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sábado, 15 de febrero de 2014

Capítulo veinticuatro


 Narra Emma:

Al llegar al edificio me encontré con mi padre parado en la puerta con su celular en la mano. Lo saludé y subimos a mi departamento. Una vez adentro, nos sentamos enfrentados en los sillones del living.

-Tengo que hablar con vos seriamente.-empezó y ya me la veía venir.

-¿Qué pasó?-me interesé.

-Hoy en la oficina tuve una conversación con Benjamín.-me dijo.-Me comentó que seguís con indecisión.

¿Acaso a todos les divertía presionarme?

-Sí, todavía no decidí.-respondí.-Y ya sé que estamos a dos días del viernes.-agregué al ver su expresión.

-Hija, ni siquiera lo tenes que pensar.-me dijo.-Hoy hablas con él y le decís que sí.

Lo que hubiese dado porque mi madre estuviera ahí y se pusiera de mi lado.

-¿A vos te importo algo?-me interesé de repente.

Su cara se transformó. Claramente no se esperaba la pregunta.

-En serio te pregunto. Porque últimamente siento que no te interesa si soy feliz o no, si me lastiman o sufro.-agregué al no obtener respuesta.-Ni siquiera me preguntas como estoy. 

-Me ofendes.-se defendió.- Obvio que me importas y te quiero muchísimo. Por eso quiero lo mejor para vos y para tu futuro.

-Hablas de esa manera y te pareces tanto a Benjamín...-solté indignada.-¿Será contagioso?

Suspiró. 

-Emma.-dijo luego de un silencio.-Benjamín sospecha que hay otro hombre.

Abrí los ojos como platos. No podía ser cierto, de hecho nunca me controló ni le importó lo que yo hacía o dejaba de hacer. 
Igualmente yo no había hecho nada fuera del "tiempo", si mal no me fallan los cálculos. Y él me engañaba desde vaya a saber uno cuando. 

-Está loco.-fingí mientras simulaba estar normal.-¿Qué más te dijo?

-No mucho más que eso.-respondió seco.-No estás con otro vos, ¿o sí?-agregó con algo de preocupación.

-Soy una mujer fiel.-mentí.-Aunque él no lo merezca.

-Debes casarte.-insistió otra vez.

Lo miré, ya cansada de escucharlo.

-Si no lo haces te vas a volver una fracasada.-continuó.-Y seríamos dos los fracasados, porque a mí me echarían del trabajo.

¿¿Fracasada?? No podía seguir escuchando a este hombre que lo único que le importaba era la plata, a costa de ser un pobre infeliz, y como si eso no le bastara, querer llevar a su hija por el mismo camino.

-Ya te podes ir.-le dije levantándome del sillón.-Tengo cosas que hacer.-agregué yendo a abrirle la puerta e invitarlo a que se retirara.


Narra Santino:

Cuando Emma se fue saqué a pasear a Gala y luego me fui a entrenar. Estaba con muchas energías y no paraba de meter goles, nadie podía frenarme. Lautaro, con quien no me llevaba bien por cosas que habían pasado, estaba jugando en el equipo contrario y me miraba con bronca. Intentaba sacarme la pelota a toda costa, pero lograba esquivarlo. En un momento se cruzó por adelante mío y se tiró al piso apropósito. 

-Ni lo toqué.-le dije al entrenador al ver que se acercó.

Hizo una terrible actuación pero no le sirvió de nada. Sólo que lo saquen de la cancha, que supongo que no era lo que buscaba.

-¿Sigue habiendo pica entre ustedes?-me preguntó Bruno al finalizar el partido.

-No lo banco ni él me banca.-le respondí.-Y eso ya no va a cambiar.


Narra Emma:

Anocheció. Benjamín llegó y se dirigió directamente a la cocina, donde se sirvió un vaso de whisky. Lo noté un poco nervioso pero no le di importancia. Me acerqué a la cocina para empezar a cocinar.

-¿Cómo estuvo tu día?-preguntó mirándome con el vaso de whisky en la mano.

-Bien, igual que siempre.-me limité a responder.

-¿No tuviste tiempo de preparar la cena antes?-se interesó tomando un trago.

-No. Había mucha ropa que planchar.-le respondí.-Aparte vino mi papá y no se iba más.

-Tendrías que escucharlo más a tu padre.-me dijo.-Es muy sabio.

No respondí. Seguí concentrada con la comida. Él se acercó lentamente, aún con el vaso en la mano.

-Estás muy linda hoy.-me susurró en el oído y me hizo darme vuelta, quedando enfrentada él.

-No puedo terminar la cena, si no me dejas.-protesté.

Me levantó el mentón para que nuestros ojos se encontraran. No podía evitar desviar la mirada. Me acarició la mejilla con su mano derecha y luego me besó. Me causaba mucho rechazo pero no quería que se notara tanto. Igualmente tomé distancia, y él se tomó de golpe lo que quedaba de whisky y dejó el vaso sobre la mesa.

-¿Vos te pensas que soy boludo?-soltó de repente y su voz ya no sonaba tan tranquila.

No respondí.

-No me subestimes, Emma.-remarcó.

-No se de que hablas.-acoté.

-Hace días que estás rara, distante.-me dijo.-Antes estabas todo el tiempo buscándome y reprochándome que no te daba bola y no se que otras boludeces.

Me lo quedé mirando.

-Morías por casarte conmigo y estando a dos días de la fecha seguís como si nada.-continuó.-Y no me creo que es simplemente porque no te hago feliz.

Por suerte seguía calmo y no le había agarrado el ataque como el otro día. Todavía...

-No quiero imaginar que estás con otro.-dijo acercándose otra vez y clavándome fijo la mirada. No serias capaz de animarte a engañarme, ¿o sí?-y sus ojos se volvieron fríos.

Quise hablar pero me interrumpió.

-Puedo llegar a ser muy paciente con tus planteos y tratarte muy bien.-agregó.-Pero si me entero que me traicionas puedo sacar lo peor de mí.

Se acercó demasiado y casi podía respirar. Su mirada me generaba un poco de miedo.

-¿Te quedó claro?-me preguntó pasando su dedo índice de la mano derecha por mis labios.

La situación me puso demasiado incómoda y lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza.

-Así me gusta.-acotó y me dio un beso corto.-Si descubriera que tenes un amante, esa persona no la pasaría para nada bien, y se arrepentiría toda una vida.

Sus amenaza y el tono de vos que utilizaba me hacían temblar. Agradecí que haya tomado distancia porque si no lo iba a usar a su favor.

-Yo que vos no me arriesgaría.-insistió tomando otro vaso de whisky.

Terminó de tomar y agarró bruscamente lo que estaba cocinando y tiró todo a la basura. Me quedé helada.

-Hoy pedimos delivery.-dijo firme y llamó.


Narra Santino:

Fui a cenar a un bar con mis compañeros de fútbol. No con todos igual, con mis más amigos. Me divertía mucho con ellos.


Narra Emma:

Con Benjamín permanecimos toda la cena en silencio. Al finalizar se levantó y se dirigió a la habitación. Volvió cambiado y con un bolso.

-Tengo que ir a cerrar un contrato importante con una empresa. No vuelvo a dormir.-comentó.

-Está bien.-apenas respondí.

Se estaba encaminando a la puerta pero de repente giró y me miró.

-Yo en tu lugar pensaría un poco más la idea del casamiento.-me guiñó el ojo y se fue.  


Twitter: @janetroseblog

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