Capítulo sesenta

Narra Emma:

Al entrar al apartamento me recorrió un escalofrío por el cuerpo. Caminé lentamente hacia la habitación y agradecí que todavía Benjamín no hubiera llegado. Desarmé el pequeño bolso que me había llevado y metí la ropa en el armario. Acomodé un poco todo y me puse a preparar la cena. No podía dejar de pensar, mi mente no paraba ni un segundo. Mi celular vibró y me paralicé. Volví a respirar y leí el mensaje de Santino: "El martes es el concurso, prepara tu hermosa voz. Cuídate. Te amo." Una sonrisa se dibujó en mi rostro y se me ocurrió una idea. Rezaba para que todo saliera bien.

Narra Santino:

Se hizo de noche y recordé que tenía que ir a cantar al bar del tío de Josefina. Me bañé, me vestí y me fui para allá. Al ingresar al lugar me crucé con Josefina, por poco no nos chocamos. Levantó la vista y al verme suspiró con fastidio.

-Me estaba yendo.-me comentó para que la dejara pasar.

-¿Podemos hablar?-le pregunté.

Me senté en una de las mesas y le hice señas de que hiciera lo mismo. Lo dudó unos segundos pero se sentó.

-Si me venís a contar que estás saliendo o de novio con Emma...ya lo sé.-me dijo evitando mi mirada.

Suspiré. Si que iba a ser difícil esto.

-Mira Jose, si vengo a hablar con vos es porque me importas.-le dije y alzó las cejas.-Como persona, como amiga...-agregué rápidamente al ver su expresión.

-No viniste por mí, viniste a trabajar.-dijo e hizo una pausa.-Y no tengo ganas ni de hablar con vos ni con Emma.-agregó y negué con la cabeza.

-Ninguno de los dos queremos lastimarte. No buscamos enamorarnos.-le expliqué.-Aparte lo nuestro empezó mucho antes, no hubo traición.

-Pero me lo ocultaron, me hicieron sentir la más estúpida.-se defendió.-Aparte es horrible enterarme que estoy enamorada del mismo hombre de una de mis mejores amigas.

-Puede ser que no nos hayamos manejado bien, y te pido perdón. No fue apropósito.-le respondí.

Se produjo un silencio.

-Emma te quiere mucho, y sé que vos también a ella. No pierdan esa linda amistad.-le pedí.-Hablen, digan todo lo que tienen que decirse, pero resuelvan el problema de forma adulta.

-No puedo.-dijo con la voz un poco quebrada.-Porque todos deben pensar que lo que me pasa con vos es un capricho, pero yo no se sí puedo soportar verlos juntos.

-Sé que no estás enamorada de mí, pero de eso te vas a dar cuenta cuando te llegue la persona indicada.-le intenté explicar.-Aparte sos hermosa y una gran persona, debes tener una fila de hombres atrás.

No respondió y supuse que no iba a hacerlo. En esos momentos la bronca y la angustia la cegaban, pero sabía que en el fondo ella sabía que yo tenía razón.

-No quiero presionarte, voy a respetar tus tiempos.-le dije.-Esto se te va a pasar y va a estar todo bien.-agregué agarrando una de sus manos y mirándola.

Me soltó la mano de inmediato y me esquivó la mirada.

-El tiempo lo dirá, yo ahora no lo sé.-se limitó a responder.

-Mientras tanto evitaré que nos cruces y voy a dejar de trabajar acá.-le dije.-Podes irte ahora.

Me levanté de la silla, la saludé y me encaminé a hacer mi trabajo. Lo iba a disfrutar, ya que sería mi última vez cantando en ese bar.

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