Narra Emma:
Caminé de la casa
de Tania hasta mi departamento. Avanzaba despacio con la mirada en cualquier
lado sin prestar mucha atención a lo que ocurría alrededor. No podía dejar de
pensar en Santino y de como le iba a decir el gran error que cometí. Tenía
mucho miedo. No quería lastimarlo. No quería perderlo.
Narra Santino:
Estuve jugando
con mi sobrino. Cada vez que sonreía me llenaba el alma. No hay nada más lindo
que ver a un nene sonreír. Nos entretuvimos hasta que le agarró sueño y se
quedó dormido. Al rato llegó Jazmín y le pedí que lo cuidara mientras yo iba a
entrenar.
Narra Emma:
Al llegar al
departamento me puse a limpiar y a acomodar todo. Quería despejar mi cabeza
pero no podía dejar de pensar en Santino y en todo lo que había pasado.
Narra Santino:
Me encontraba en
el vestuario con Bruno dejando el bolso y poniéndome los botines.
-¿Sabes algo de
Emma?-le pregunté de repente.-No me responde los mensajes y estoy preocupado.
-Que raro.-me
respondió.-Yo la vi hoy. La llamó a Tania y después me la crucé en la casa de
ella.-agregó y se fue porque lo llamó el entrenador.
Me terminé de
atar los cordones y salí a la cancha a correr. No podía terminar de
concentrarme. Si Emma había ido a lo de Tania entonces no le había pasado
nada. Y si la llamó vio mis mensajes también. Eso significaba que no quería
hablar conmigo.
-¡Concentración,
Santino!.-me gritó el entrenador.-¡Vamos, dale!.
Narra Emma:
Al agarrar el
celular vi que tenía varias llamadas perdidas de mi padre. No tenía ganas de
hablar y menos con él. Supuse que me iba a decir un montón de halagos sobre
Benjamín e iba a salir nuevamente con la idea del casamiento.
Narra Santino:
Terminó el
entrenamiento y nos dirigimos al vestuario. No me podía sacar de la cabeza a
Emma. No entendía porque no quería hablar conmigo.
-¿Qué pasó,
hermano?-me preguntó Bruno acercándose con dos botellas de agua en la
mano.-Jugaste muy mal hoy.-agregó dándome una.
-Sí, jugué
horrible.-le respondí.-Estoy en cualquiera.
-¿Por lo de
Emma?-se interesó.
-Sí.-le contesté
y tomé agua.-Hasta ayer estaba todo más que bien. No sé por que ahora no quiere
hablar conmigo.
-Es una chica muy
complicada.-me respondió.- Yo te avisé.
Narra Emma:
Tenía que ir a
ver a Santino y decirle la verdad. No sabía bien como iba a hacer para poderlo
mirar a los ojos y contarle lo que pasó.
Narra Santino:
Llegué a casa y
Franco ya se había despertado. Jazmín me comentó que estaba apurada y se fue
casi sin saludarme.
Me senté en el
piso con mi sobrino y coloqué hojas blancas grandes y empezamos a pintar. Gala
vino corriendo y tiró el tarro de pintura haciendo que quedé todo desparramado
por el piso. Me puse a limpiarlo mientras el nene se ensuciaba todas las manos
y se reía.
Sonó el
timbre.
-Vino mamá.-le
dije limpiándole las manos.-Quédate sentadito ahí.
Fui hasta la
puerta pero cuando abrí no me encontré con mi hermana. Emma apenas me miró e
ingresó.
Observó a mi
sobrino y me di vuelta para verificar que se haya quedado en el lugar donde lo
dejé.
-No sabía que
estabas con Fran.-me comentó.
-Sí, estábamos
pintando.-le respondí.
La noté bastante
nerviosa.
-Era hora de que
aparezcas, ¿no?-le reproché.-Te estuve llamando y te dejé mensajes.
Tragó saliva y se
le pusieron los ojos vidriosos.
-Perdóname.-dijo
sin mirarme.-Perdón.-agregó dejando escapar una lágrima.
Narra Emma:
No podía ni
siquiera mirarlo a los ojos. Me carcomía la culpa. Se me quedó mirando sin
comprender nada de lo que estaba pasando.
-¿Perdón por
qué?-se interesó.
-Perdóname.-le
repetí llorando.
-Mírame, Emma.-me
pidió acercándose.-No entiendo nada.
Narra Santino:
Seguía sin poder
mirarme. Tuve un mal presentimiento.
-Emma háblame,
decime lo que pasa.-le pedí nervioso.-Mírame a los ojos, por favor.
Levantó la cabeza
mirándome y pasó su mano derecha por mi mejilla, acariciándome despacio
mientras su cara se empapaba de lágrimas.
-¿Qué es lo que
pasa?-insistí sacándole la mano y tomando distancia.-Habla, Emma.-agregué
serio.
Me pidió perdón
como unas diez veces más y yo me estaba conteniendo los nervios. ¿Por qué
diablos me pedía perdón?
Como vi que
seguía callada me di vuelta para alzar a mi sobrino.
-Me acosté con
Benjamín.-soltó de repente y me recorrió un frío por el cuerpo.
No llegué a
terminar de alzarlo y lo volví a dejar. Me di vuelta hacia Emma y le clavé la
mirada.
-Perdóname, te
juro que no quise.-me empezó a repetir, negando con la cabeza.
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