto. Me miró extrañado por mi
reacción y me relajé, simulando que no pasaba nada.
-Me encantaron ambos regalos.-le
dije.- Pero me hubiese gustado más que estuvieras presente.-agregué mirándolo
fijo.
-Estoy presente ahora.-se
defendió-Y quiero pasar la noche con vos.-agregó acercándose hasta terminar con
la distancia.
Comenzó a besarme y me dejé
llevar por cada una de sus caricias. Tal vez era una linda forma de terminar el
cumpleaños. Los besos se volvían más apasionados cuando de repente empezó a
sonar su celular. Le pedí que no atendiera, sin embargo se distanció de mí y se
fue a hablar al living. Cuando volvió la situación se puso tensa. No sabía como
explicarme que otra vez se tenía que ir, que esta noche iba a ser otra noche
que no pasaba en casa. Lo noté un poco nervioso mientras se ponía un pantalón
de vestir y una camisa.
-Se me presentó algo urgente,
un problema en la empresa. No estaba previsto pero tengo que ir.-me dijo al
mismo tiempo que se ponía los zapatos.- Perdóname pero esta noche no vuelvo a
dormir.
Agarró su bolso, fiel compañero
de sus huidas; y era lo único fiel que tenía. Me besó y se retiró del
departamento. Yo quedé parada inmóvil en el lugar, y me encontré preguntándome
si en realidad no era yo la amante. Tal vez, mientras yo creía que cumplía el
rol de la primera, en realidad, era la segunda.
Narra Santino:
Nada mejor que cenar y hablar
de la vida con mi amigo del alma. Gala, mi perra, se le ponía al lado para
exigirle caricias.
-Es insaciable, hermano.-me
dijo, refiriéndose a Gala, mientras que la acariciaba con una mano.- Necesita
un novio.
-Tengo un vecino que tiene un
perro de su misma raza, y ésta se vuelve loca cada vez que lo ve, no sabes, es
terrible.-le dije.
-Muy minita.- comentó y reí.
-Hablando de minitas, ¿qué onda
las amigas de Tania?-me interesé.
-Me dijo que al final solo va
con una porque las demás no podían.-me respondió mientras se servía cerveza.-Me
haces la segunda me imagino, ¿no?
-Si, por supuesto-le respondí.-
Conta conmigo.
-¿Vos qué onda ayer que
desapareciste del boliche?-se interesó.
Le conté lo sucedido en la
noche de ayer mientras nos reíamos y pasábamos un buen rato.
Narra Emma:
Apagué las luces y me acosté en
la cama. Me puse a observar el techo mientras reflexionaba sobre la triste
situación en la que me encontraba. Estaba por conciliar el sueño cuando empezó
a sonar mi celular, vi que era mi mejor amiga y atendí. Habló muy rápido e
intentó convencerme de ir a una fiesta privada a la cual la invitaron. Le
intenté explicar que no quería pero no me escuchó y lo tomó como un sí. Me
levanté de la cama porque la conocía bien y sabía que en minutos la iba a tener
en la puerta de casa.
Dicho y hecho, sonó el timbre y
le abrí.
-Cámbiate, maquíllate y
péinate, que nos vamos.-me dijo entrando al departamento.
-No voy a ir a esa fiesta.-le
dije parada en el mismo lugar.-Me estoy por dormir.
-Amiga, son las doce y media de
un sábado.-dijo mirando el reloj.-Es sábado, no podes quedarte durmiendo.-agregó
remarcando el día.
-Pero estoy triste y Benjamín
se volvió a ir.-le dije sentándome en el sillón.
-Por eso, salimos y te divertís.-me
dijo agarrándome la mano para levantarme.-Ven-agregó llevándome a la habitación.
Entramos y abrió mi armario,
comenzando a sacar ropa y apoyándola arriba de la cama.
-Dale, ¿Qué te vas a poner?-me
preguntó mientras seguía sacando prendas.
-No saques más nada-la frené-Me
pongo esto-dije agarrando un vestido blanco.
-¿Y zapatos?-preguntó buscando.
-Ahora los agarro-le respondí.-Contame
qué onda esta fiesta y por qué te morís por ir.
-Me invitó un chico que conocí ayer
en el boliche.-me dijo perdida recordando el momento.-Y vos me tenes que
acompañar-agregó mirándome.
Cuenta Santino:
Llegamos con mi auto a la
quinta e ingresamos a la fiesta. De a poco iban apareciendo más personas y
comenzaba a armarse el baile. Con mi amigo saludamos a los que conocíamos y nos
acercamos a la barra.
-¿Las chicas en que venían?-me
interesé mientras me preparaban el trago.
-No sé-respondió luego de pedir
su trago.-En remís, supongo.
-Que poco caballero sos.- le
dije agarrando el trago.-Las hubiésemos pasado a buscar, y si querías te dejaba
manejar a vos.
-No lo pensé.-dijo comenzando a
tomar.-Ahora ya fue, ya van a llegar-agregó mientras nos dirigíamos al centro
del lugar.
Narra Emma:
En el trayecto a la fiesta mi
mejor amiga no me paraba hablar de un tal Bruno, y yo me preguntaba porque no
estaba en mi cama durmiendo. Esto lo estaba haciendo por ella, y no es que no
tenía ganas de hacerle un favor, el tema era que seguramente ella se iba a ir
por ahí con este chico y yo me iba a tener que entretener con el amigo que ni siquiera
conocía.
Llegamos a la quinta y entramos
con un grupito de personas que habían llegado al mismo tiempo. Yo observaba
todo y a todos, y Tania le mandaba un mensaje a su chico para avisarle que ya
habíamos llegado.
Narra Santino:
Me encontraba bailando con un
grupito de conocidos hasta que Bruno me alejó del sector.
-Ya llegaron pero no sé dónde
están.-me dijo mientras miraba para todos lados intentando ubicarlas.
-Pregúntale por mensaje.- le
dije.
Estaba por agarrar el celular
cuando de repente las vio cerca de la barra.
-Son ellas.-me señaló-Vamos.
Cuando nos fuimos acercando me
di cuenta quien era la amiga de Tania y ella al verme se sorprendió al igual
que yo, y me alegraba que se acordara de mí. Nos saludamos entre todos y me la
quedé mirando.
-¿Santino?- preguntó y asentí
con la cabeza.
-Perdón, ¿Se conocen?-preguntó
extrañada su amiga, y mi amigo llevaba la misma expresión en su rostro.
-Algo así.-respondí sin sacarle
los ojos de encima.
Me gustaría que me dejen comentarios con sus opiniones. Sobre lo que les gusta y lo que no, sugerencias, críticas, etc. Gracias.
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