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sábado, 10 de mayo de 2014

Capítulo cincuenta


Narra Emma:

Me estaba muriendo por dentro. No podía frenar las lágrimas. Él me sacó la mirada de encima y se fue a sentar al sillón, de espalda a mí.

-Amplia, Emma.-me dijo luego de varios segundos.

Permanecí en el lugar. No quería hablar mirándole la espalda, pero tomé aire frenando el llanto para poder darle una explicación.

-Ayer cuando llegué a casa...-empecé a decir.

-Que volvías de haber estado conmigo.-me interrumpió generándome más culpa.

-Sí.-apenas acoté.-Benjamín me preparó una cena de reconciliación. Me pidió perdón por todo, me dijo que me amaba y me propuso volver a intentarlo.-continúe.

No acotó nada y esperó a que continuara.

-Obviamente le respondí que no, que lo nuestro no tenía vuelta atrás, que todo lo que alguna vez hubo había muerto. Y le expliqué que ya no sentía más nada y que no quería seguir conviviendo con él.-seguí.

Su sobrino dijo algo y él se levantó a buscarlo y luego se volvió a sentar con el nene sobre sus piernas.
No me dijo nada y yo seguí con el relato.

-Luego estábamos discutiendo sobre que nunca le importé y que nunca me valoró. Y me lo negó...hasta negó haberme engañado.-dije e hice una pausa.-Y de repente entraron dos hombres armados y nos apuntaron.-agregué y llegué a ver su gesto de preocupación.


Narra Santino:

Continué dándole la espalda pese a que me moría por preguntarle como estaba y si alguno de esos hombres la habían lastimado. Contuve mi preocupación y dejé que continuara.

-Empezaron a gritarnos que le entregáramos dinero y lo miraban fijo a Benjamín exigiéndole, mientras a mi me tenían agarrada del cuello con el revólver apoyado en mi cabeza.

-¿Te lastimaron?-me interesé dándome vuelta de repente, ya sin poderme contener.

Negó con la cabeza y se acercó, sentándose enfrentada a mí. 

-Benjamín me defendió.-me comentó y le hice una expresión.-Te va a sorprender como me sorprendió a mí, pero por primera vez sentí que le importo.

Senté a mi sobrino a mi lado y me acomodé en el sillón. 

-Y bueno...después de eso yo quedé sensible y él aprovechó y continuó con su relato y se acercó...-dije y suspiré.-Y nos besamos. 

Estaba por hacer un comentario pero me interrumpió.

-Y sentí mucho rechazo. Y no quería y me acordé de vos, porque tus besos son los únicos que me llenan.-me dijo volviendo a aparecer las lágrimas en sus mejillas.-Sólo en tus brazos soy feliz. 

Me la quedé mirando. Me destrozaba verla llorar pero también me dolía que se haya acostado con otro hombre.

-Después quiso ir más allá y me llevó a la cama...-siguió diciendo.

-Detalles de eso no, por favor.-le pedí sin mirarla.


Narra Emma: 

No sabía que película se estaba haciendo en su cabeza pero necesitaba que entienda que no lo hice apropósito. Que no quería estar con Benjamín, que no tuve ninguna intención.

-Me negué infinitas veces porque yo no quería. Pero me obligó...y...-dije sin poder calmar el llanto.-Tuve que hacerlo.

Respiró profundo pero no dijo nada. Ni siquiera me miraba.


Narra Santino:

Apreté los puños. Tenía muchas ganas de desfigurarle la cara a ese imbécil.


Narra Emma:

-Santino te juro que lo que menos quiero es lastimarte. Tampoco quiero que pienses que estoy jugando con vos.-le intenté explicar.

Me sequé las lágrimas pero se me seguían escapando.

-Estás en todo tu derecho de enojarte. Yo no puedo darte lo que mereces. Y te juro que me duele.-le dije sincera.-Me encantaría que no estés en ese lugar de mierda de ser el segundo, de ser el "amante" pero es todo mucho más complicado y no se cómo diablos manejar toda esta situación.-agregué quebrando en llanto.


Narra Santino:

La miré a los ojos y pude ver la tristeza que llevaba acumulada.

-Perdóname.-me dijo con los ojos rojos y se me rompió el alma en mil pedazos.

Seguía hablando sola mientras yo la miraba e intentaba entender por qué no me di cuenta antes que estaba sufriendo más de lo que imaginaba.

-Sólo quiero que sepas que yo me sentía perdida hasta que te conocí.-me dijo.-Vos me devolviste la sonrisa. Vos te preocupaste por mi y me enseñaste a quererme.

Ni sabía por qué estaba llorando yo también. Creo que verlo así a ella era lo que me destrozaba. La amaba tanto que no soportaba verla sufrir y torturarse de esa manera.

-Porque para estar bien con alguien primero tengo que estar bien conmigo. Me dijiste vos.-me dijo.-Pero algunas cosas no dependen de mí.

Seguí callado, y ella se levantó y me miró.

-Si queres odiarme estás en todo tu derecho. Te mereces ser feliz y yo lo único que hago es hacerte sufrir..-me dijo.-Chau.

Se dirigió hacia la puerta. Me sequé las lágrimas y la seguí, frenándola. 
Quedamos enfrentados y su espalda quedó pegada a la puerta. Me acerqué quedando a centímetros.

-Te amo.-le dije sin sacarle los ojos de encima.

-¿Qué?-me miró extrañada.

Ella seguramente estaba esperando que la odiara, que estuviera enojado y que no la perdonara. Pero no podía. 

-Te amo, Emma.-le repetí y se le llenaron los ojos de lágrimas.-No puedo odiarte.-agregué negando con la cabeza.-Estoy completamente enamorado de vos.


Narra Emma:

Me quedé dura. ¿Acaso estaba soñando? No podía creer todo lo que estaba escuchando. Era su primer "te amo". No me lo esperaba y menos en ese preciso momento.

-No te voy a decir que me hace feliz el hecho de que te hayas acostado con otro hombre, porque me da mucha bronca y lo quiero matar.-me dijo.-Pero sé que no fue apropósito. Sé que me amas, lo veo en tus ojos.

Le estaba por contestar pero me hundió en sus brazos y me aferré a él.

-No llores más, por favor.-me susurró.

Mi respiración se veía afectada por el llanto. Mis manos rasguñaban su remera para pegarme más a él. Sus dedos se deslizaban por mi espalda y con su otra mano me acariciaba delicadamente mi largo cabello.
Quise decir algo pero empecé a toser y él me calmó.

-Tranquila, mi amor.-me dijo abrazándome más.-Tranquila.

Permanecí entre sus brazos por un largo rato. Poco a poco fui tranquilizándome y recuperando el aliento. Me sentía rara. Creo que el hecho de que no me haya insultado ni gritado me generaba más culpa. Me despegué de su cuerpo lentamente y lo hice dar un paso para atrás. Me secó las lágrimas que me habían quedado y me miró con ternura.

-¿Estás bien?-me preguntó corriéndome el pelo de la cara. 

Asentí con la cabeza. Realmente no sabía que decir. Y volverle a pedir perdón me pareció que lo iba a alterar.
Me agarró de la mano y volvimos al sillón, pero esta vez nos sentamos uno al lado del otro.

-Necesito que hablemos.-me dijo y justo sonó el timbre.-Dame un segundo.-agregó yendo a atender.


Narra Santino:

Era mi hermana que venía a buscar a Franco.

-Hola.-dijo ingresando y mirando a Emma.

-Hola.-le dijo Emma levantándose para saludarla.-Se quedó dormido.-le comentó mirando a Franco.

Lo alzo y nos saludó. Los acompañé hasta la puerta y le di un beso en la frente a mi sobrino antes de que se retirarán.

-Ahora sí.-le dije volviendo al sillón.

-Santi, yo tengo que ir volviendo porque Benjamín...-me empezó a decir.

-Me importa poco y nada Benjamín.-la interrumpí.-Necesito que hablemos ahora.

Me estuvo por responder algo pero se arrepintió. 

-Quiero que confíes en mí y me cuentes todo lo que todavía no me contaste sobre tu relación con él.-le dije.-Y esta vez no me ocultes nada.-agrego serio.



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