Narra Emma:
La lluvia limpió
nuestros rostros. Me subí a la espalda de Santino y me llevó hacia el interior
de la casa. Nos secamos y nos cambiamos de ropa. Tomamos algo caliente y nos
recostamos en el sillón del living a ver películas.
Narra Santino:
Cuando dejó de
llover debatimos qué hacer y ganó ir a andar a caballo. Fuimos caminando a un
establo que quedaba cerca de donde estábamos y sacamos dos caballos. El dueño
conocía a mi hermano así que no tuvimos problema. Paseamos un rato por ahí.
-¿Hablaste con
Tania?.-le pregunté esperándola, ya que su caballo estaba más atrás.
-Ayer mientras te
bañabas me llamó.-me respondió alcanzándome.-Pero no pude hablarle mucho de
Bruno porque me evadía el tema.
-¿Está con
alguien?-me interesé.
No descartaba la
idea. Ya había pasado más de un mes y seguían peleados. Bruno, por su parte, la
extrañaba horrores.
-No, no está con
nadie.-me aseguró.-Y sé que sigue enamorada de él.
-Muy enamorada no
debe estar.-acoté en defensa de mi mejor amigo.-Se ve que mucho no lo quería.
-¿Por qué decís
eso?-preguntó frenando al caballo y mirándome.
-Bruno no se
droga, sólo pasó esa vez. Pero en el hipotético caso que tuviera problemas con
las drogas, enojándose y dejándolo no lo ayuda.-le expliqué frenando a mi
caballo también.-Si amas a alguien en serio estás en las malas también, no
salís corriendo al primer problema.
Mi tono de voz
mostraba enojo. Pero no me la estaba agarrando con Emma, sólo le quería
explicar que su mejor amiga no había actuado bien.
-Lo estás mirando
sólo desde una perspectiva.-me contestó.-Si te pusieras en su lugar entenderías
que no es lindo ver a la persona que amas así. Aparte anda a saber lo que le
habrá hecho o dicho en ese estado.
-El enojo del
momento lo entiendo, yo también lo reté por eso. Y fue un pelotudo por pasarse
con el alcohol y las drogas esa noche.-le dije.-Pero ya está, ya pasó el
tiempo. Ya le explicó como fueron las cosas.
-Está bien lo que
decís, pero cada uno reacciona distinto y siente diferente también.-me dijo
haciendo avanzar el caballo.-No la podes juzgar.
-Él estuvo en la
clínica acompañándola cuando estaba mal porque vos estabas internada, y estaban
peleados. Que no se olvide de eso.-seguí diciéndole, alcanzándola.
-No nos vamos a
poner de acuerdo porque yo voy a estar del lado de Tania y vos de Bruno.-me
dijo queriendo cerrar el tema.-No nos metamos y dejemos que arreglen ellos sus
problemas.
Narra Emma:
Hacía mucho
tiempo que no andaba a caballo. Ya se me había olvidado lo lindo que era pasear
en él.
-Ahora que
mencioné lo del día del hospital, me olvidé de comentarte algo de ese día...-me
dijo de repente.
-¿Qué cosa?-me
interesé sin la más mínima idea de lo que podría ser.
-Fue
Josefina.-respondió y abrí los ojos sin creerlo.
-¿En
serio?-pregunté extrañada.-¿Por qué no pasó a verme?
-No sé.-me
respondió.-Seguramente porque supo que ya estabas bien y quiso mantener
la distancia.
Me quedé callada.
Tania no me había contado.
-Pero estaba
preocupada.-agregó.-Te quiere mucho.
Lo miré y me reí.
El me miró extrañado.
-¿Estás
trabajando como defensor de personas y no me enteré, mi amor?-le
pregunté.-Falta que justifiques los actos de mi papá y listo.
-Perdón, me re
enganché. No me di cuenta.-me respondió y se rió.-¿Te animas a una
carrera?-agregó con una sonrisa y una mirada divertida.
No me dio ni
tiempo a reaccionar, su caballo salió galopando rápido.
Narra Santino:
Nos encontrábamos
en la habitación. Mientras ella acomodaba unas cosas, yo hacia zapping en la
televisión para ver si había algo interesante para mirar. Terminó de hacer lo
que estaba haciendo y se encaminó al baño con intenciones de irse a duchar. Me
acerqué y la frené en la puerta. Mis manos se posaron en su cintura y la besé.
Narra Emma:
Sentí sus labios
en el cuello y cerré los ojos. Sus manos me acariciaron lentamente por debajo
de mi remera mientras las mías buscaban perderse entre su pelo. Su boca volvió
a encontrarse con la mía y entre besos nos deshicimos de la ropa que llevábamos
puesta. Deslizó sus manos por mi espalda hasta frenar en mi cintura y me
dirigió al interior del baño, ubicándonos debajo de la ducha. Nos separamos y
nuestras miradas se encontraron, las mantuvimos por unos segundos y luego cerré
los ojos al mismo tiempo que suspiraba. Santino abrió la ducha y me hizo dar
vuelta. Sus manos comenzaron a perderse entre mi largo cabello y con las yemas
de sus dedos me hacía masajes. Permanecí con los ojos cerrados y me dejé
llevar. Sentí como me lavaba el pelo y me lo enjuagaba con delicadeza.
Narra Santino:
Giró hacia mí
buscando mis labios y nos besamos al mismo tiempo que sus manos acariciaban
cada lugar de mi cuerpo y las mías buscaban hacer lo mismo. Luego de un rato
bajo la lluvia de la ducha, la cerré y estiré la mano logrando agarrar una
toalla. Secamos nuestros cuerpos y entrelace mis dedos con los suyos,
llevándola a la habitación. Besé cada parte de su rostro e hice que cayéramos
sobre la cama. Capturé sus labios, y la pasión poco a poco se apoderó de
nosotros. Nos dejamos llevar y nos fuimos perdiendo entre las sábanas.
Narra Emma:
No había otro
hombre que me haya amado y cuidado como lo hacía él. Era inexplicable lo feliz
que era a su lado. El anochecer nos encontró desnudos en la cama. Le dibujaba
con mi dedo índice de la mano izquierda formas en su pecho mientras hablábamos.
Hasta que finalmente nos levantamos a preparar la cena.
Narra Santino:
Nos acostamos en
la hamaca paraguaya que se encontraba afuera y nos quedamos en silencio
mirando las estrellas. No había nada que me diera tanta paz como ese momento.
Mis manos se encontraban rodeando su cintura y su cabeza descansaba sobre mi
pecho. Disfrutaba tanto del silencio y de la brisa que corría sobre nuestros
rostros. Cerré los ojos.
-Santi...-me dijo
rompiendo el silencio.
-¿Qué?-solté aún
con los ojos cerrados.
-¿Soñas con
casarte?-preguntó con sus ojos café fijados en el cielo estrellado.
Su pregunta me
hizo abrir los ojos.
-Sí, pero no
planeo una edad ni un momento específico.-le respondí luego de un
silencio.-Creo que se va a dar cuando tenga que ser, es algo que no se
planifica, simplemente sucede.
-¿Pero no es algo
que pienses mucho?-preguntó dudando.
-En estos
momentos no siento estar preparado. El casamiento para mí es importante y tiene
que pasar sólo una vez.-le respondí y se produjo un silencio.
La atraje más a
mi cuerpo con fuerza y luego dejé un cálido beso en su mejilla.
-Eso no quiere
decir que no te ame ni que no te tenga en cuenta como mi futura mujer.
Simplemente que no pienso en eso en este momento de mi vida.-le expliqué.-¿Vos
seguís con tu capricho de casarte a los 21?
-No es un
capricho.-protestó.-Es un deseo que tengo desde siempre.
-Te ibas a casar
con alguien que no amabas ni te amaba solo para que se te cumpla ese ridículo
deseo, te recuerdo.-le dije.-No podes forzar al destino.
Suspiró y se
quedó callada unos segundos que parecieron eternos.
-No era necesario
traer ese momento, me hace mal.-me contestó enojada.
-Tenes que
superarlo.-apenas respondí.
Amagó a
levantarse e irse ofendida pero se lo impedí a tiempo, quedando sentados.
-No era para que
te enojes, mi amor.-le aclaré.-Sólo quiero que entiendas que esas cosas ocurren
en un momento indicado que es cuando realmente lo sentís.
-Sé con que
intenciones me lo dijiste, y me duele.-me dijo girando para encontrarse con mis
ojos.
-¿De qué
hablas?-le pregunté sin entender a lo que se refería.
-Que sentís que
estoy con vos sólo porque necesito estar con alguien y no porque te elija. Y
que me quiero casar sin importarme con quien sólo para cumplir mi sueño.-me
empezó a decir.-Y no es así, porque yo a vos te amo y estoy enamorada.
-No siento ni
pienso eso.-me defendí.-Y ya sé que me amas, lo veo en tus ojos.
-Pero dudas,
Santino.-me reprochó.-Y no porque vos me lo demuestres más quiere decir que vos
sos el único que ama en esta relación.
-Tranquila, no
dudo de nada.-le respondí corriéndole un mechón de la cara.-No discutamos.
Permaneció en
silencio mirándome a los ojos.
-Te amo mucho, en
serio.-le dije.-Y yo te prometo que cuando menos esperes el momento vas a estar
vestida de novia en el altar.
-¿Con vos al
lado?-se interesó.
-No lo sé.-le
respondí.-Me encantaría que la vida me de esa oportunidad.
-Te amo mucho yo
también.-me dijo con una sonrisa.-Me haces muy feliz.
-Vos a mí
también.-le dije antes de besarla.
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