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domingo, 1 de junio de 2014

Capítulo cincuenta y cinco


Narra Emma:

Al volver al departamento me encontré con Santino sentado en el sillón del living con la guitarra entre sus manos. Me acerqué, sentándome a su lado y apoyando mi cabeza en su hombro.

-¿Todo mal?-me preguntó dejando la guitarra a un costado.

Asentí con la cabeza y me abrazó. 

-Me odia.-me limité a decir mientras me hundía en su pecho.

-No te odia.-me contradijo.- Sólo está enojada. 

-Me dijo cosas horribles y cortó con nuestra amistad.-le dije separándome del abrazo.-No pensé que te quería en serio. 

-No creo que sea tan así.-me dijo.-Ya se le va a pasar, dale tiempo. 


Narra Santino:

Me encontraba mirando televisión en el living. Emma se había acostado a dormir en mi cama ya que no se sentía muy bien. Estuve un rato mirando un programa hasta que sonó el timbre. Apagué y me dirigí a la puerta a abrir. Ingresó Bruno que al verme me abrazó fuerte y luego se fue caminando en zig zag al living. Me quedé parado al lado de la puerta estudiando los movimientos de mi mejor amigo, este chico estaba muy mal.

-No, no.-le dije cerrando la puerta y acercándome.-Bájate ya de ahí.

Estaba saltando arriba de mi sillón y bailaba. Como vi que no me prestaba atención, lo agarré del brazo y lo bajé a lo bruto. 

-¿Qué carajo te pasa, boludo? -le pregunté.

-La vida es hermosa, hermano.-me dijo agarrándose de mí y su aliento largó un olor a alcohol insoportable.

-¿Seguís borracho?-le pregunté confundido.

De repente miró la lámpara y se tapó los ojos y empezó a gritar. 

-La luz está muy fuerte, me está matando.-se quejó.-Apagala.-comenzó a gritar.

-Cálmate y baja la voz que está Emma durmiendo.-le pedí y lo seguía mirando extrañado.

Se destapó los ojos y se empezó a reír de la nada. Esto ya me daba un mal presentimiento.

-Quédate quieto.-le dije agarrándolo y mirándolo.-Mírame a los ojos.

Sus ojos estaban irritados y sus pupilas dilatadas. Por un momento se  mareó y se agarró más de mí.

-¿Qué consumiste?-lo interrogué mirándolo fijo.-¿Estás drogado, Bruno?-insistí ante su silencio.

Se soltó y se pasó las manos por la cara. 

-Tranquilo.-me dijo en un estado de paz.-Estoy en un buen viaje.

-¿Consumiste pepa?-le pregunté preocupado y apenas asintió con una sonrisa.

-La puta madre, Bruno.-me quejé levantando la voz.-¿Hace cuantas horas?

-Que se yo.-respondió y suspiré con fastidio.

Se volvió a subir al sillón y empezó a gritar como un loco. Lo volví a bajar e hice que me mirara a los ojos.

-Te calmas porque vas a despertar a Emma.-le dije con bronca apretando los dientes.-Una baranda a porro tiene tu ropa.-agregué alejándolo de mí asqueado.

-Alcohol, drogas y rock and roll.-me dijo riéndose.

De repente escuché pasos provenientes de las escaleras y al darme vuelta me encontré con Emma, que nos miraba expectante.

-Compórtate como una persona sobria y civilizada.-le dije en voz baja a Bruno.-¿Te sentís mejor?-agregué en tono normal, dirigiéndome a Emma.

-Sí, ya estoy mejor.-respondió.-¿Qué pasaba que gritaban?

-No, nada importante.-mentí.-Nos estábamos divirtiendo con Bruno.

-Perdón que no te saludé.-se disculpó y se acercó a él para saludarlo.

-¿Todo bien, Emma?-se interesó él.

-Sí.-llegó a responder ella y al segundo lo tenía a él como una garrapata abrazándola.-¿Vos estás bien?-agregó extrañada.

-Muy bien.-le respondió.-Y más viéndote a vos...estás muy buena eh.-agregó y me despeiné nervioso.

-¿Qué le pasa?-me preguntó preocupada Emma.

-Nada.-le mentí.-Capaz le quedó un poco el efecto del alcohol.

-¿A quién le quedó efecto de alcohol?-se interesó él y le clavé fijo la mirada.-Yo estoy re pasado de...

-De felicidad.-lo interrumpí rápido.-Está pasado de felicidad.-repetí pero Emma cada vez entendía menos.

-De felicidad de verte.-le dijo acercándose a ella.-Si no fueras la mejor amiga de mi novia y la novia de mi mejor amigo...-hizo una pausa.-que loco eso...-agregó pensativo.-bueno si no fueras eso, sabes como...

-Bueno, listo.-dije agarrándolo del cuello y obligándolo a callarse.-Te vas a dormir que debes estar cansado.

Lo dirigí a las escaleras y lo obligué a subir, pero a la mitad se frenó y comenzó a golpearse la cabeza contra la pared.

-Dale, estúpido.-lo reté frenándolo.-Subí que voy a ver si hay algo para cortarte el efecto.


Narra Emma:

Bueno, todo había sido muy extraño. Me quedé sola en el living por un largo rato.


Narra Santino:

Me quedé en mi habitación con Bruno  esperando que se le vaya el efecto de la droga y se durmiera. Antes de que eso sucediera lo tuve que aguantar en ese estado de inconsciencia, y tuve que escuchar todas sus incoherencias. Y hasta calmarlo cuando enloquecía. Las cosas que uno tiene que hacer por su mejor amigo...


Narra Emma:

Lo vi a Santino bajar las escaleras y me acerqué.

-¿Me podes explicar que está pasando?-lo interrogué.-No me mientas.-agregué antes de que abriera la boca.

-Mezcló drogas y alcohol.-me respondió finalmente, estudiando mi reacción.

-¿Drogas?-le pregunté sin entender.-¿Bruno está drogado?

-Consumió pepa y marihuana.-me respondió.-La pepa es LSD, una droga que dura entre 8 y 12 horas.-me aclaró al ver mi expresión.

-Nunca escuché hablar de esa droga.-le dije.-¿Y cuales son los efectos?

-Se consume mucho en viajes de egresados para aguantar todas las noches de boliche porque hace que te mantengas despierto y con energías por muchas horas. Además es una droga que no genera adicción.-me respondió.-Igual no digo que esté bien consumirla, que no genere adicción no significa que no te haga mierda.-me aclaró.

-¿Consumís vos?-le pregunté con miedo a la respuesta.

-No.-respondió e hizo una pausa no estando muy seguro de lo que iba a agregar.-Sólo la probé dos veces hace cuatro años en el viaje de egresados.-me dijo.-Y la segunda vez la pasé muy mal, pero no quiero hablar del tema.

-¿Por qué?-me interesé.

-No importa.-se limitó a decir.-Y Bruno tampoco consume, ni eso ni fuma marihuana. Esta vez no sé que pasó.

-¿Tengo que creerte?-le pregunté dudando.

-Sí, te estoy diciendo la verdad.-insistió.-Y tampoco le cuentes esto que viste recién a Tania, por favor.

Iba a responderle pero un ruido proveniente de la habitación interrumpió la conversación.

-Voy a fijarme.-me dijo encaminándose a las escaleras.

-Bueno, yo voy a la cocina a buscar algo para tomar.-le dije y lo perdí de vista.


Narra Santino:

Al entrar a la habitación vi a Gala acostada al lado de Bruno. Seguramente había provocado ella el ruido al entrar la habitación. Probablemente había chocado con algo.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina donde me encontré con Emma tomando un vaso de jugo. La abracé por atrás.

-Fue Gala que se llevó algo por delante.-le comenté y besé su mejilla.

Dejó el vaso en la mesada y se dio vuelta, pasando sus manos por mi cuello.

-¿Te sentís bien ya?-le pregunté.-Sino te podes acostar en el sillón.

-Me siento bien, en serio.-me respondió.

-Que lástima.-acoté.-Yo te iba a curar con muchos mimos y besos...-agregué acercándola más a mí.

-En ese caso...creo que me sigo sintiendo mal.-me dijo y sonrió. 

Le sonreí y comencé a besarla.


Narra Emma:

Nos estábamos besando y su celular comenzó a sonar. Se separó de mí al mismo tiempo que lo sacaba del bolsillo de su pantalón y atendía. Por lo que llegué a escuchar estaba hablando con Jazmín. Pasó su mano por su cara y le hizo un par más de preguntas mientras yo intentaba descifrar lo que pasaba.

-Hoy es la fiesta de casamiento de mi prima. Se me re pasó.-me dijo al cortar.-Son esos eventos que te dicen con tanta anticipación que después se te olvida.

-¿Cuándo se casó?-me interesé.

-Se acaba de terminar de casar.-le comenté con culpa.-Pero para la fiesta llegamos.-agregó luego de mirar la hora.

-¿Perdón?-lo miré extrañada.-¿Llegamos?

-Sí, vos vas a venir conmigo.-me respondió con seguridad.-¿En una hora estás lista?

Me lo quedé mirando como si lo que me estaba pidiendo era una locura. Y no lo decía justamente por lo del tiempo de prepararme.

-¿Qué pasa?-me preguntó al ver que me había quedado pensativa.

-No estoy invitada.-le respondí aunque no era eso lo que me preocupaba.-Va a faltar un lugar.

-Uno de mis primos no va a ir, así que el lugar está.-me contestó.

Sentí su mirada presionándome para que le diera una respuesta. No sabía bien como explicarle lo que me preocupaba.

-¿Cómo me vas a presentar ante tu familia?-le pregunté un poco nerviosa.

-Como mi novia.-me respondió con tranquilidad.-Lo de amantes no da decirlo.-agregó luego de un silencio.

-¿No nos estamos apurando?-le pregunté insegura.

Se acercó más a mí y me miró a los ojos.

-No, tranquila.-me dijo y me corrió el pelo de la cara.-Va a estar todo bien.

-Bueno, está bien.-le dije y le sonreí, aunque no estaba del todo convencida.



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