Narra Emma:
Me apuré para
llegar al departamento antes de que llegara Benjamín. Acomodé todo y limpié un
poco. Cuando me estaba por poner a preparar la cena se escuchó el ruido de la
puerta.
-Hola, amor.-me
dijo Benjamín entrando a la cocina.-¿Tania?
-En su casa.-le
respondí.-Le dije que no viniera a dormir, como me pediste.
-Así me gusta.-me
dijo haciendo aparecer su sonrisa de victoria.-¿Ves como nos entendemos?
Lo miré de reojo
pero no le respondí. Seguí sacando las cosas de la heladera y pensando que
cocinar.
-Anda a recostare
o a mirar la tele.-me dijo.-Cocino yo.
Lo miré
extrañada. ¿Desde cuándo quería ocuparse de la cena?
-¿Es broma?-le
pregunté sin entender.
-No.-me
respondió.-Quiero prepararte la cena yo hoy. ¿Está mal?
No quedé muy convencida
pero si se quería ocupar él, no me iba a oponer.
-Bueno, te dejo a
vos.-le respondí yéndome a la habitación.
Él se fue a
cambiar y luego se instaló en la cocina para preparar la cena. Todo era muy
extraño.
Narra Santino:
Luego de sacar a pasear
a Gala y de terminar de leer unos libros de la facultad, vino Bruno. Destapé
unas cervezas y nos sentamos en el sillón mientras esperábamos las empanadas
que habíamos pedido.
-Todavía no puedo
creer lo de Emma.-me comentó.-Sos el amante, hermano. Es muy loco.
-La estoy
bancando hasta que pueda hablar bien con el novio y terminar con esa
relación.-le dije.-No me interesa ser el amante.
-Sabía que
estabas enamorado de ella, pero no pensé que llegarías al punto de aceptar
compartirla.-me dijo metiendo púa.
-Te repito, no me
interesa ser el amante. Yo no la quiero compartir.-le expliqué.-Pero la
situación es complicada, y por el momento me tengo que conformar con esto.
-¿Y se acuesta
con los dos?-se interesó de repente y lo miré mal.
-No. Se supone que
está conmigo, y que con él está en crisis.-le respondí.
-Se
supone...-acotó.
-No me hagas la
cabeza, dale.-le pedí.-Te estoy contando como son las cosas.
-Me parece
perfecto que la quieras y que te la juegues por ella.-me dijo.-Pero no seas demasiado
flexible, comprensible. Sino vas a seguir siendo el segundo eternamente.
-Pienso lo mismo,
pero no la puedo presionar. No quiero tampoco.-le dije.
-Está bien, no
digo que la presiones.-me dijo.-Pero tampoco hagas el papel de boludo.
Narra Emma:
Benjamín me avisó
que ya estaba lista la cena, y me dirigí a la cocina. Al entrar me encontré con
todo servido en la mesa, las luces apagadas y velas que iluminaban y creaban un
ambiente romántico. Me sonrío y suspiré fastidiosa.
-¿Por qué haces esto?-
le pregunté mirándolo fijo.
-Me comporté mal
con vos este último tiempo, y sé que nuestra relación está pasando por una
crisis.- me respondió- Y tal vez esto ayude a nuestra reconciliación.
Él se sentó y yo
permanecí parada mirándolo.
-Creí que había
quedado en claro que yo sigo con vos y sigo viviendo acá bajo amenaza.-acoté.
Su sonrisa se
desdibujó y se tomó unos segundos para responder.
-No vuelvas a
decir que estás conmigo bajo amenaza, porque no es así.- dijo y rodeé los
ojos.- Siempre me reprochaste que no te escuchaba, que no quería hablar. Bueno,
ahora preparé esta cena para que podamos hablar y tratar de salvar la relación.
-Te lo decía
antes cuando todavía estábamos a tiempo de salvar la relación.- le contesté.-
Ahora no, ya es tarde.
Tragó saliva y me
hizo señas de que me siente a comer. Suspiré y le hice caso.
-Yo reconozco que
tengo millones de defectos, y que últimamente te estuve tratando mal y estuve
agresivo. Pero te juro que no fue apropósito, estoy mal con el trabajo y vengo
acumulando cosas.- me explicó.- Me siento horrible porque sé que te lastimé.
-No es algo de
este último tiempo.- le dije.- Hace mucho que me vengo bancando que no me
valores, que no me prestes atención, que me domines, que me uses. Estoy harta
de todo esto.
Bajó la mirada y
comió un bocado. Yo miré el plato pero se me había ido el apetito.
-Sos injusta,
Emma.- acotó haciéndose la víctima.- Sólo miras lo negativo. Yo a vos te di
todo. Nos pusimos de novios y te traje a vivir acá, te ofrecí mantenerte, te
compré mil regalos, me ocupé de que no te faltara nada, te cuidé, te amé…te
amo.-agregó y se corrigió rápido a lo último.
-Me dijiste que
nunca me amaste.- le recordé.-Y que me engañas con otra mujer.
Comió otro bocado
mientras se contenía para no levantarme la voz.
-Eso te lo dije
porque estaba sacado ese día.- se defendió.- Y porque era lo que querías
escuchar. Me venías molestando hace días con eso.
-¿Me estás
queriendo decir que es mentira y que no me engañas?-me interesé sin creerle una
palabra.
-Tal vez tuve
algún desliz con alguna mujer, pero no te engaño, no tengo una amante.- me
respondió.- Sos la única que me importa, te lo juro.- agregó agarrándome la
mano.
Me lo quedé
mirando.
-Perdóname,
Emma.- me dijo con los ojos llorosos.- Fui un imbécil, pero te amo y no te
quiero perder.
¿Desde cuando
Benjamín tenía sentimientos y estaba a punto de llorar? Me confundía demasiado.
No sabía ni qué responderle.
-Dame otra
oportunidad.- me pidió.- Te prometo que cambio lo que quieras.
-No puedo creerte,
no puedo perdonarte tampoco.- le dije.- Yo ya no siento lo mismo que sentía por
vos al principio.
-¿Qué tengo que
hacer para demostrarte que me importas?- me preguntó.
Le estaba por
responder cuando de repente escuchamos un forcejeo en la puerta y seguido pasos
fuertes que se acercaban a nosotros. Abrimos los ojos de par en par y a mí se
me paralizó el corazón.
Twitter: @janetroseblog
No hay comentarios:
Publicar un comentario