Vistas de página en total

martes, 22 de abril de 2014

Capítulo cuarenta y dos


Una semana después...

Narra Emma:

Antes de que llegara Benjamín me ocupe de hacer las compras en el supermercado y lavar algo de ropa para no levantar sospechas. Esto de ponerme tanto en la cabeza de una persona infiel como del engañado no me agradaba. Estar planeando todo para no dejar rastros de que tenía un amante me ponía en una situación bastante incómoda. 
La convivencia con Santino estuvo muy  bien. No estaba acostumbrada a que alguien se preocupara y me cuidara tanto como lo hacía él. Sabía como sacarme sonrisas y hacerme sentir bien en todo momento. Esos días nos vinieron bien para acercarnos más y para tener más intimidad. Sus besos y sus caricias me trasladaban a otro planeta donde todos los problemas se disolvían. 
Y luego de pasar una semana tranquila y feliz tuve que regresar a este departamento donde ya ni lo material me atraía. Tanto espacio y tanto lujo para una pareja vacía de sentimientos compartidos. 
Sentarme a esperar  a ver con que humor volvía Benjamín y que de eso dependiera mi estado de ánimo. Pero no me quedaba otra opción...por lo menos por el momento.


Narra Santino:

Me sentía feliz. En esos momentos se podía decir que la vida me sonreía.  Cada vez faltaba menos para el campeonato y nuestro equipo tenía todo para ganar, estábamos entrenando bastante bien. La oportunidad de viajar a Madrid para jugar al fútbol junto a mi mejor amigo fue una de las mejores noticias que podía haber recibido. En la facultad me estaba yendo bien, no perfecto, pero al menos aprobaba. Tenía un trabajo en un bar donde hacía lo que me gustaba: cantar. Unos amigos que me bancaban en todas y hoy me iban a ir a ver devuelta. Y en el plano sentimental me encontraba con el alma llena, Emma me enamoraba todos los días un poco más. Y en esos momentos me estaba yendo a almorzar con mi familia a la que amo y agradezco a la vida tener. ¿Qué más podía pedir? Bueno, si entramos en detalles podría pedir que Emma termine finalmente su relación con Benjamín y yo dejar el papel de amante. Pero prefiero no quejarme y valorar todo lo que tengo, que no es para nada poco y me hacia muy feliz. 


Narra Emma:

Cuando creía que las cosas con Benjamín no podían seguir empeorando, sus actitudes me sorprendían. Estaba desquiciado. 
Llegó bien, un poco tenso y preocupado, pero entero. Pero luego se instaló en el living a tomar cantidades exageradas de whisky importado y no lo pude frenar. Tomaba un vaso detrás del otro y lo pasaba como agua. Lo miraba sin saber que hacer. Cuando intenté sacarle la botella se despertó su lado violento y apoyó su mano fuerte en mi pecho haciendo presión y haciéndome retroceder unos pasos. 

-¿Podes dejar de tomar?-le dije enojada logrando sacar su mano que me estaba lastimando.

No me respondió. Siguió sirviéndose y haciendo fondo blanco mientras poco a poco el alcohol le iba haciendo efecto y se ponía más agresivo.

-¡Basta!-le dije ya sin saber que hacer.-¿Qué carajo te pasa?

-Anda a la habitación y quédate ahí.-me ordenó mirándome fijo con su mirada fría e ida.

Me preocupaba que podía llegar a pasar si lo dejaba seguir tomando hasta llegar a quedar inconsciente. Tampoco sabía muy bien como reaccionar ante dicha situación. Lo observé y cuando se distrajo atiné a sacarle el vaso de la mano. Su rostro se transformó y estalló el vaso de vidrio contra el piso. Lo demás no sé como fue pero a los segundos me encontraba con una mano llena de sangre y me quedé congelada en el lugar. 

-¡La puta madre Emma! Mira lo que me haces hacer.-gritó al ver mi estado.

Protestó y me empujó llevándome hasta la puerta. Me subió a su camioneta y me llevó a la guardia. Es tan inútil que ni siquiera sabe curar una herida no tan grave. 


Narra Santino:

Me gustaba pasar tiempo con mi familia. En mi departamento estaba muy tranquilo y amaba la independencia, pero debía admitir que muchas veces extrañaba el convivir con ellos. 
Se hizo de noche y ya me encontraba en el bar terminando de organizar con el tío de Josefina. Las personas iban llegando y se ubicaban para cenar o simplemente para tomar un trago.


Narra Emma:

Con Tania fuimos las primeras en llegar. Nos sentamos y al ratito llegó Bruno con varios chicos del equipo de fútbol. Santino sonrío al vernos a todos. Nosotros también estábamos contentos de acompañarlo en esto. 


Narra Santino:

Me acerqué al micrófono, intercambie un par de palabras con el público y luego empecé a cantar.

Oh her eyes, her eyes

make the stars look

like they're not shining

Her hair, her hair

falls perfectly

without her trying

She's so beautiful

and I tell her everyday



Narra Emma:

Nunca me iba a cansar de decir que amaba su voz. Y tenía esa pronunciación tan perfecta que enamoraba.

Yeah I know, I know

when I compliment her

she wont believe me

And it's so it's so

sad to think she

don't see what I see

But everytime she asks me do

I look okay

I say


Narra Santino:

Cantar temas de Bruno Mars ya se me estaba haciendo costumbre. Algún día iba a componer mis propios temas, y deseaba hacerlo en inglés.
No podía evitar mirar a Emma, le dedicaba esta canción. 

When I see your face

there's not a thing

that I would change

Cause you're amazing

Just the way you are


Narra Emma:

Su voz era tan especial que yo me olvidaba de la presencia de todas las personas y mi mirada quedaba totalmente perdida en él.

-Mira, te dije que está enamorado.-le comentó Bruno a Tania.

-Shh, amor.-lo calló ella.-Ya que vos no cantas déjame escuchar a tu amigo.

Lo miraba y sonreía sin poder disimularlo. Hasta que sentí la mirada de Tania sobre mí y corrí la vista, tomando un poco el trago que me había pedido.

And when you smile

the whole world stops

and stares for a while

Cause girl you're amazing

Just the way you are.


Narra Santino:

Luego de cantar un par de canciones más, me acerqué a donde estaban mis amigos y los saludé.

-¿Jose y Luli no vinieron?-pregunté.

-No, no podían.-me respondió Tania.-Pero te mandaron saludos.


Narra Emma:

Santino se sentó al lado mío y nos quedamos un rato hablando. De repente posó su mirada en mi mano vendada. 

-¿Qué te pasó?-se interesó, un poco preocupado.

-Me lastimé, pero nada importante.-mentí.-Cantaste re bien, me encanta esa canción.-agregué cambiando de tema.

-Enséñale a cantar a tu amigo, please.-le pidió Tania.

-Me está discriminando.-protestó Bruno.

Nos quedamos un rato más y luego nos empezamos a ir yendo. Yo me volví al departamento con Tania, ya que le pedí que venga por unos días porque no quería quedarme sola con Benjamín.




Twitter: @janetroseblog 

No hay comentarios:

Publicar un comentario