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lunes, 3 de febrero de 2014

Capítulo diecisiete


Narra Emma:

Cuando abrí los ojos el auto había frenado. Ya habíamos llegado al lugar. Observé a alrededor, estábamos prácticamente en el medio de la nada y al lado del auto había una cabaña. Lo miré a Santino, quien me estaba mirando a la espera de que diga algo.

-¿En dónde estamos?-me interesé.

-En un lugar muy tranquilo y adecuado para mi propuesta.-me respondió.-La cabaña es propiedad de mi hermano mayor.

-¿Y no está tu hermano?-quise saber.

-No. No viene muy seguido acá.-me contestó.-¿Bajamos?-agregó mientras abría la puerta para bajarse del auto.


Narra Santino:

Caminamos los pasos que nos separaban de la puerta de la cabaña. Saqué unas llaves de mi bolsillo y busqué la que correspondía. Sus ojos se clavaron en mí y al ver su expresión supuse lo que estaba pensando. Seguramente se preguntaba como tenía justo en ese momento las llaves de acá.

-Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo.-me limité a comentarle mientras abría la puerta.

Y la verdad era que un mes atrás mi hermano me había dado copia de la llave por si la necesitaba.

-¿Frase sacada de El alquimista?-me preguntó al mismo tiempo que ingresábamos.

-Exacto.-le respondí mientras encendía las luces y miraba el orden.-¿Lo leíste?

-Sí, igual llegué a la mitad.-me comentó.-No lo terminé.

-Me lo imaginé.-apenas respondí.


Narra Emma:

Todo se encontraba en un perfecto orden. No había nada fuera de lugar y los muebles encajaban en cada rincón. Pensé en que el hermano debía ser un especie de obsesionado por tener todo tan bien ubicado. Incluso pude intentar leer la mente de Santino creyendo que a él también le tenía que proponer un día como este para que deje de ser tan estructurado. 

-¿Qué tenes ganas de hacer?-me dijo, sacándome de mis pensamientos.

-No sé.-respondí sabiendo que esa respuesta muchas veces irritaba.

-Cambio la pregunta.-dijo sentándose en un gran sillón que había frente a un cuadro.-¿Qué cosas te gustan hacer?

Me senté a su lado y pensé un poco antes de responder.

-Además de cantar.-agregó adelantándose a que esa sea mi respuesta.

-Bailar, andar a caballo, juntarme con mis amigas, ver películas, leer revistas...-le empecé a enumerar.


Narra Santino:

Mencionó lo primero y se me vino a la mente la noche que la conocí. Me había quedado hipnotizado viendo como bailaba.

-Bien.-le dije.-Lo de bailar creo que no da, un caballo no tengo, tus amigas no están...-le empecé a decir.

-Santino.-me interrumpió.

-¿Qué?-me interesé.

-¿Dónde quedó lo de improvisar?-me preguntó, y tenía razón.

-Cierto. Improvisar.-le dije.-Hagamos lo primero que se nos ocurra.


Narra Emma:

Nos miramos por un segundo y luego comenzamos a hablar de la vida. Le conté sobre las cosas que me gustaban, mis sueños, mis asignaturas pendientes. Y él me contó las suyas. Cada vez nos conocíamos un poco más y muy lejos quedaba la barrera de desconocidos.
Me levanté por un momento para ir al baño y cuando volví lo encontré dormido. Y sí, manejó todo el viaje sin dormir, era obvio que tenía sueño. Me senté a su lado a contemplar como dormía y no pude evitar llevar mi mano a su cabeza y acariciarle el pelo. Me estaba dejando llevar por mis impulsos, tal como decía la consigna. Luego me agarró sueño a mi también, así que me acurruqué a su lado y cerré los ojos. Él, dormido, pasó su brazo derecho por mi alrededor y lo dejó caer sobre mi hombro.


Narra Santino:

Desperté con dolor de cuello. Dormir sentado no está bueno y menos cuando dejas caer la cabeza para un costado y permaneces en esa posición por horas. Observé a Emma que tenía su cabeza apoyada en mi pecho e intenté no moverme para no despertarla. Ojalá pudiera despertarme todos los días teniendo a ella al lado.


Narra Emma:

Mis ojos se abrieron lentamente mientras tomaba un poco de distancia de Santino.

-Tengo hambre.-acoté.

-Yo también.-me dijo levantándose.-Voy a ver que hay en la heladera.

Lo seguí y fuimos a la cocina. No habían muchas cosas así que hubo que improvisar. Luego de comer nos fuimos a sentar afuera en el césped.
Él estaba en silencio mirando al horizonte.

-Gracias por todo lo que haces por mí.-le dije de repente.

-No tenes que agradecer.-me respondió.-Sólo quiero que estés bien.

-La canción iba para vos.-le confesé luego de un silencio.

Él me miró y dejó que continúe.

-Me están pasando cosas con vos y realmente no sé como manejar toda la situación.-seguí.

Él sólo me miraba atentamente.

-Nunca encontré una persona que me entienda, se preocupe y me quiera como lo haces vos.-agregué.-Y me gusta tenerte cerca, me hace bien. Pero al mismo tiempo me da miedo.

-¿Quién dijo que te quería?-me dijo pero luego sonrío.

Me quedé callada y miré al horizonte.

-Yo estoy y te quiero ayudar. Me importas y no voy a dejarte sola.-me dijo.-Pero no puedo salvarte.

-¿Cómo?-le pregunté mirándolo.

-Estás buscando continuamente a alguien  a quien puedas aferrarte, con quien puedas sentirte segura. Pero nadie va a estar atado a vos para siempre.-intentó explicarme.

No dije nada. En mis adentros estaba intentando digerir lo que él me decía.

-Fuera de vos no hay refugio.-agregó y se acostó.


Narra Santino:
Permaneció callada unos segundos. Había una tranquilidad y una paz increíble. Me puse a mirar el cielo y a buscar formas en las nubes.

-¿Lees mucho sobre espiritualidad?-quiso saber de repente.

-Lo necesario.-me límite a responder.

No dijo nada más y yo tampoco. Estaba disfrutando del silencio y esperaba que ella también lo hiciera. Y que pudiera encontrar las respuestas a sus pensamientos.
Se acostó al lado mío y se puso a contemplar el cielo. Permanecimos así un buen rato. Luego giró quedando boca abajo y apoyando los codos en el pasto. 

-¿Me cantas algo?-me pidió.

Me levanté un poco, quedando sentado. Pensé por unos segundos que podía cantarle y luego la miré, comenzando a cantar.

Open up your mind and see like me
Open up your plans and dang your free 
I look into your heart and you'll find love, love, love

Listen to the music of the moment
people dance and sing we're just one big family
and it's our god forsaken right to be 
loved, loved, loved, loved, loved 

So I won't hesitate
no more no more
It cannot wait
I'm sure 

There's no need
to complicate 
Our time is short
This is our fate 

I'm yours 


Narra Emma:

Me encantaba escucharlo cantar. Su voz me transmitía paz. Cantó tres estrofas de I'm yours de Jason Mraz. Me lo quedé mirando con una sonrisa.

-El público puede aplaudir.-dijo y me guineó el ojo.

Aplaudí y me reí.

-Relajación.-acotó y se acostó.-Vení.

-No quiero acostarme, levántate.-le dije.

-Estoy demasiado cómodo.-me dijo mirándome con los ojos casi cerrados.

Me estaba por levantar pero me agarró la mano y me hizo caer encima de él.

-Santino.-le dije a modo de reto mientras mis ojos se encontraban con los suyos y apoyaba los brazos para generar una distancia entre nuestros cuerpos.

-¿Qué?-me preguntó apoyando sus dos manos en mi cintura y juntando más nuestros cuerpos.

Casi podía respirar. Mi cuerpo estaba tenso. Y no podía desviar mi mirada de sus ojos verdes.

-Que me sueltes.-apenas pude expresar.

-No queres que te suelte.-me dijo muy tranquilo y ya podía sentir su respiración.

-Santino, por favor.-le dije, pero en el fondo no quería separarme.


Narra Santino:

La tenía a centímetros y cada vez se hacía más difícil resistir a la tentación. Sus ojos color café perdidos en los míos. Nuestras narices casi rozándoce. Su cuerpo sobre el mío, y era difícil controlar la excitación. 

-Podría besarte en este mismo instante.-le comenté.-Pero no lo voy a hacer.

-Saca tus manos.-me pidió.-Dale, Santi.-agregó haciendo puchero.

-No me conmueve tu puchero.-le dije.-Un poco más de esfuerzo.

-Dale, bobo.-insistió.

-¿Cómo bobo?-le pregunté subiendo las cejas pero a la vez sonreí.-Más respeto porque no te suelto.

Despegó una de sus manos del pasto e intento sacar mis manos de su cadera. En el movimiento, saqué una de mis manos y le despegué la otra mano que tenía apoyada, girando y quedando sobre ella.

-Intento fallido.-le comenté.-Y ahora si que no tenes salida.

-Pesas.-acotó.

-Perdón.-dije apoyando mis manos en el pasto y separando un poco el cuerpo del de ella.-¿Mejor?

-Mejor sería que salgas de encima mío.-me respondió, pero sonreía.

-Salgo con una condición.-le dije.

-¿Cuál?-se interesó.

-Que te quedes acostada al lado mío y miremos un rato el cielo.-le dije.

-Pero después me acompañas a caminar.-me dijo.

-Trato hecho.-le dije, saliendo de encima de ella.


Narra Emma:

Le cumplí su capricho. Permanecimos un rato en silencio. La estaba pasando bien en su compañía y el objetivo estaba dando resultado. 

-Hora de caminar.-le dije levantándome.

-A sus órdenes.-respondió extendiendo su brazo para que lo ayude a levantarse.

-¿Qué sos un viejo?-le pregunté y me reí.

-Era sólo para agarrarte la mano.-respondió ya parado.

Empezamos a caminar. Lo que me gustaba de Santino era su humor, me hacía reír mucho. Además tenía esa facilidad de alejar mis pensamientos de cualquier problema y transportarme a un mundo sin preocupación. 


Narra Santino:

Luego de caminar un rato, tal como ella quería, entramos a la cabaña para comer las sobras de lo que quedó del almuerzo. Ya estaba anocheciendo. 

-¿A qué hora volvemos?-preguntó mientras lavaba los platos y los iba apoyando en la mesada para que yo los seque.

-¿Te estás aburriendo conmigo?-le respondí con otra pregunta.

-Para nada.-me contestó.-Sólo quiero saber.

-Todavía falta.-me limité a responder.


Narra Emma:

Terminamos de acomodar todo y nos dirigimos a la entrada.

-Quiero recorrer la cabaña.-le dije.

-Ah sí.-me dijo.-Perdón que no te la mostré antes.

Me hizo seguirlo y me la fue mostrando. En la parte de abajo, además de lo que vendría a ser el comedor/living, se encontraba la cocina y una habitación con una cama matrimonial. Después había una escalera que te llevaba a las dos habitaciones de arriba. Una estaba vacía y la otra tenía una cama.

-¿No tiene hijos tu hermano?-quise saber.

-Todavía no.-me respondió.-Pero planea tener dos.


Narra Santino:

Continuamos hablando de mi hermano mientras bajábamos las escaleras y salíamos afuera. Ya había oscurecido y el cielo estrellado estaba hermoso. Nos quedamos parados mirando.

-¿Puedo hacerte una pregunta y que me respondas con sinceridad?-le dije poniéndome enfrentado a ella y mirándola a los ojos.

-Decime.-respondió con tranquilidad.

-¿Qué hubiera pasado si nos conocíamos antes?-le pregunté.

Se me quedó mirando. Ya no estaba tan tranquila.

-Antes de que te pongas de novia y pienses en casarte.-agregué.-¿Me hubieras elegido?

-No sé exactamente que responder.-apenas acotó.

-La verdad.-insistí.-Lo que sientas.

-No sé que hubiera pasado.-me dijo sin poder mirarme.

-Emma, mírame a los ojos.-le pedí y levantó la mirada.-¿Me hubieras elegido?

-Seguramente sí.-me respondió finalmente.

-Quisiera olvidarme que estás de novia y a cinco días de casarte.-le dije manteniéndole la mirada y acercándome un poco más.

-Santino, no.-dijo poniendo su mano en mi pecho generando una distancia.-No puedo.-agregó bajando la vista.

-Pero queres.-acoté sacando su mano de mi pecho y agarrándosela.


Narra Emma:

Bajó nuestras manos y entrelazó sus dedos con los míos. Volví a mirarlo a los ojos y avanzó un poco más, rompiendo la distancia.

-Olvídate de todo.-me pidió.-En este momento no existe tu novio, ni tu casamiento, ni los problemas, ni nada.

Me soltó y llevó sus manos a mi cara.

-Sólo existimos vos y yo.-me dijo corriéndome el pelo.

No podía ni siquiera responder. Me encontraba en una montaña rusa de emociones.

-Déjate llevar.-me dijo.-Hace lo que sientas.

Acercó lentamente su cara a la mía y se frenó a unos pocos centímetros de mis labios. Mi corazón empezó a latir aceleradamente. Amagó mi boca y me dejó un beso cerca de mi oreja.

-Estoy completamente enamorado de vos.-me susurró en el oído.

No podía impedir que se acerqué. Y tampoco quería que se alejara. Apoyé mis manos en su nuca y él llevó las suyas a mi cintura. Me miró nuevamente a los ojos y de un momento a otro nos estábamos besando. 


Narra Santino:

Nunca había sentido antes lo que sentí en ese instante. Esas ganas incontrolables de no separarme de sus labios. 

-Quisiera que este momento fuera eterno.-le dije despegándome por unos segundos de sus labios y volviéndola a besar.



Twitter: @janetroseblog

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