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viernes, 7 de febrero de 2014

Capítulo dieciocho


Narra Emma:

Despegué lentamente mis labios de los suyos y mi mirada se encontró con sus ojos verdes. Le sonreí y cuando me devolvió la sonrisa, lo abracé. Hundí mi cabeza en su pecho y cerré los ojos. Sus brazos me aferraron más a él y luego con una mano me acarició el pelo. Tan sólo quería detener el tiempo en ese instante. 


Narra Santino:

Suspiré felicidad. No quería soltarla, deseaba tenerla en mis brazos eternamente. Evitaba pensar en el mañana porque tenía miedo que todo vuelva a ser como antes y continúe la cuenta regresiva para convertirse en la mujer de otro hombre. Alejé esos pensamientos para sólo disfrutar el aquí y ahora. 


Narra Emma:

Permanecimos en esa posición por varios minutos. Luego abrí los ojos y tomé un poco de distancia. Sentí una mezcla de emociones. Pensé en el mañana, en mi papá, en Benjamín, en el casamiento. De pronto me agarró angustia. 

-¿Y ahora?-le pregunté mirándolo a los ojos.-¿Cómo sigo después de esto?


Narra Santino:

Sus ojos se cristalizaron. Temí que se largara a llorar. Si se quebraba no lo iba a poder soportar. Sabía perfectamente a que se refería con su pregunta y un poco me dolía que siga considerando la idea del matrimonio. Por mi parte sentía que no quería dejarla ir.

-Te quiero, Emma.-sólo pude responder y volví a besarla.

-¿Y Agustina?-preguntó separándose.

-No estamos más.-le respondí entre besos.


Narra Emma:

Me dejé llevar. Sus besos me trasladaban a otro planeta. Las agujas del reloj avanzaban pero para mí se había detenido el tiempo. Quería escaparme con él bien lejos, y como me aterraba esa idea. ¿A qué le temía?


Narra Santino:
Me estaba volviendo adicto a sus besos. Por un momento miré la hora y supe que había que volver. Le agarré la mano y entramos. Agarró su cartera y nos fuimos al auto. Arranqué. Puso un poco de música y al rato se quedó dormida.


Narra Emma:

Desperté cuando ya estábamos por llegar. Ahora sí tenía que enfrentar los problemas. 

-¿A dónde te llevo?-preguntó.


Narra Santino:

Por un momento tuve la esperanza de que me pida que la lleve a la casa de alguna de sus amigas o, en su defecto, a mi casa.

-A mi departamento.-respondió, y eso significaba volver a convivir con Benjamín.

-Perfecto.-me limité a responder.


Narra Emma:

Estacionó en la puerta del edificio y permaneció en silencio. Supuse que no le gustaba la idea de dejarme ahí. Me estaba por bajar del auto pero me giré hacia él y lo miré.

-Que lo que pasó quedé entre nosotros.-le pedí.

-¿Ni compartirlo con Bruno y Tania?-se interesó.

-Ni compartirlo con Bruno y Tania.-confirmé.

-Como digas.-expresó y me bajé del auto.


Narra Santino:

Esperé a que ingresara al edificio y arranqué. En el trayecto a mi departamento no pude dejar de pensar en todo lo que había pasado con ella y en sus besos. 


Narra Emma:

Me costó encontrar las llaves en mi cartera pero finalmente abrí la puerta. Me dirigí lentamente a la habitación y pensé que no iba a estar Benjamín. Creí que estaba con su amante o sus amantes, a esta altura ya no sabía que imaginar. Pero estaba ahí, durmiendo del lado izquierdo en la cama matrimonial. De repente abrió sus ojos y me miró.

-¿Qué hora es?-preguntó estirándose. 

-Las 6 de la mañana.-respondí luego de mirar la hora.

-¿De dónde venís?-se interesó luego de un silencio.

-Sin interrogatorio.-le pedí.-Volví pero todavía no decidí nada.

-Bueno, te comento que tuve que hablar con tu papá y está desesperado con querer hablar con vos.-me dijo mientras se levantaba de la cama y se vestía para ir a trabajar.

-¿Cómo que hablaste?-pregunté.-¿Le contaste?

-Sí, le tuve que decir que estábamos como en una especie de tiempo, por así decirlo. Y que no sabías si te querías casar.-respondió con tranquilidad.

-¿Y cómo se lo tomó?-insistí, preocupada.

-Supongo que no le gustó mucho.-se limitó a responder y pasó por el baño.


Narra Santino:

Gala me recibió muy alegre. Me agaché y la acaricié unos segundos. Dicen que los perros al ver a sus dueños sienten lo mismo que sentimos nosotros cuando vemos a la persona que nos gusta. Pensé un rato en eso. Luego subí a mi habitación y me encontré con los apuntes de la facultad...y sí, era hora de estudiar.


Twitter: @janetroseblog

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