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lunes, 18 de agosto de 2014

Capítulo sesenta y ocho


Narra Santino:

No fue tan fácil como creía, la pelirroja jugaba muy bien. Igualmente le gané, y claramente nos quedamos con la cancha. 
Se acercó no muy conforme con el resultado y me estiró la mano mirándome fijo.

-Bien jugado.-me comentó algo molesta.

-Lo mismo digo.-dije agarrándole la mano.

Bruno y la rubia se acercaron a nosotros. 

-La cancha es de ustedes.-acotó la rubia.

-No sólo la cancha.-le respondió Bruno, y miraron sin entender.-Como perdieron tienen que aceptarnos una cena esta noche.-agregó y lo fulminé con la mirada.

-¿Y eso cuando fue pautado?-se interesó la rubia.

-Ahora.-le aseguró con la pelota en la mano.-Los ganadores siempre tienen derecho a pedir algo más.

Creí que iban a rechazar la propuesta, sin embargo ocurrió lo contrario.

-Aceptamos.-confirmó la pelirroja quien no me sacaba los ojos de encima.-¿Sus nombres?

-Santino.-respondí apoyándome la mano en el pecho.-Y Bruno.-agregué señalándolo.

-¿Ustedes?-se interesó Bruno.

-Jessica.-respondió la pelirroja.-Y ella Wendy.

Ambas se fueron para dejarnos entrenar antes de que llegaran nuestros compañeros. Pero antes nos pasamos los números de celular, algo de lo que seguramente luego me iba a arrepentir.


Narra Emma:

Me quedé hablando con mi mejor amiga un rato largo. Realmente nuestras conversaciones eran interminables. La vi más animada desde que decidió hablar con Bruno para arreglar las cosas, y me alegraba, me gustaba la pareja que hacían.


Narra Santino:

Terminé de entrenar con mis compañeros de equipo y me dirigí al vestuario. Estábamos entrenando mucho, ya que el fin de semana comenzaba el campeonato y lo queríamos ganar.

-Que buena noche vamos a tener hoy, hermano.-me comentó Bruno con una botella de agua en la mano.

-No cuentes conmigo.-apenas respondí sacándole el agua para tomar.

-¿Por qué?-me preguntó preocupado.-No me hagas esto. ¿Vos viste lo buena que está la rubia? Me cortas las piernas si me haces perder esta oportunidad.

Lo ignoré mientras me terminaba la botella y la revoleaba al tacho de basura.

-Aparte no me digas que no te gustó la pelirroja.-insistió.-Te vuelve loco, no me mientas.

-No, Bruno.-respondí guardando mis cosas.

-Te conozco.-continuó persiguiéndome por todo el vestuario mientras saludaba a los chicos.-Te encantó que sea segura de sí misma.

-Basta.-le respondí saliendo del vestuario.-No me vas a convencer.

-Por favor.-me suplicó.

-Ya estás grande para que te haga la segunda. Salí vos solo con la rubia.-le dije sacando las llaves del auto del bolsillo del pantalón.-Suerte.-agregué dándole una palmada en la espalda y desapareciendo.


Narra Emma:

Tania se fue y me puse con la computadora a revisar unos mails. Cuando miré la hora y vi que se estaba acercando la noche me dirigí a la cocina para ver que podía cocinar. En eso escuché el sonido de las llaves.

-Llegué.-dijo Santino entrando.

Dejó las cosas en el living y se acercó hacia donde estaba y me saludó con un beso. 

-Te ayudo a cocinar.-me dijo sacando cosas de la heladera y ubicándose a mi lado.

-¿Cómo estuvo el entrenamiento?-me interesé.

-Bien, ya estamos re entrenados para el campeonato.-me contestó preparando una ensalada .-Igual tenemos que seguir practicando.

-Me alegro.-acoté.-Hace un rato estuvo Tania acá.

-¿Sí?-me preguntó.-¿Qué cuenta la rubia?

-Extraña mucho a Bruno.-le respondí.-Quiere hablar con él para arreglar las cosas y volver.

-Se dio cuenta medio tarde que lo extraña...-me comentó.

-Lo importante es que se dio cuenta, y está muy enamorada de él.-le dije.-Va a ir ahora a la casa para hablar.-agregué y casi se saca un dedo cortando el tomate.

-¿Cómo ahora?-me interrogó un poco nervioso.


Narra Santino:

-Sí, igual no le digas nada porque va a ir de sorpresa.-me explicó llevando la comida al horno.

-La sorpresa se la va a llevar ella...-comenté por lo bajo.

-¿Qué?-me preguntó y agradecí que no me haya escuchado.

-No, nada.-respondí rápido.-Que es una buena sorpresa pero creo que Bruno no está en la casa.-mentí y saqué rápido mi celular del bolsillo del pantalón.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró extrañada mientras yo intentaba comunicarme con Bruno para informarle.

-¿Qué es lo que pasa?-me interrogó mirándome expectante.

Su mirada exigía una respuesta sincera, pero no podía mandar al frente a mi mejor amigo. Habían ciertos códigos que no podía romper y eso significaba que lo debía cubrir.

-Quiero averiguar si está en la casa para que Tania no vaya sin sentido.-le inventé.-Me parece que se iba a lo de Agustín.

No sé si me creyó pero no me preguntó más del tema. Terminamos de cocinar y nos sentamos en la mesa a cenar.


Narra Emma:

Estaba intentando dormirme pero la luz de la pantalla del celular de Santino me daba justo en la cara. Tuve paciencia pero pasaban los minutos y continuaba en el medio de la oscuridad con el celular en la mano mandándose mensajes con vaya a saber uno quien.

-Santi...-me quejé llevándome las manos a la cara.-...la luz del celular.

-Perdón, mi amor.-se disculpó.-Ya termino y lo dejo.

-¿A quién le escribís?- me interesé casi quedándome dormida.

-A los chicos.- respondió rápido y dejo el celular en la mesita de luz.

Creo que me comentó algo más pero ni lo registré. Me di vuelta y me quedé dormida al segundo.




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