Narra Emma:
Anocheció y
acepté quedarme a cenar con él. Cocinamos juntos. No me gusta hacer
comparaciones entre las personas, pero Santino era tan diferente a Benjamín.
Hasta con la cocina. Con Santino hacíamos todo de a dos, nos ayudábamos. En
cambio, con Benjamín era una situación de amo y esclava.
Narra Santino:
Cenamos mientras
hablábamos de todo un poco. Cada día que pasaba nos conocíamos más y la sentía
más cerca. No tenía idea que iba a pasar con Benjamín y el casamiento, pero
mantenía la esperanza de que éste último se cancele y su relación termine para
siempre.
Narra Emma:
Mi celular
comenzó a sonar. Al ver que era mi papá, corté y lo apagué.
-Estuvo buena la
juntada.-comentó levantando los platos.
-Sí.-le dije
ayudándolo a sacar todo de la mesa y lavar.-Tus amigos son re buena onda.
-Tus amigas
también.-me dijo.-Tania es lo más, me cae re bien.
-¿Y Jose?-me
interesé, con un poco de celos.
-¿A qué viene la
pregunta?-me contestó.-Me cae bien, nada más.
-Quería saber.-me
limité a responder.
Terminó de
guardar todo y se puso enfrentado a mí.
-¿Por qué sos tan
insegura?-me preguntó corriéndome el pelo y acariciándole la mejilla derecha.
Me quedé callada.
-Podes confiar en
mí.-insistió agarrándome una mano.
-Me da miedo
perderte.-murmuré.
-¿El miedo es
quedarte sola o perderme a mi?-se interesó.
-A vos.-le
respondí.-Me importas, Santi. Y te quiero.-agregué mirándolo a los ojos.
-Yo también te
quiero, hermosa.-me dijo entre besos cortos.-Pero quiero que te quieras a vos
misma y seas más segura.
Suspiré y no dije
nada.
-Vales mucho más
de lo que crees, en serio. Y podes hacer las cosas que te gustan, como cantar,
estudiar una carrera, o lo que sea que te haga bien y te ayude en tu futuro.-me
dijo.-No permitas que nadie te limite.
-A veces no es
tan fácil.-le dije.-No puedo.
-Sí que podes.-me
contradijo.-Y no quiero escucharte más decir lo contrario.
Me agarró la mano
y me llevó al living. Nos sentamos uno al lado del otro en el sillón.
-Canta algo.-me
pidió.
-¿Ahora?-me
interesé.
-Sí.-me
respondió.-Yo te cante el otro día.
-Bueno.-dije
pensando que cantar.-Una de Olivia Viggiano.
-La quieras.-me
dijo.-Te escucho.
Ayer estuve pensando en nosotros dos
en todo lo que cambió desde que estoy con vos
Me devolviste el color que se me perdió
y ahora todo es distinto, nada va a frenarnos
Un minuto con vos es perfecto
aunque todo alrededor se esté cayendo
Cuando escucho tu voz no hay más miedo,
no existe el tiempo
Ayer estuve
pensando en nosotros dos
en cómo nos
encontramos y todo empezó
Sin darnos cuenta
acá estamos, mirándonos
como abstraídos
del mundo, nada va a frenarnos
Un minuto con vos
es perfecto
aunque todo
alrededor se este cayendo
Cuando escuchó tu
voz no hay más miedo
No existe el
tiempo
Vos me llevas, a
donde no hay nada que pensar
Me siento paz en
esta nueva inmensidad
y me voy
hundiendo en este mar
Narra Santino:
Me quedé perdido
en su voz. No entendía por qué había ocultado ese talento durante varios años,
sólo dándole lugar en la ducha.
Al terminar de
cantar posó sus ojos color café sobre los míos y a los pocos segundos se le
dibujó una sonrisa en el rostro.
-Sos tan
hermosa.-le dije sin dejar de mirarla.
-Vos sos
hermoso.-me respondió.
-Mi belleza es
demasiada para tus ojos, ¿no?-le dije para bromear.
Se mordió el
labio inferior y negó con la cabeza, aguantando la risa.
-Me haces tan
bien.-acotó y le sonreí.
Recordé que unos
de mis amigos me trajo un champagne hoy. Me levanté y fui a servir dos copas.
Volví al living con ellas en la mano y le ofrecí una a Emma.
Tomamos un poco y
luego puse un poco de música lenta. Le agarré la mano y la llevé al centro.
Apoyé mis manos en su cintura y ella pasó sus brazos por alrededor de mi
cuello. Nos dejamos llevar por la música y lentamente trasladé mis manos más a
su espalda, acercándola del todo a mí. Ella suspiró y me abrazó más, apoyando
su cabeza en mi hombro.
-Me siento
eterno.-le susurré en el oído.
-Que linda
sensación.-acotó.-Podría quedarme así con vos toda la vida.
Cerré los ojos y
permanecimos unos minutos así, en silencio, disfrutando sólo del sonido de la
música. No sabía en que sector del departamento se hallaba Gala, pero me
alegraba que no se encontrara ladrando.
-No te cases.-le
pedí en voz baja.-Por favor.
No respondió. Tan
sólo se acomodó, aferrándose más a mí.
Narra Emma:
Me preguntaba por
dentro por qué no lo conocí antes. Hace años que lo único que quería era que
llegara a mi vida alguien como él. Tardó, pero finalmente lo encontré.
Se separó
lentamente un poco de mí, y unió sus labios con los míos. Cerré los ojos y me
dejé llevar por ese beso que se iba volviendo apasionado. Sentía las yemas de
sus dedos acariciando lentamente mi espalda de arriba hacia abajo. Podía sentir
su perfume que me hacia desearlo cada vez más. Separó sus labios y me miró con
una sonrisa. Le sonreí y comenzó a darme besos en el cuello. Sabía que quería
ir más allá y probablemente yo también quería. Pero un escalofrío recorrió mi
cuerpo cuando sentí sus manos frías debajo de mi remera, y tomé distancia. Me
miró extrañado e intentó comprenderme. No estaba bien esto, yo todavía no había
terminado con Benjamín, y no quería hacerle lo mismo que él me hacía a mí.
Sentía culpa y lo único que quería era irme. Agarré mis cosas y me
dirigí a la puerta. Él me siguió.
-¿Qué pasa?-se
interesó.
-Nada, me tengo
que ir.-le respondí.
-Quédate.-me
pidió.-Por favor.
-No.-le
contesté.-Ya es tarde y vos tenes que repasar porque mañana rendís.
-¿Segura que está
todo bien?-preguntó y asentí.
Lo miré a los
ojos. Luego bajé la vista a sus labios y le di el último beso antes de irme.
Twitter: @janetroseblog
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