Narra Emma:
Llegó el sábado y
el entusiasmo de Santino revolucionó el departamento. Se despertó temprano con
buen humor y puso música mientras desayunaba y se hacía el bolso. A mi me costó
levantarme, tenía mucho sueño y además llevaba el cansancio acumulado de la
semana. Pero hice un esfuerzo porque no quería que se fuera sin antes abrazarlo
y desearle suerte.
Narra Santino:
Al fin había
llegado el día. Estaba feliz y re entusiasmado con el inicio del torneo. Llegué
al entrenamiento con mucha energía y los contagié a todos mis compañeros. Había
que poner mucha garra, no podíamos perder. Hoy jugábamos de local.
Narra Emma:
Me encontraba
mirando una película recostada en el sillón cuando sonó el timbre. La puse en
pausa y me dirigí a la puerta. Al abrir me encontré con alguien a quien no
esperaba, por eso alcé las cejas al verlo.
-Hola, hija.-me
saludó con una cálida sonrisa.
-Hola.-le
respondí.-¿Qué haces acá?
-¿No me vas a
dejar pasar?-preguntó intentando ver por encima de mis hombros.
Me corrí y lo
dejé pasar. Cerré la puerta y nos encaminamos al living.
-¿Queres tomar
algo?-le pregunté.
-No, gracias.-me
respondió mirando todo.-Vine para ver en que condiciones estabas viviendo.
-Podes dar un
recorrido, si queres.-le dije dándole paso.
Avanzaba
lentamente y observaba todo con detenimiento. Lo acompañé al piso de arriba y
le mostré la habitación al mismo tiempo que acomodaba un par de cosas que
estaban fuera de lugar. Se quedó inmóvil frente a un estante y agarró con sus
dos manos la foto de Santino con la familia.
-Que linda
familia tiene...-acotó sin sacarle los ojos de encima.
-Sí, y son varios
hermanos. A mi me hubiese gustado aunque sea tener uno.-le respondí
acercándome.-Además es una familia muy unida.
-Muy opuesta a la
nuestra, ¿no?-giró para mirarme.
-Nosotros no
somos una familia.-solté esquivando su mirada.-Dejamos de serlo el día que mamá
falleció.
Le saqué la foto
de las manos y la dejé en su lugar. Salimos de la habitación y bajamos las
escaleras.
-¿El trabajo?
¿Bien?-me interesé.
-Me
echaron.-respondió.-El padre de Benjamín al enterarse de tu nueva
relación...-dejó la frase en el aire.
-Busca un trabajo
digno, papá.-le pedí.-¿Y qué hiciste todo este tiempo?
-Se enteró
ayer...-tan sólo contestó.
-¿Y me viniste a
ver porque no tenes un peso?-lo miré alzando las cejas.
-Me
ofendes.-respondió rápido.-Vine a ver como estabas.
-Me cuesta
creerte.-le dije.
-Me voy.-dijo
secamente y se fue dejando la puerta abierta.
Suspiré y me
acerqué a cerrarla.
Narra Santino:
A sólo media hora
de salir a la cancha, fui a un quiosco de afuera a comprar algo. Cuando volvía
me choqué con Lautaro quien se interpuso en mi camino intencionalmente.
-¿Qué haces?-le
dije sin paciencia y mirándolo mal.
-¿Cómo andas
Santi?-me preguntó con sonrisa falsa.-¿Así que vos y Bruno fueron elegidos para
ir a jugar a Madrid?
-Así es.-apenas
le respondí.-Tengo que ir a jugar.-agregué esquivándolo para entrar al lugar.
-Lo que no saben
los dirigentes del equipo de allá es que tu amigo tiene problemas con las
drogas.-me comentó y frené el paso.-No les va a hacer mucha gracia tener un
jugador drogadicto.-agregó y apreté los puños al mismo tiempo que me daba
vuelta.
-¿Qué dijiste,
imbécil?-le pregunté quedando enfrentados.
-Lo que
escuchaste.-me respondió cruzándose de brazos.
-Fuiste vos,
¿no?-me interesé sacando conclusiones.-¿Vos le ofreciste drogas esa noche?
-No me las
rechazó.-me respondió.-Se lo veía muy contento en ese estado...hasta pensé
venderle más.
Suspiré con
fastidio.
-Me enteré que
tenes una novia muy linda también...-y evidentemente me estaba buscando.
Lo agarré del
cuello de la remera y lo empujé contra la pared sin soltarlo.
-Escúchame una
cosa, fracasado.-escupí con bronca.-Si estás envidioso porque no fuiste
elegido, anda a llorar a la Iglesia, no sé. Pero con mi entorno no te metas.
Lo miré con odio
y lo solté. Ingresé al lugar, encaminándome hacia el vestuario. Nunca había
reaccionado de esa forma, la violencia y las palabras hirientes no eran lo mío.
Pero cuando se meten con alguien que quiero, descarrilo.
Narra Emma:
Tania vino a
buscarme y fuimos al partido. Finalmente había vuelto con Bruno. Al llegar nos
ubicamos en las gradas y esperamos a que comenzara el juego.
Narra Santino:
Salimos del
vestuario y nos dirigimos a la cancha. Me enfrenté con el líder del otro equipo
y el árbitro lanzó una moneda para ver quien empezaba. En los primeros minutos
metí un gol y, al visualizarlo a Lautaro en las gradas, le guiñé el ojo. Me
respondió con una mirada llena de odio y me volví a concentrar en el
partido.
Narra Emma:
El partido
terminó y las personas comenzaron a retirarse. Con Tania fuimos al encuentro de
nuestros novios que habían ganado. Los fuimos a abrazar al ver sus caras de
felicidad.
-¿Nos esperan que
nos duchamos y agarramos nuestras cosas?-preguntó Bruno y su novia asintió.
-¿Salimos a cenar
los 4?-propuso Santino.
-¿No se juntan
con el equipo?-me interesé.
-Sí, pero con
ellos salimos más tarde, después de cenar.-contestó Bruno.
Me gustó la idea
de ir a comer los cuatro. Mientras los esperamos nos pusimos a hablar de la
vida.
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