Narra Emma:
Cuando abrí los
ojos el auto había frenado. Ya habíamos llegado al lugar. Observé a alrededor,
estábamos prácticamente en el medio de la nada y al lado del auto había una
cabaña. Lo miré a Santino, quien me estaba mirando a la espera de que diga
algo.
-¿En dónde
estamos?-me interesé.
-En un lugar muy
tranquilo y adecuado para mi propuesta.-me respondió.-La cabaña es propiedad de
mi hermano mayor.
-¿Y no está tu
hermano?-quise saber.
-No. No viene muy
seguido acá.-me contestó.-¿Bajamos?-agregó mientras abría la puerta para
bajarse del auto.
Narra Santino:
Caminamos los
pasos que nos separaban de la puerta de la cabaña. Saqué unas llaves de mi
bolsillo y busqué la que correspondía. Sus ojos se clavaron en mí y al ver su
expresión supuse lo que estaba pensando. Seguramente se preguntaba como tenía
justo en ese momento las llaves de acá.
-Cuando quieres
algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo.-me limité a
comentarle mientras abría la puerta.
Y la verdad era
que un mes atrás mi hermano me había dado copia de la llave por si la
necesitaba.
-¿Frase sacada de
El alquimista?-me preguntó al mismo tiempo que ingresábamos.
-Exacto.-le
respondí mientras encendía las luces y miraba el orden.-¿Lo leíste?
-Sí, igual llegué
a la mitad.-me comentó.-No lo terminé.
-Me lo
imaginé.-apenas respondí.
Narra Emma:
Todo se
encontraba en un perfecto orden. No había nada fuera de lugar y los muebles
encajaban en cada rincón. Pensé en que el hermano debía ser un especie de
obsesionado por tener todo tan bien ubicado. Incluso pude intentar leer la
mente de Santino creyendo que a él también le tenía que proponer un día como
este para que deje de ser tan estructurado.
-¿Qué tenes ganas
de hacer?-me dijo, sacándome de mis pensamientos.
-No sé.-respondí
sabiendo que esa respuesta muchas veces irritaba.
-Cambio la
pregunta.-dijo sentándose en un gran sillón que había frente a un cuadro.-¿Qué
cosas te gustan hacer?
Me senté a su
lado y pensé un poco antes de responder.
-Además de
cantar.-agregó adelantándose a que esa sea mi respuesta.
-Bailar, andar a
caballo, juntarme con mis amigas, ver películas, leer revistas...-le empecé a
enumerar.
Narra Santino:
Mencionó lo
primero y se me vino a la mente la noche que la conocí. Me había quedado
hipnotizado viendo como bailaba.
-Bien.-le
dije.-Lo de bailar creo que no da, un caballo no tengo, tus amigas no
están...-le empecé a decir.
-Santino.-me
interrumpió.
-¿Qué?-me
interesé.
-¿Dónde quedó lo
de improvisar?-me preguntó, y tenía razón.
-Cierto.
Improvisar.-le dije.-Hagamos lo primero que se nos ocurra.
Narra Emma:
Nos miramos por
un segundo y luego comenzamos a hablar de la vida. Le conté sobre las cosas que
me gustaban, mis sueños, mis asignaturas pendientes. Y él me contó las suyas.
Cada vez nos conocíamos un poco más y muy lejos quedaba la barrera de
desconocidos.
Me levanté por un
momento para ir al baño y cuando volví lo encontré dormido. Y sí, manejó todo
el viaje sin dormir, era obvio que tenía sueño. Me senté a su lado a contemplar
como dormía y no pude evitar llevar mi mano a su cabeza y acariciarle el pelo.
Me estaba dejando llevar por mis impulsos, tal como decía la consigna. Luego me
agarró sueño a mi también, así que me acurruqué a su lado y cerré los ojos. Él,
dormido, pasó su brazo derecho por mi alrededor y lo dejó caer sobre mi hombro.
Narra Santino:
Desperté con
dolor de cuello. Dormir sentado no está bueno y menos cuando dejas caer la
cabeza para un costado y permaneces en esa posición por horas. Observé a Emma
que tenía su cabeza apoyada en mi pecho e intenté no moverme para no
despertarla. Ojalá pudiera despertarme todos los días teniendo a ella al lado.
Narra Emma:
Mis ojos se
abrieron lentamente mientras tomaba un poco de distancia de Santino.
-Tengo
hambre.-acoté.
-Yo también.-me
dijo levantándose.-Voy a ver que hay en la heladera.
Lo seguí y fuimos
a la cocina. No habían muchas cosas así que hubo que improvisar. Luego de comer
nos fuimos a sentar afuera en el césped.
Él estaba en
silencio mirando al horizonte.
-Gracias por todo
lo que haces por mí.-le dije de repente.
-No tenes que
agradecer.-me respondió.-Sólo quiero que estés bien.
-La canción iba
para vos.-le confesé luego de un silencio.
Él me miró y dejó
que continúe.
-Me están pasando
cosas con vos y realmente no sé como manejar toda la situación.-seguí.
Él sólo me miraba
atentamente.
-Nunca encontré
una persona que me entienda, se preocupe y me quiera como lo haces vos.-agregué.-Y
me gusta tenerte cerca, me hace bien. Pero al mismo tiempo me da miedo.
-¿Quién dijo que
te quería?-me dijo pero luego sonrío.
Me quedé callada
y miré al horizonte.
-Yo estoy y te
quiero ayudar. Me importas y no voy a dejarte sola.-me dijo.-Pero no puedo
salvarte.
-¿Cómo?-le
pregunté mirándolo.
-Estás buscando
continuamente a alguien a quien puedas aferrarte, con quien puedas
sentirte segura. Pero nadie va a estar atado a vos para siempre.-intentó
explicarme.
No dije nada. En
mis adentros estaba intentando digerir lo que él me decía.
-Fuera de vos no
hay refugio.-agregó y se acostó.
Narra Santino:
Permaneció
callada unos segundos. Había una tranquilidad y una paz increíble. Me puse a
mirar el cielo y a buscar formas en las nubes.
-¿Lees mucho sobre
espiritualidad?-quiso saber de repente.
-Lo necesario.-me
límite a responder.
No dijo nada más
y yo tampoco. Estaba disfrutando del silencio y esperaba que ella también lo
hiciera. Y que pudiera encontrar las respuestas a sus pensamientos.
Se acostó al lado
mío y se puso a contemplar el cielo. Permanecimos así un buen rato. Luego giró
quedando boca abajo y apoyando los codos en el pasto.
-¿Me cantas
algo?-me pidió.
Me levanté un
poco, quedando sentado. Pensé por unos segundos que podía cantarle y luego la
miré, comenzando a cantar.
Open up your mind
and see like me
Open up your
plans and dang your free
I look into your
heart and you'll find love, love, love
Listen to the
music of the moment
people dance and
sing we're just one big family
and it's our
god forsaken right to be
loved, loved,
loved, loved, loved
So I won't
hesitate
no more no more
It cannot wait
I'm sure
There's no need
to
complicate
Our time is short
This is our
fate
I'm yours
Narra Emma:
Me encantaba
escucharlo cantar. Su voz me transmitía paz. Cantó tres estrofas de I'm yours
de Jason Mraz. Me lo quedé mirando con una sonrisa.
-El público puede
aplaudir.-dijo y me guineó el ojo.
Aplaudí y me reí.
-Relajación.-acotó
y se acostó.-Vení.
-No quiero
acostarme, levántate.-le dije.
-Estoy demasiado
cómodo.-me dijo mirándome con los ojos casi cerrados.
Me estaba por
levantar pero me agarró la mano y me hizo caer encima de él.
-Santino.-le dije
a modo de reto mientras mis ojos se encontraban con los suyos y apoyaba los
brazos para generar una distancia entre nuestros cuerpos.
-¿Qué?-me
preguntó apoyando sus dos manos en mi cintura y juntando más nuestros cuerpos.
Casi podía
respirar. Mi cuerpo estaba tenso. Y no podía desviar mi mirada de sus ojos verdes.
-Que me
sueltes.-apenas pude expresar.
-No queres que te
suelte.-me dijo muy tranquilo y ya podía sentir su respiración.
-Santino, por
favor.-le dije, pero en el fondo no quería separarme.
Narra Santino:
La tenía a centímetros
y cada vez se hacía más difícil resistir a la tentación. Sus ojos color café
perdidos en los míos. Nuestras narices casi rozándoce. Su cuerpo sobre el mío,
y era difícil controlar la excitación.
-Podría besarte
en este mismo instante.-le comenté.-Pero no lo voy a hacer.
-Saca tus
manos.-me pidió.-Dale, Santi.-agregó haciendo puchero.
-No me conmueve
tu puchero.-le dije.-Un poco más de esfuerzo.
-Dale,
bobo.-insistió.
-¿Cómo bobo?-le
pregunté subiendo las cejas pero a la vez sonreí.-Más respeto porque no te
suelto.
Despegó una de
sus manos del pasto e intento sacar mis manos de su cadera. En el movimiento,
saqué una de mis manos y le despegué la otra mano que tenía apoyada, girando y
quedando sobre ella.
-Intento
fallido.-le comenté.-Y ahora si que no tenes salida.
-Pesas.-acotó.
-Perdón.-dije
apoyando mis manos en el pasto y separando un poco el cuerpo del de
ella.-¿Mejor?
-Mejor sería que
salgas de encima mío.-me respondió, pero sonreía.
-Salgo con una
condición.-le dije.
-¿Cuál?-se
interesó.
-Que te quedes
acostada al lado mío y miremos un rato el cielo.-le dije.
-Pero después me
acompañas a caminar.-me dijo.
-Trato hecho.-le
dije, saliendo de encima de ella.
Narra Emma:
Le cumplí su
capricho. Permanecimos un rato en silencio. La estaba pasando bien en su
compañía y el objetivo estaba dando resultado.
-Hora de
caminar.-le dije levantándome.
-A sus
órdenes.-respondió extendiendo su brazo para que lo ayude a levantarse.
-¿Qué sos un
viejo?-le pregunté y me reí.
-Era sólo para
agarrarte la mano.-respondió ya parado.
Empezamos a
caminar. Lo que me gustaba de Santino era su humor, me hacía reír mucho. Además
tenía esa facilidad de alejar mis pensamientos de cualquier problema y
transportarme a un mundo sin preocupación.
Narra Santino:
Luego de caminar
un rato, tal como ella quería, entramos a la cabaña para comer las sobras de lo
que quedó del almuerzo. Ya estaba anocheciendo.
-¿A qué hora
volvemos?-preguntó mientras lavaba los platos y los iba apoyando en la mesada
para que yo los seque.
-¿Te estás
aburriendo conmigo?-le respondí con otra pregunta.
-Para nada.-me
contestó.-Sólo quiero saber.
-Todavía
falta.-me limité a responder.
Narra Emma:
Terminamos de
acomodar todo y nos dirigimos a la entrada.
-Quiero recorrer
la cabaña.-le dije.
-Ah sí.-me
dijo.-Perdón que no te la mostré antes.
Me hizo seguirlo
y me la fue mostrando. En la parte de abajo, además de lo que vendría a ser el
comedor/living, se encontraba la cocina y una habitación con una cama matrimonial.
Después había una escalera que te llevaba a las dos habitaciones de arriba. Una
estaba vacía y la otra tenía una cama.
-¿No tiene hijos
tu hermano?-quise saber.
-Todavía no.-me
respondió.-Pero planea tener dos.
Narra Santino:
Continuamos hablando
de mi hermano mientras bajábamos las escaleras y salíamos afuera. Ya había
oscurecido y el cielo estrellado estaba hermoso. Nos quedamos parados mirando.
-¿Puedo hacerte
una pregunta y que me respondas con sinceridad?-le dije poniéndome enfrentado a
ella y mirándola a los ojos.
-Decime.-respondió
con tranquilidad.
-¿Qué hubiera
pasado si nos conocíamos antes?-le pregunté.
Se me quedó
mirando. Ya no estaba tan tranquila.
-Antes de que te
pongas de novia y pienses en casarte.-agregué.-¿Me hubieras elegido?
-No sé
exactamente que responder.-apenas acotó.
-La
verdad.-insistí.-Lo que sientas.
-No sé que
hubiera pasado.-me dijo sin poder mirarme.
-Emma, mírame a
los ojos.-le pedí y levantó la mirada.-¿Me hubieras elegido?
-Seguramente sí.-me
respondió finalmente.
-Quisiera
olvidarme que estás de novia y a cinco días de casarte.-le dije manteniéndole
la mirada y acercándome un poco más.
-Santino,
no.-dijo poniendo su mano en mi pecho generando una distancia.-No puedo.-agregó
bajando la vista.
-Pero
queres.-acoté sacando su mano de mi pecho y agarrándosela.
Narra Emma:
Bajó nuestras
manos y entrelazó sus dedos con los míos. Volví a mirarlo a los ojos y avanzó
un poco más, rompiendo la distancia.
-Olvídate de
todo.-me pidió.-En este momento no existe tu novio, ni tu casamiento, ni los
problemas, ni nada.
Me soltó y llevó
sus manos a mi cara.
-Sólo existimos
vos y yo.-me dijo corriéndome el pelo.
No podía ni
siquiera responder. Me encontraba en una montaña rusa de emociones.
-Déjate
llevar.-me dijo.-Hace lo que sientas.
Acercó lentamente
su cara a la mía y se frenó a unos pocos centímetros de mis labios. Mi corazón
empezó a latir aceleradamente. Amagó mi boca y me dejó un beso cerca de mi
oreja.
-Estoy
completamente enamorado de vos.-me susurró en el oído.
No podía impedir
que se acerqué. Y tampoco quería que se alejara. Apoyé mis manos en su nuca y
él llevó las suyas a mi cintura. Me miró nuevamente a los ojos y de un momento
a otro nos estábamos besando.
Narra Santino:
Nunca había
sentido antes lo que sentí en ese instante. Esas ganas incontrolables de no
separarme de sus labios.
-Quisiera que
este momento fuera eterno.-le dije despegándome por unos segundos de sus labios
y volviéndola a besar.
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