Narra Emma:
Al llegar al
edificio me encontré con mi padre parado en la puerta con su celular en la
mano. Lo saludé y subimos a mi departamento. Una vez adentro, nos sentamos
enfrentados en los sillones del living.
-Tengo que hablar
con vos seriamente.-empezó y ya me la veía venir.
-¿Qué pasó?-me
interesé.
-Hoy en la
oficina tuve una conversación con Benjamín.-me dijo.-Me comentó que seguís con
indecisión.
¿Acaso a todos
les divertía presionarme?
-Sí, todavía no
decidí.-respondí.-Y ya sé que estamos a dos días del viernes.-agregué al ver su
expresión.
-Hija, ni
siquiera lo tenes que pensar.-me dijo.-Hoy hablas con él y le decís que sí.
Lo que hubiese
dado porque mi madre estuviera ahí y se pusiera de mi lado.
-¿A vos te
importo algo?-me interesé de repente.
Su cara se
transformó. Claramente no se esperaba la pregunta.
-En serio te
pregunto. Porque últimamente siento que no te interesa si soy feliz o no, si me
lastiman o sufro.-agregué al no obtener respuesta.-Ni siquiera me preguntas
como estoy.
-Me ofendes.-se
defendió.- Obvio que me importas y te quiero muchísimo. Por eso quiero lo mejor
para vos y para tu futuro.
-Hablas de esa
manera y te pareces tanto a Benjamín...-solté indignada.-¿Será contagioso?
Suspiró.
-Emma.-dijo luego
de un silencio.-Benjamín sospecha que hay otro hombre.
Abrí los ojos
como platos. No podía ser cierto, de hecho nunca me controló ni le importó lo
que yo hacía o dejaba de hacer.
Igualmente yo no
había hecho nada fuera del "tiempo", si mal no me fallan los cálculos.
Y él me engañaba desde vaya a saber uno cuando.
-Está loco.-fingí
mientras simulaba estar normal.-¿Qué más te dijo?
-No mucho más que
eso.-respondió seco.-No estás con otro vos, ¿o sí?-agregó con algo de
preocupación.
-Soy una mujer
fiel.-mentí.-Aunque él no lo merezca.
-Debes
casarte.-insistió otra vez.
Lo miré, ya
cansada de escucharlo.
-Si no lo haces
te vas a volver una fracasada.-continuó.-Y seríamos dos los fracasados, porque
a mí me echarían del trabajo.
¿¿Fracasada?? No
podía seguir escuchando a este hombre que lo único que le importaba era la
plata, a costa de ser un pobre infeliz, y como si eso no le bastara, querer
llevar a su hija por el mismo camino.
-Ya te podes
ir.-le dije levantándome del sillón.-Tengo cosas que hacer.-agregué yendo a
abrirle la puerta e invitarlo a que se retirara.
Narra Santino:
Cuando Emma se
fue saqué a pasear a Gala y luego me fui a entrenar. Estaba con muchas energías
y no paraba de meter goles, nadie podía frenarme. Lautaro, con quien no me
llevaba bien por cosas que habían pasado, estaba jugando en el equipo contrario
y me miraba con bronca. Intentaba sacarme la pelota a toda costa, pero lograba
esquivarlo. En un momento se cruzó por adelante mío y se tiró al piso
apropósito.
-Ni lo toqué.-le
dije al entrenador al ver que se acercó.
Hizo una terrible
actuación pero no le sirvió de nada. Sólo que lo saquen de la cancha, que
supongo que no era lo que buscaba.
-¿Sigue habiendo
pica entre ustedes?-me preguntó Bruno al finalizar el partido.
-No lo banco ni
él me banca.-le respondí.-Y eso ya no va a cambiar.
Narra Emma:
Anocheció.
Benjamín llegó y se dirigió directamente a la cocina, donde se sirvió un vaso
de whisky. Lo noté un poco nervioso pero no le di importancia. Me acerqué a la
cocina para empezar a cocinar.
-¿Cómo estuvo tu
día?-preguntó mirándome con el vaso de whisky en la mano.
-Bien, igual que
siempre.-me limité a responder.
-¿No tuviste
tiempo de preparar la cena antes?-se interesó tomando un trago.
-No. Había mucha
ropa que planchar.-le respondí.-Aparte vino mi papá y no se iba más.
-Tendrías que
escucharlo más a tu padre.-me dijo.-Es muy sabio.
No respondí.
Seguí concentrada con la comida. Él se acercó lentamente, aún con el vaso en la
mano.
-Estás muy linda
hoy.-me susurró en el oído y me hizo darme vuelta, quedando enfrentada él.
-No puedo
terminar la cena, si no me dejas.-protesté.
Me levantó el
mentón para que nuestros ojos se encontraran. No podía evitar desviar la
mirada. Me acarició la mejilla con su mano derecha y luego me besó. Me causaba
mucho rechazo pero no quería que se notara tanto. Igualmente tomé distancia, y
él se tomó de golpe lo que quedaba de whisky y dejó el vaso sobre la mesa.
-¿Vos te pensas
que soy boludo?-soltó de repente y su voz ya no sonaba tan tranquila.
No respondí.
-No me
subestimes, Emma.-remarcó.
-No se de que
hablas.-acoté.
-Hace días que
estás rara, distante.-me dijo.-Antes estabas todo el tiempo buscándome y
reprochándome que no te daba bola y no se que otras boludeces.
Me lo quedé
mirando.
-Morías por
casarte conmigo y estando a dos días de la fecha seguís como si
nada.-continuó.-Y no me creo que es simplemente porque no te hago feliz.
Por suerte seguía
calmo y no le había agarrado el ataque como el otro día. Todavía...
-No quiero
imaginar que estás con otro.-dijo acercándose otra vez y clavándome fijo la
mirada. No serias capaz de animarte a engañarme, ¿o sí?-y sus ojos se volvieron
fríos.
Quise hablar pero
me interrumpió.
-Puedo llegar a
ser muy paciente con tus planteos y tratarte muy bien.-agregó.-Pero si me
entero que me traicionas puedo sacar lo peor de mí.
Se acercó
demasiado y casi podía respirar. Su mirada me generaba un poco de miedo.
-¿Te quedó
claro?-me preguntó pasando su dedo índice de la mano derecha por mis labios.
La situación me
puso demasiado incómoda y lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza.
-Así me
gusta.-acotó y me dio un beso corto.-Si descubriera que tenes un amante, esa
persona no la pasaría para nada bien, y se arrepentiría toda una vida.
Sus amenaza y el
tono de vos que utilizaba me hacían temblar. Agradecí que haya tomado distancia
porque si no lo iba a usar a su favor.
-Yo que vos no me
arriesgaría.-insistió tomando otro vaso de whisky.
Terminó de tomar
y agarró bruscamente lo que estaba cocinando y tiró todo a la basura. Me quedé
helada.
-Hoy pedimos
delivery.-dijo firme y llamó.
Narra Santino:
Fui a cenar a un
bar con mis compañeros de fútbol. No con todos igual, con mis más amigos. Me
divertía mucho con ellos.
Narra Emma:
Con Benjamín permanecimos
toda la cena en silencio. Al finalizar se levantó y se dirigió a la habitación.
Volvió cambiado y con un bolso.
-Tengo que ir a
cerrar un contrato importante con una empresa. No vuelvo a dormir.-comentó.
-Está
bien.-apenas respondí.
Se estaba encaminando
a la puerta pero de repente giró y me miró.
-Yo en tu lugar
pensaría un poco más la idea del casamiento.-me guiñó el ojo y se fue.
Twitter: @janetroseblog
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