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jueves, 27 de marzo de 2014

Capítulo cuarenta


Narra Emma:

Desperté y me encontré sola en la habitación de Santino. Permanecí unos minutos más mientras terminaba de despertarme y me levanté.

-¿Vino alguien?-le pregunté a Santino al mismo tiempo que bajaba las escaleras.-Me pareció escuchar una voz.

-Sí, vino Bruno.-me respondió desde el sillón. 

Me acerqué hacia él y me hizo sentar sobre sus piernas, rodeándome con sus brazos.

-¿Qué quería?-me interesé.

-Vino a buscar unos CDs que me había prestado.-me respondió.-Y a darme una noticia...-agregó luego de un silencio.

Hizo como un suspenso y la intriga se apoderó de mí. No quería presionarlo así que esperé a que me dijera.

-Hace mucho que con Bruno tenemos el sueño de ir a jugar fútbol a Madrid. Y todos los años eligen dos de cada categoría, y este año le tocaba a mi grupo.-me empezó a decir.

-¿Y te eligieron?-pregunté.

-Sí. Nos eligieron a Bruno y a mí.-me contestó.

Permanecí en silencio procesando la información. Eso significaba que tenía que viajar al exterior y se iba a ir.

-Es un mes.-me aclaró, percibiendo mi preocupación.

-¿Y cuándo sería?-me interesé.

-En uno o dos meses, creo.-me respondió.-Todavía falta.

La simple idea de tenerlo lejos me aterraba. Pero tenía que ponerme feliz por él, que iba a poder cumplir su sueño. Lo tenía que apoyar.

-¿Qué opinas?-preguntó ante mi silencio.

-Que es una gran noticia.-le dije.-Me alegro por vos y se que vas a demostrar que sos el mejor.-agregué girando y dándole un beso.

-¿Me vas a extrañar?-me preguntó entre besos.

-Mucho. Pero me hace bien saber que vas a cumplir tu sueño y hacer algo que te hace feliz.-le respondí cortando el beso.

-Yo te voy a extrañar más.-me dijo y volvió a besarme.


Narra Santino:

Me quedé abrazado a ella en el sillón y nos pusimos a ver la tele. 

-¿No tendrías que ir yendo?-le pregunté de repente y se giró hacia mí.-No te estoy echando, te digo para que no tengas problemas con Benjamín.-agregué al ver su reacción.

-Sí, tenes razón.-dije al ver la hora.-Tengo que llegar al departamento antes de que llegue Benjamín.

-Te llevo-le propuse.

-Prefiero tomarme un taxi.-me respondió.-Por las dudas.

-Entiendo.-acoté.

La acompañé hacia la puerta y antes de que se retirara, nos despedimos con un beso.
Saqué a pasear a Gala y cuando volví me puse a estudiar.


Narra Emma:

Llegué al departamento y al dirigirme a la habitación, me encontré con Benjamín armando un bolso. Me pareció extraño, no el hecho de que esté haciendo un bolso, porque eso lo hacía seguido cuando se escapaba para verse con su amante, sino que haya llegado antes del trabajo y ya esté bañado y con otra ropa.

-¿De donde venís?- me interrogó al verme.

-Fui un rato a lo de Tania.- le respondí.

-¿Un rato cuánto?- me preguntó.

-Un rato.-le repetí.- Fui después de almorzar.-agregué.

Cerró el cierre del bolso y clavó su mirada en mi. Suspiró pero no dijo nada. Me lo quedé mirando hasta que rompió el silencio.

-Vine antes del trabajo.-me comentó.- Almorcé acá.-agregó y bajé la mirada.
Me quedé dura mientras se acercaba hacia donde estaba parada yo.

-Así que no pudiste haber ido después de almorzar.-me dijo haciendo que lo mirara.- Me mentiste.-agregó acercándose más y ya podía sentir su respiración.

Permanecí en silencio. Dio un paso para atrás y con su mano derecha acarició lentamente mi mejilla.

-Quiero creer que no te estás viendo con otro hombre.- me dijo corriéndome el pelo de la cara.- Fui bastante claro cuando te lo advertí, ¿no?- agregó y asentí.

Suspiró y presionó sus puños.

-No me tomes por boludo porque te vas a arrepentir, pendeja.- me desafió agarrándome fuerte del brazo y mirándome con ojos fríos.

-Soltame, Benjamín.- le pedí en tono firme. 

-Ojo con lo que haces porque te voy a estar mirando bien de cerca.- me susurró en el oído presionándome el brazo y luego lo soltó.

Agarró el bolso y se dirigió hacia la puerta sin mirarme.

-¿A donde vas?- me interesé.

-Temas personales.- me respondió sin darse vuelta.- Vuelvo en unos días.

Se fue dando un portazo y yo me quedé unos segundos en el lugar, digiriendo lo que había pasado. 



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sábado, 22 de marzo de 2014

Capítulo treinta y nueve


Narra Emma:

Preparamos el almuerzo los dos juntos, éramos un buen dúo. Estaba feliz de poder pasar todo el día con él. Me hacía reír, me cuidaba y me valoraba.
Luego de comer nos quedamos haciendo sobre mesa y hablando un largo rato. Hasta que subimos a su habitación con la intención de dormir una siesta.


Narra Santino:

Emma se quedó dormida sobre mi pecho. Estaba apunto de cerrar los ojos cuando el ruido del timbre me descolocó. Salí de la habitación cerrando la puerta y bajé a averiguar quien era.

-¿Qué es esa cara de dormido, hermano?-me preguntó Bruno apenas le abrí la puerta e ingresó.

-Estoy bien.-le dije.-¿A vos que te pasa que estás tan contento?-agregué mirándolo extrañado.

-La vida es bella, amigo.-me dijo abrazándome.-Destapa unas cervezas, dale.-agregó sentándose en el sillón.

Me dirigí a la cocina para buscar unas cervezas en la heladera. Las destapé mientras miraba como Bruno hablaba en tono acelerado y tenía una felicidad inexplicable en el rostro.

-¿Qué te pasa?-me interesé sin entender nada.

-Tengo LA noticia eh.-me dijo agarrando la botella.

-No des tantas vueltas.-le pedí.-Decime.

-Voy a ser papá.-me dijo y abrí los ojos como platos.

-¿Qué?-le pregunté asombrado.-¿Embarazaste a Tania?

-No, era un chiste.-me respondió y sonrió.-Te asustaste. Era para que te despertaras.

-Dale, pelotudo.-le pegué en el brazo.

-¿Estás preparado?-me dijo mirándome serio.

-¡Bruno!-le grité y luego recordé que Emma estaba durmiendo y bajé la voz.-¿Me podes decir?

-Vamos a cumplir nuestro sueño.-me dijo entusiasmado.-¿Entendes?-agregó mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué sueño?-me interesé sin caer en lo que hablaba.

-Nuestro sueño, Santino.-me respondió serio por mi actitud.-Nos eligieron a los dos para ir a jugar un mes a Madrid.

-Decime que no es una broma-le dije y negó con la cabeza.-¡Vamos carajo!-dije con emoción y lo abracé.

Hace años que nos estamos preparando y teníamos como sueño en común que algún día nos elijan para ir a jugar al exterior. Y que justo nos hayan elegido a los dos, multiplicaba la emoción. Compartir esa experiencia con mi mejor amigo no tenía precio.
Me quedé hablando con Bruno hasta que recordó que me había prestado unos CDs y se encaminó a la escalera.

-¡Para!-lo frené poniéndome adelante antes de que llegue a subir las escaleras.-¿A dónde vas?

-A tu habitación a buscar los CDs que te presté el otro día.-me respondió insistiendo en subir.

-No podes subir.-le dije.

-¿Por qué?-preguntó e hizo una pausa y puso cara pícara.-¿Estás con una minita?

-Estoy con alguien.-le respondí.-Está dormida.

-Que ganador, la dejaste muerta.-acotó y se río.-¿Quien es? 

Rodee los ojos. Puse mis manos en sus hombros para que no avance.

-¿La conozco?-insistió.-Déjame ir a ver.

-Basta.-le dije firme.-Quédate acá, ya te los traigo.

Entré a la habitación y observé a Emma que seguía durmiendo. Era hermosa hasta dormida. 
Recordé qué había ido a buscar y agarré los CDs que reposaban en el escritorio.

-Acá están.-le dije bajando las escaleras.-Gracias por prestármelos.-agregué dándoselos.

-¿Quien es la minita?-se interesó mirándome divertido. 

-Que pesado que sos.-acoté.

Comenzó a sonar su celular y atendió. Al parecer era Tania.

-Te salvas porque tengo que ir a ver a mi novia.-me dijo señalándome.

-Anda tranquilo.-le dije acompañándolo hacia la puerta.

-Ya voy a averiguar quien es.-me advirtió antes de irse y me reí al mismo tiempo que negué con la cabeza.

Cerré la puerta y me fui a sentar al sillón. No podía dejar de pensar en lo de Madrid, realmente era un sueño que se iba a hacer realidad. 



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martes, 18 de marzo de 2014

Capítulo treinta y ocho


Narra Emma:

Desperté y Benjamín ya no se encontraba en el departamento. Permanecí unos minutos en la cama mientras me desperezaba y luego me cambié para ir a lo de Santino.


Narra Santino:

Me hallaba en el living de mi departamento con el desayuno preparado. Me senté en el sillón a esperar.
Al rato sonó el timbre y al abrir la puerta me encontré con Emma.

-Hola.-le dije con una sonrisa

-Hola.-me dijo y entró.-Muy mal eso de faltar a la facultad.

La agarré de la cintura y la acerqué a mí.

-Prefiero estar con vos.-le dije y la besé.

Le agarré la mano y nos fuimos a sentar a los sillones para desayunar. Le había preparado café con leche y tostadas untadas con mermelada de frambuesa. 


Narra Emma:

Terminamos de desayunar y nos quedamos hablando de todo un poco.

-Deberías hablar con Josefina.-me comentó.-Y contarle esto.

-¿Decirle lo nuestro?-le pregunté preocupada.-No. Ya te dije, no lo puede saber nadie.

-¿Y si al menos yo le digo que estoy enamorado de vos?-insistió.

-No, ni se te ocurra.-respondí rápido.

-Pero está re enganchada conmigo.-me dijo.-No la quiero lastimar.

-Yo me encargo de que se olvide.-le dije.-No te preocupes.

Me miró unos segundos, sin estar del todo conforme.

-En algún momento se va a terminar enterando y no va a estar bueno.-me dijo serio.-Es tu amiga.

-Ya lo sé. Pero no le podemos contar esto a nadie.-le expliqué.-Es por nuestro bien.

Era consciente de que en algún  momento todo iba a explotar. No me hacía ninguna gracia que una de mis mejores amigas esté enamorada del mismo hombre que yo. Y menos yo estar saliendo con él y ocultándoselo. No era lindo estar en mi lugar y mentirle en la cara cada vez que salía el tema. Tampoco era lindo su lugar. Pero ya no sabía como controlar la situación.


Narra Santino:

Lavamos las tazas y platos que usamos y luego subimos a nuestra habitación. Nos acostamos en la cama a ver la televisión. Ella se acurrucó y apoyó su cabeza sobre mi pecho.

-Me encanta estar así con vos.-le dije acariciando su cabello. 

-A mi también.-me respondió y apoyó su mano izquierda en mi pecho.

Puse mi mano sobre la de ella y pase mi otro brazo a su alrededor, apoyando mi mano en su cintura.

-¿Ya te dije que te quiero mucho?-le pregunté.

-Me lo podes repetir, si queres.-me respondió.-Me gusta escucharlo.

-Te quiero mucho, Emma.-le susurré y levantó un poco la cabeza para mirarme.

-Yo también, Santi.-me dijo acomodándose quedando ahora con su cabeza al lado de la mía.

Comencé a acariciarle suavemente su brazo izquierdo mientras mirábamos un programa que no nos interesaba a ninguno de los dos. Agarré el control remoto e hice zapping pero al no encontrar nada interesante, apagué la televisión.

-¿Qué tenes ganas de hacer?-le pregunté.

-No sé, lo que quieras.-me respondió.

-Me gustaría poder salir de la mano afuera con vos y recorrer muchos lugares.

-Yo también.-me dijo.-Pero estar así, abrazada a vos, me basta.

Nos quedamos unos segundos en silencio.

-¿Por qué tiene que ser todo tan complicado?- le pregunté.

-No lo sé.-me respondió y suspiró.- Supongo que ya se van a acomodar las cosas.

-¿Y también me vas a contar y a aclarar las cosas?- me interesé.

Giró la cabeza para mirarme e hizo que yo la mirara.

-Es difícil tanto para vos como para mí.- me respondió.-Pero necesito que confíes. Algún día te voy a contar.

-Confío en vos, pero me gustaría saber.- le dije.- También para poder ayudarte.

-Por ahora me ayudas no preguntando sobre el tema.-me dijo.- Y estando conmigo aunque sea en secreto.

-Está bien.-le respondí.-Estoy con vos y te quiero cuidar.


Narra Emma:

Quería que las cosas fuesen mas fáciles. Me hubiese gustado conocerlo antes, sería todo tan diferente…
Me quedé pensativa.

-¿En qué pensas?- me preguntó

-No, en nada.- mentí.

Se puso sobre mí pero apoyando sus brazos en la almohada para no cargarme todo su peso. Y me comenzó a besar.

-Sos hermosa.-me susurró entre besos.

-Vos sos hermoso.- le respondí entre besos.

De repente se separó de mis labios y empezó a hacerme cosquillas. Creí que ya se había olvidado que tenía esa debilidad.

-Santino, no.- le pedí entre risas.- Por favor.

-No te voy a tener piedad.- me respondió.


Narra Santino:

Me golpeaba y no se paraba de reír. Su risa era el motor de mi alma.



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Capítulo treinta y siete


Narra Emma:

Nos seguíamos besando, sin querer separarnos. De pronto escuchamos unos pasos y nos alejamos.

-Venía a felicitarte, cantaste muy bien.-dijo el tío de Josefina y al entrar nos miró a los dos.

-Gracias.-le respondió Santino.-¿Estoy contratado entonces?

-Me voy allá.-acoté señalando la puerta.-Con las chicas...-agregué un poco nerviosa y desaparecí.


Narra Santino:

Me quedé hablando con el tío de Josefina que me informó que estaba contratado y que me necesitaba dos o tres noches por semana. Después me iba a avisar bien todo. Una gran noticia, estaba entusiasmado con todo esto.

-Muchas gracias por la oportunidad.-le dije sincero.-De verdad es importante para mí. 

-De nada. Mi sobrina me insistió con que eras bueno para esto.-me dijo.-Y veo que tiene razón.

Le volví a agradecer y coordinamos un par de cosas más. Luego agarré mis cosas y me dirigí a donde se encontraban los chicos.

-¿Todo bien?-pregunté saludando uno por uno.-Gracias a todos por venir.

-Cantas re lindo.-me dijo Tania.-Te felicito. Muy linda voz.

-Gracias.-le respondí.-Igual no halagues tanto que Bruno se pone celoso.-agregué golpeándole la espalda a él y me reí.

-No me molesta, todo bien.-acotó él.-Yo no canto ni el arroz con leche.-agregó y todos reímos.


Narra Emma:

Nos quedamos hablando un rato hasta que nos dimos cuenta que ya era tarde y mañana era día de semana, y la mayoría tenía que madrugar.

-¿Cómo se vuelven ustedes?-le preguntó Santino a Bruno y a Tania.

-Vamos caminando a la casa de ella que queda cerca.-le respondió Bruno.

-Genial.-acotó.-¿Vos Jose?-agregó mirándola.

-Me quedo un rato más a ayudar a mi tío.-le respondió.

-¿Lourdes?-se interesó mirándola.

-Me pasa a buscar mi novio.-contestó.

-Bueno.-acotó y me miró-¿Te llevo a tu departamento?-agregó y asentí.


Narra Santino:

Saludé a todos y me dirigí al auto con Emma. En el trayecto hablamos un poco de todo. Me alegraba estar bien con ella, era lo que más quería.
Llegamos y estacioné a unos pasos del edificio, ya que no quiso que frenara en la puerta.

-Gracias por traerme.-me dijo sonriendo.

-Te espero en mi departamento para desayunar mañana.-le dije y me miró extrañada.

-¿Cómo a desayunar?-me preguntó.-Tenes facultad mañana.

-No importa la facultad.-le dije en tono canchero y superado, y se río.-Quiero pasar todo el día con vos.

-¿Cómo no importa?-me preguntó.-Responsabilidad, querido.

-Te voy a estar esperando.-le dije y le guiñe el ojo.

-Sos terrible. No te prometo nada.-me dijo.-Me voy.-agregó abriendo la puerta del auto.

-Descansa.-acoté y la besé.-Te quiero, hermosa.

-Yo también te quiero.-me respondió bajando del auto.

-Te voy a estar esperando con el desayuno.-le comenté rápido antes de que cierre la puerta.


Narra Emma:

Me mordí el labio inferior y negué con la cabeza. Caminé hasta la puerta del edificio e ingresé. Una vez que vio que ya estaba adentro, se fue.
Al entrar al departamento me encontré a Benjamín sentado en la mesa de la cocina tomando una copa de vino.

-Pensé que ya estabas durmiendo.-le comenté acercándome y saludándolo.

-Debería.-me respondió.-Pero estoy con muchas preocupaciones y no puedo conciliar el sueño.

-¿Problemas en el trabajo?-le pregunté.

Estaba a punto de preguntarle si tenía problemas con su amante, pero tuve miedo a su reacción. No quería provocarlo.

-Sí. Hay varios problemas en la empresa.-me contestó.

Abrí la heladera y me serví un vaso de agua.

-Vos, ¿todo bien en tu salida?-se interesó.

-Bien, estuvo lindo.-le respondí.

-Se les hizo un poco tarde.-acotó.

-Sí, es que con las chicas nos ponemos hablar y se nos pasa volando el tiempo.-mentí.-Me voy a acostar.-agregué yendo a la habitación.

Me acosté en la cama y a los segundos me vibró el celular que se encontraba sobre la mesita de luz. Lo agarré y vi que tenía un mensaje de Santino.

 "Gracias por estar hoy. Te espero mañana. Buenas noches, hermosa. Te quiero." 

Suspiré y luego sonreí. Deje nuevamente el celular sobre la mesita de luz y me acomodé en la cama, dejándome atrapar por el sueño.



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