Narra Santino:
No fue tan fácil
como creía, la pelirroja jugaba muy bien. Igualmente le gané, y claramente nos
quedamos con la cancha.
Se acercó no muy
conforme con el resultado y me estiró la mano mirándome fijo.
-Bien jugado.-me
comentó algo molesta.
-Lo mismo
digo.-dije agarrándole la mano.
Bruno y la rubia
se acercaron a nosotros.
-La cancha es de
ustedes.-acotó la rubia.
-No sólo la
cancha.-le respondió Bruno, y miraron sin entender.-Como perdieron tienen que
aceptarnos una cena esta noche.-agregó y lo fulminé con la mirada.
-¿Y eso cuando
fue pautado?-se interesó la rubia.
-Ahora.-le
aseguró con la pelota en la mano.-Los ganadores siempre tienen derecho a pedir
algo más.
Creí que iban a
rechazar la propuesta, sin embargo ocurrió lo contrario.
-Aceptamos.-confirmó
la pelirroja quien no me sacaba los ojos de encima.-¿Sus nombres?
-Santino.-respondí
apoyándome la mano en el pecho.-Y Bruno.-agregué señalándolo.
-¿Ustedes?-se
interesó Bruno.
-Jessica.-respondió
la pelirroja.-Y ella Wendy.
Ambas se fueron
para dejarnos entrenar antes de que llegaran nuestros compañeros. Pero antes
nos pasamos los números de celular, algo de lo que seguramente luego me iba a
arrepentir.
Narra Emma:
Me quedé hablando
con mi mejor amiga un rato largo. Realmente nuestras conversaciones eran
interminables. La vi más animada desde que decidió hablar con Bruno para
arreglar las cosas, y me alegraba, me gustaba la pareja que hacían.
Narra Santino:
Terminé de entrenar
con mis compañeros de equipo y me dirigí al vestuario. Estábamos entrenando
mucho, ya que el fin de semana comenzaba el campeonato y lo queríamos ganar.
-Que buena noche
vamos a tener hoy, hermano.-me comentó Bruno con una botella de agua en la mano.
-No cuentes
conmigo.-apenas respondí sacándole el agua para tomar.
-¿Por qué?-me
preguntó preocupado.-No me hagas esto. ¿Vos viste lo buena que está la rubia?
Me cortas las piernas si me haces perder esta oportunidad.
Lo ignoré
mientras me terminaba la botella y la revoleaba al tacho de basura.
-Aparte no me
digas que no te gustó la pelirroja.-insistió.-Te vuelve loco, no me mientas.
-No,
Bruno.-respondí guardando mis cosas.
-Te
conozco.-continuó persiguiéndome por todo el vestuario mientras saludaba a los
chicos.-Te encantó que sea segura de sí misma.
-Basta.-le
respondí saliendo del vestuario.-No me vas a convencer.
-Por favor.-me
suplicó.
-Ya estás grande
para que te haga la segunda. Salí vos solo con la rubia.-le dije sacando las
llaves del auto del bolsillo del pantalón.-Suerte.-agregué dándole una palmada
en la espalda y desapareciendo.
Narra Emma:
Tania se fue y me
puse con la computadora a revisar unos mails. Cuando miré la hora y vi que se
estaba acercando la noche me dirigí a la cocina para ver que podía cocinar. En
eso escuché el sonido de las llaves.
-Llegué.-dijo
Santino entrando.
Dejó las cosas en
el living y se acercó hacia donde estaba y me saludó con un beso.
-Te ayudo a
cocinar.-me dijo sacando cosas de la heladera y ubicándose a mi lado.
-¿Cómo estuvo el
entrenamiento?-me interesé.
-Bien, ya estamos
re entrenados para el campeonato.-me contestó preparando una ensalada .-Igual
tenemos que seguir practicando.
-Me alegro.-acoté.-Hace
un rato estuvo Tania acá.
-¿Sí?-me
preguntó.-¿Qué cuenta la rubia?
-Extraña mucho a
Bruno.-le respondí.-Quiere hablar con él para arreglar las cosas y volver.
-Se dio cuenta
medio tarde que lo extraña...-me comentó.
-Lo importante es
que se dio cuenta, y está muy enamorada de él.-le dije.-Va a ir ahora a la casa
para hablar.-agregué y casi se saca un dedo cortando el tomate.
-¿Cómo ahora?-me
interrogó un poco nervioso.
Narra Santino:
-Sí, igual no le
digas nada porque va a ir de sorpresa.-me explicó llevando la comida al horno.
-La sorpresa se
la va a llevar ella...-comenté por lo bajo.
-¿Qué?-me
preguntó y agradecí que no me haya escuchado.
-No,
nada.-respondí rápido.-Que es una buena sorpresa pero creo que Bruno no está en
la casa.-mentí y saqué rápido mi celular del bolsillo del pantalón.
Dejó de hacer lo
que estaba haciendo y me miró extrañada mientras yo intentaba comunicarme con
Bruno para informarle.
-¿Qué es lo que
pasa?-me interrogó mirándome expectante.
Su mirada exigía
una respuesta sincera, pero no podía mandar al frente a mi mejor amigo. Habían
ciertos códigos que no podía romper y eso significaba que lo debía cubrir.
-Quiero averiguar
si está en la casa para que Tania no vaya sin sentido.-le inventé.-Me parece
que se iba a lo de Agustín.
No sé si me creyó
pero no me preguntó más del tema. Terminamos de cocinar y nos sentamos en la
mesa a cenar.
Narra Emma:
Estaba intentando
dormirme pero la luz de la pantalla del celular de Santino me daba justo en la
cara. Tuve paciencia pero pasaban los minutos y continuaba en el medio de la
oscuridad con el celular en la mano mandándose mensajes con vaya a saber uno
quien.
-Santi...-me
quejé llevándome las manos a la cara.-...la luz del celular.
-Perdón, mi
amor.-se disculpó.-Ya termino y lo dejo.
-¿A quién le
escribís?- me interesé casi quedándome dormida.
-A los chicos.-
respondió rápido y dejo el celular en la mesita de luz.
Creo que me comentó
algo más pero ni lo registré. Me di vuelta y me quedé dormida al segundo.
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