Narra Emma:
Terminó mi día
laboral y al ir caminando por la calle me dieron ganas de hacer algo que me
gustaba y que se sumaba a la lista de cosas que había resignado cuando empecé
la relación con Benjamín. Y ahora estaba transitando una etapa de volver a
encontrarme conmigo misma y con las cosas que me apasionaban. Fui a comprar los
elementos necesarios y me dirigí al departamento en el que convivía con
Santino. Acomodé el bastidor y los acrílicos en la mesa del living y me puse un
guardapolvo, ya estaba lista para pintar y hacer arte.
Narra Santino:
Era un día
hermoso y soleado, y yo muriéndome de calor en traje. Tenía que dar un oral
importante en la facultad y debía ir vestido formalmente. No me preocupaba para
nada la presentación, tenía todo estudiado. Pero en lo único que pensaba era en
salir de la facultad y deshacerme de esa corbata que me estaba casi ahorcando.
Narra Emma:
Un poco de música
y me olvidé del tiempo. Estuve un largo rato pintando y ocupándome del bastidor
que pensaba colgar en el departamento. En el instante en que terminé y me
limpié las manos con un trapo, sonó el timbre. Me levanté de la silla y me
dirigí a la puerta. Al abrir me encontré con una mujer alta, pelirroja y de
buen físico que me miró de arriba abajo con superioridad. Vestía un short
ajustado que dejaba lucir sus largas piernas y una remera corta que terminaba
antes del ombligo.
-Hola.-dijo
rompiendo el silencio.-¿Está Santino?
-Mi novio no está
en estos momentos.-le respondí marcando territorio.-¿Qué necesitabas?
Capaz no hacía
falta la aclaración de "mi novio", pero una ola de celos invadió mi
ser y no pude evitar reaccionar. La miré a ella y luego me miré a mí, y me
sentí inferior.
-Le vine a traer
esto.-respondió entregándome una billetera.-Se la olvidó hoy a la mañana.
-Bueno, yo se la
doy.-acoté.-¿Algo más?-agregué con mil preguntas en la cabeza.
-Sí. Decile de mi
parte que quiero la revancha.-me contestó con intenciones de irse.-Ah, me llamo
Jessica.
Cerré la puerta y
observé la billetera que tenía en la mano. ¿Dónde se la había olvidado? ¿Y por
qué la tenía ella? Eran algunas de las preguntas que empezaban a dar vuelta por
mi cabeza. La apoyé en una mesita y me volví a acercar al bastidor. Comencé a
acomodar todo sin poder dejar de pensar en la pelirroja. "Decile de mi
parte que quiero la revancha" recordé. ¿De qué diablos hablaba? El mal
humor empezó a apoderarse de mí y dejé el bastidor a un lado, ya sin ánimos de
mostrárselo a Santino.
Narra Santino:
Al salir de la
facultad me dirigí a la casa de Bruno. Sólo esperaba no interrumpir ningún
momento íntimo. Me alivié cuando me abrió y me di cuenta que estaba solo.
Avancé hasta el living y me senté en el sillón.
-La pelirroja me
va a volver loco.-le comenté mientras me deshacía de la corbata y me aflojaba
un poco los primeros botones de la camisa.-Me está acosando.
-¿Cómo que te
acosa?-se interesó luego de reírse; yo no lo veía la gracia al asunto.
-No para ni un
segundo de mandarme mensajes, y eso que no le respondo.-le respondí.-Y hoy se
me apareció en la puerta de la facultad y me acorraló contra una columna y me
quiso besar...Está completamente loca.
-Por lo que me
comentas, dudo que sólo te haya querido besar...-bromeó y se rió.-Relaja,
hermano. No es tan grave.-agregó al ver mi expresión.
-Está desesperada
y no sé lo que es capaz de hacer.-le dije preocupado.-Me costó llegar a estar
bien con Emma, como para que venga a arruinarlo.
-¿Y quién dijo
que Emma se va a enterar de su existencia?-me preguntó.-Yo no pienso decir
nada...y si te queres sacar las ganas, te cubro.
Lo miré y negué
rápido con la cabeza.
-¿De qué hablas,
Bruno?-le pregunté molesto.-No me interesa otra mujer que no sea Emma.
-Como
digas.-concluyó.-No sabes lo bien que la pasé con la rubia...
-¿Estuvieron?-me
interesé.
-La mejor noche
de mi vida.-se limitó a responder.
-¿Y con Tania qué
pensas hacer?-le pregunté acomodándome en el sillón.
-No sé.-contestó
y su sonrisa desapareció.-Me mandó un mensaje para vernos.-suspiró.
-Si la amas, no
la dejes ir.-le aconsejé.
-¿Y Wendy?-me
preguntó dudando.
-No la ves más,
ya te sacaste las ganas.-le contesté.-Aparte Wendy...¿cómo se puede llamar así,
man?-agregué y me reí.
-Sí, la
verdad...-acotó y se rió.
Narra Emma:
Me recosté en la
cama y fijé mi mirada en el techo. No podía evitar hacerme la cabeza e
imaginarme un sinfín de situaciones que podrían haber pasado entre Santino y
esa mujer. Y no sabía por qué me sentía así...triste, cuando tranquilamente
podría ser una simple compañera de facultad, aunque sus dichos no me cerraban.
Y es que al verla y compararme con ella, me sentí muy chiquita, muy inferior,
muy nadie. Ella era mil veces más linda, y eso era indiscutible. Tenía más
altura, más cuerpo. Y poseía algo que yo carecía, y probablemente a
Santino le atrajera...seguridad en sí misma.
Escuché el sonido
de las llaves y me levanté, dirigiéndome a las escaleras. Al bajar lo vi
entrando con el saco y la corbata en la mano. Borré las imágenes que invadieron
en mi cabeza y me acerqué a saludarlo, aunque lo hice distante.
-¿Cómo estás, mi
amor?-me preguntó dejando las cosas por ahí.-Hoy tuve un día agotador, no doy
más. Me voy a dar una ducha.
Se dirigió a las
escaleras y no aguanté más.
-¿Quién es
Jessica?-le pregunté mirándolo de espaldas y noté como se frenaba en el primer
escalón.
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