Narra Emma:
No tuvimos tiempo
de reaccionar. De un momento a otro estábamos acorralados por dos hombres que
nos apuntaban con sus armas. Mi corazón latía cada vez más fuerte y tenía casi
un nudo en la garganta. Benjamín atinó a levantarse de la silla y uno de los
hombres se lo impidió.
-Entrégame toda
la plata y acá no sale nadie herido.-dijo el hombre más bajo de estatura
mirándolo fijo a Benjamín.
-No tengo plata
acá.-respondió él y el hombre más alto me agarró haciéndome levantar.
Con un brazo me agarró
del cuello y con la mano del brazo contrario me apuntaba con el arma en la
cabeza. Empecé a temblar.
-Sabemos que
estás lleno de guita.-acotó el otro hombre.
-Entrega la plata
porque tu chica es boleta.-dijo el que me tenía agarrada y se puso violento.
No me salía ni la
voz. Lo miré a Benjamín suplicándole y se me empezaron a escapar las lágrimas.
-No la
lastimes.-le pidió Benjamín.-Suéltala.-agregó como si tuviera algún tipo de
autoridad.
-¿No escuchaste
pibe?-le gritó el hombre.-Te quedas sin jermu, hermano.-agregó agresivo y me
presionó con fuerza el arma.
Cerré los ojos y
puse cara de pánico. Sentía como aumentaba el latido de mi corazón. Me empezó a
bajar la presión.
No se cómo
ocurrió pero de un segundo a otro me encontraba entre los brazos de Benjamín.
-No la
toquen.-les dijo firme mientras me escondía atrás de su espalda.
Empecé a ver
nublado y no recuerdo más porque me desmayé.
Cuando reaccioné
los hombres ya no estaban y tampoco nos habían robado. Benjamín me contó con
detalles todo lo que había pasado y el relato me hizo volver a temblar. Me
tranquilizó y me hundió en su pecho.
-Mi amor, tuve
mucho miedo que te pasara algo.-me dijo acariciándome el cabello.-Te amo, te
juro que te amo.-agregó con tono de preocupación.
Todavía no salía
del shock por lo que no le pude responder nada. Sólo me dejaba envolver en sus
brazos y agradecía que no haya sucedido una tragedia.
-Me preocupé y te
defendí.-me repetía para hacerme entender que se había jugado por mí.-Después
dudas de lo que siento por vos...
-Gracias.-fue lo
único que me salió decir y no me separé de él.
Narra Santino:
Estaba sentado en
el sillón cenando muy tranquilo mientras miraba la televisión cuando de repente
escuché el ruido de las llaves y cuando miré hacia la puerta vi entrar a mi
hermana Jazmín junto a dos amigas, una de ellas era Agustina.
-Hola Santi.-me
dijo apoyando sus llaves en la mesa del living y acercándose para saludarme.
-Hola a todas.-
dije y las miré a las otras sonriéndoles.-¿Se quedan las tres a dormir?-y ahora
miraba a mi hermana.
Asintió sin darme
ninguna explicación y apoyaron todas sus cosas en el sillón individual. Al
parecer no sólo iba a desaparecer la tranquilidad en el departamento sino que
también me iba a tener que retirar del living.
Les acerqué unos
colchones y se los acomodé. Sí, soy re buen hermano.
-Me voy a mi
habitación.-les comenté.-Si necesitan algo, me avisan.
Jazmín revoleó
los ojos como haciéndome entender que era un pesado. Encima que le comparto mi
departamento la pendeja tiene el tupé de hacerme morisquetas. La adolescencia
de hoy en día es increíble...
Narra Emma:
Continuó
diciéndome todo lo que sentía por mí y lo arrepentido que estaba por haberme
hecho sufrir. No sé realmente si le estaba creyendo cada una de sus palabras,
pero había quedado en un estado tal de sensibilidad que cualquier cosa que me
dijera iba a estar bien.
Sus manos fueron
saliendo de mi cabello y se deslizaron por mi espalda hasta frenar en mi
cintura.
Me separé de su
pecho y sus labios rozaron mi nariz y luego bajaron a mi boca. Fui accediendo a
ese beso amargo hasta que me alejé de repente, cayendo a la realidad.
-Es cualquiera
esto, Benjamín.-le dije.-Yo ya te dije todo lo que sentía.
Sus manos
buscaron las mías y me acercó nuevamente hacia él.
-Te estoy
diciendo que te amo, que me arrepiento y te pido perdón si te hice sufrir. Pero
no quiero perderte.-me dijo mirándome a los ojos.-Dame otra oportunidad.
-Y yo ya te
expliqué que ya no siento nada por vos.-le dije seria pero sin alejarme.-Lo que
vos me digas o hagas ya no cambian las cosas.
Me miró fijo y me
atrajo más hacia él. Comenzó a hablarme del día en que nos conocimos y me
fue enredando en el pasado. Si algo había que admitir es que me conocía
bastante bien como para saber por donde ir para volverme vulnerable. Me siguió
hablando al oído y sus manos se escabulleron por debajo de mi remera. Llegó a
sacármela y cuando sentí sus labios en mi cuello, le puse una de mis manos en
el pecho, empujándolo un poco para atrás. Me miró con sus ojos oscuros y
retrocedí varios pasos.
-Me voy a ir a
dormir a lo de Tania.-le dije sin mirarlo y con intenciones de ponerme la
remera.
Me tiró la remera
al piso y se sacó bruscamente la camisa, acercándose a mí. Me besó agarrándome
las manos con una de las suyas para que no lo pudiera impedir, y con la otra se
bajó la bragueta del pantalón.
-Hagamos el amor,
Emma.-me susurró al oído y se me revolvió el estómago.-No dejemos morir esta
relación.
-Yo no te amo.-le
repetía con angustia mientras dejaba que me desnudara y me llevara a la
habitación.
Conocía cada uno
de mis puntos débiles y lo odiaba por eso. En algún punto estuve de acuerdo porque
recordé cuando anhelaba esos momentos con él, pero luego no quise. Me vi
sometida a su fuerza que impedía que pueda separarme y echar todo para atrás.
Quería llorar pero me dejé ser su objeto sexual porque sonaba lindo su falso
"te amo".
Narra Santino:
Me encontraba en
mi habitación acostado en mi cama intentando dormir. Algo medio difícil
teniendo tres cotorras en el piso de abajo, que seguramente mañana iban a ser
tres zombis. Pero en ese momento no les importaba nada más que su interesante
conversación sobre la ropa que se iban a poner el fin de semana para salir y
como la iban a combinar. Sí, esos temas que sólo les importa a las
mujeres.
Le mandé un
mensaje a Emma creyendo que me iba a responder rápido e iba entretenerme
mientras lograba dormirme, pero nunca tuve respuesta.
Tw: @janetroseblog
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