Narra Emma:
Nos dirigimos a la recepción
donde se encontraban bastantes personas. Visualizó a su familia y me
soltó para abrazarlos. A medida que iba saludando me iba presentando, menos a
dos de sus hermanas que ya me conocían. Todos me sonreían y me
saludaban con afecto.
Manuel era su hermano más
grande, tenía 26 años. Tenía buena altura y una elegancia que se veía a simple
vista. Físicamente era parecido a Santino, aunque tenía rasgos muy distintivos.
Y por lo que me comentaron, en cuestión de gustos eran muy opuestos. Al
presentarme, me saludó con una cálida sonrisa y me trató respetuosamente.
Mora era su hermana más
chiquita. Era una tierna niña de 7 años, con un pelo rubio ondulado y unos ojos
color pardo. Me miraba con simpatía y rodeaba la cintura de Santino con sus
brazos.
Nos quedamos hablando un rato
entre todos.
Narra Santino:
Mi mamá no le sacaba los ojos
de encima a Emma. Pero no la miraba mal, al contrario, la observaba con una
sonrisa de aprobación. Se empezaron a dispersar todos y Emma me acompañó a
buscar un aperitivo.
-Me da vergüenza esto.-me dijo
pero justo me encontré con uno de mis primos que me empezó a hablar.
Ingresamos al salón y buscamos
la mesa en la que estábamos ubicados. Nos sentamos junto a mis hermanos y
primos. Emma se sentó en el medio de mí y de Jazmín.
Narra Emma:
El lugar estaba perfectamente
ambientado. Observé cada detalle bien pensado. El centro de mesa estaba muy
lindo también. Todo me hacía recordar a los preparativos de mi
casamiento.
-¿Qué me decías antes, amor?-me
preguntó Santino de repente.
-No, nada.-le dije
arrepintiéndome de lo dicho.
Las luces se apagaron y la
atención de todos los presentes se centró en una pantalla grande en donde se
pudo ver como un auto antiguo con un moño blanco estacionaba en la puerta del
salón. El chofer, quien vestía un traje especial, se bajó y abrió la puerta
trasera del vehículo, haciendo bajar a los recién casados.
Narra Santino:
Mi prima llevaba un vestido
blanco con una larga cola. Y su marido un traje negro sofisticado y en la
solapa del saco llevaba una flor.
La pantalla se apagó y los
reflectores se dirigieron hacia la puerta donde ingresaron al mismo tiempo que
sonaba una música. Caminaron hasta el centro del salón y todas las miradas
quedaron clavadas en ellos. Desvié mi mirada buscando entre la multitud los
ojos de mi tía y al encontrarlos vi mucha emoción y maquillaje corrido. Por lo
que me comentaron, estaba emocionada desde la ceremonia.
Narra Emma:
Sonó el vals y comenzaron a
bailar en el medio de la pista mientras todos los mirábamos, y algunos se
levantaron de sus sillas y se acercaron. Los miraba con una sonrisa imborrable,
me transmitían la sensación de un amor verdadero. Él la miraba de forma especial,
se perdía en su ojos y lo disfrutaba, como si quisiera llenarse de ella. Y ella
lo miraba con ojos brillosos y mirada profunda, y su mano derecha se sumergía
en la hombrera de su traje. Vi como poco a poco todos las personas se iban
sumando a bailar esa pieza, y me puse a apreciar ese hermoso cuadro. Hasta que
la mano de Santino sobre la mía me sacó de los pensamientos. Cuando pude
reaccionar nos encontrábamos entre la gente bailando y siendo parte de la
escenografía. Su mano en mi cintura, la mía en su hombro, mi otra mano
entrelazada con la de él en el aire. Me dejé guiar por él y mientras nos
movíamos al son de la música, busqué su mirada y le regalé una sonrisa.
Narra Santino:
Nos dirigimos a la mesa a comer
el primer plato. Estuve charlando con todos mis primos y hermanos. Me sentía
muy feliz de poder estar disfrutando una noche junto a mi familia, y junto a mi
novia que ya se había integrado. Nos reíamos mucho, todos. En cada mesa había
una cámara de fotos. Era una buena idea para que los invitados se saquen fotos
y les quede de recuerdo a los casados, con Emma nos copamos y nos sacamos
varias haciendo caras raras.
Narra Emma:
Hubo un montón de momentos
lindos en la fiesta, y muchas sorpresas también, tanto para los invitados como
para los protagonistas. Era la noche soñada. Y claramente, como toda mujer, me
imaginaba y fantaseaba con algún día casarme y tener una fiesta parecida. Luego
de varias tandas de música, platos de comida y videos, llegó una parte
especial. Apareció una banda y nos brindó un show extraordinario. Después
Santino se ofreció a cantar y al subir a un especie de escenario y dedicarle
unas palabras a su prima y su pareja, deslumbró a todos con su increíble voz y
su envidiable inglés. Cantó un par de canciones y logró captar la atención de
cada persona ahí presente.
-¿Te traigo un balde?-me bromeó
Jazmín.-Se te cae la baba. Te tiene embobada mi hermano.-agregó y rió; reí
también.
-Es un divino tu hermano.-le
comenté.-Y canta muy bien.
Terminó de cantar y el salón
estalló de aplausos. Bajó y fue al encuentro de su prima quien se acercó para
abrazarlo.
-¿Por qué no vas a cantar
vos?-me preguntó Jazmín y la miré extrañada.
-¿Qué? No.-dije y reí nerviosa.
-¿Por qué? Cantas re
bien.-insistió.-Yo te presento.-agregó levantándose de su silla.
-No, Jaz.-le pedí.-No me animo,
no soy de la familia.
-Anda pensando la canción
porque cantas.-me dijo decidida y se encaminó a esa especie de escenario que
habían armado.
Miré hacia donde estaba
Santino. Se encontraba de espaldas y conversando con unos familiares. Vi a
Jazmín decidida casi llegando a agarrar el micrófono. Suspiré y acepté la idea,
aunque me generaba ciertos nervios. La hermana de Santino pidió la atención de todos
y anunció que yo iba a cantar. Para ese entonces ya se me había ocurrido una
canción, que no iba dirigida solamente a los homenajeados, sino que también se
la dedicaba a Santino.
Narra Santino:
Me sorprendí al girarme y ver
que Emma estaba por cantar. Visualicé una silla libre cerca de la mesa en donde
me encontraba conversando y me senté. Me buscó con su mirada y al encontrarme
le sonreí, para darle seguridad.
Narra Emma:
Sentí todas las miradas en mí y
me senté en una silla alta, enfrentada al micrófono. Jazmín me alcanzó una
guitarra e intenté que no me invadieran los nervios. Me presenté y dije unas
palabras, para luego tomar aire y empezar a cantar.
Llegas, se acabó una
larga espera
este invierno es
primavera porque llegas ...
y me abrigo en ti.
Llegas, cuando no creía
en nada
como luz de madrugada
es cuando llegas ...
y me refugio en ti.
Y así, vas cubriendo el
frío con amor
vas, haciéndome sentir
mejor
porque llegas
encendiendo el corazón.
Narra Santino:
No podía ni quería sacarle la
mirada de encima. Y cuando sus ojos se encontraban con lo míos, el pecho se me
llenaba de felicidad. Su voz era suave y dulce, una caricia para mis
oídos.
Haces que mi alma
sienta amor de nuevo
haces que a tu lado ya
no sienta miedo
haces que me entregue
con cada latido
y que no quede ni un
segundo sin estar contigo.
Haces que mi corazón ya
no esté ciego
porque puedo ver en ti
que esto es amor sincero,
haces que te quiera
más,
un poco más
llegas y te quiero más
de lo que ya te quiero.
Narra Emma:
La atención de Santino sobre mí
me hacía sentir un cosquilleo en la panza y me sentía cual niña de quince años
enamorándose por primera vez. Hice una vista panorámica del lugar y me gustaba
ver rostros que expresaban satisfacción al escucharme. Los enamorados también
la estaban disfrutando y me alegraba, aunque en el fondo yo sabía que no se las
estaba cantando a ellos. La letra la estaba sintiendo y cada palabra se la
dedicaba a Santino. La verdad es que me costaba mucho expresar con palabras lo
que sentía, tal vez era miedo a salir lastimada, no lo sé. Pero encontré esta
canción que hablaba por mí y reflejaba todo lo que le quería decir y no me
animaba.
Llegas, a curarme del
pasado
se me olvida que he
llorado
porque llenas
el vacío
en mi.
Y así, vas cubriendo el
frío con amor
vas haciéndome sentir
mejor
porque llegas ...
encendiendo el corazón.
Narra Santino:
Era hermosa, por dentro y por
fuera. En esos momentos quería poder poner replay todo el tiempo para que la
canción no se acabara nunca. Sabía que me la estaba dedicando y que era la
forma que había encontrado para agradecerme. Quería abrazarla fuerte y
prometerle que nunca más la iban a lastimar.
Haces que mi alma
sienta amor de nuevo
haces que a tu lado ya
no sienta miedo
haces que me entregue
con cada latido
y que no quede ni un
segundo sin estar contigo.
Haces que mi corazón ya
no esté ciego
porque puedo ver en ti
que esto es amor sincero,
haces que te quiera
más,
un poco más
llegas y te quiero más
de lo que ya te quiero.
Narra Emma:
Estaba demasiado sensible. La
letra de la canción de Alexander Acha me hizo recordar cada momento desde que
Santino entró en mi vida. No pude evitar que una lágrima recorriera mi mejilla.
Terminó la canción y todos los presentes me sacaron una sonrisa con sus
aplausos. Comenzó a sonar música y todos se entremezclaron en la pista para
bailar y yo solo iba esquivando personas para llegar hasta donde estaba
Santino.
Narra Santino:
Perdí de vista a Emma entre la
multitud. Me levanté de la silla y cuando estaba por avanzar la tenía a
centímetros mío. Le sonreí y de un segundo a otro la tenía abrazándome
fuerte.
-Te amo.-le dije al
separarnos.
Me sonrió y comenzamos a bailar
con los demás.
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