Narra Emma:
Me encontraba
desayunando con Benjamín. La noche anterior, al llegar, lo había encontrado
durmiendo.
Supongo que
empezó a sospechar algo sobre mis horas de llegar, porque empezó con el
interrogatorio. Continué con mi postura de no tener que darle explicaciones
porque estábamos en "un tiempo", y no insistió más.
Narra Santino:
Luego de rendir,
que de hecho me fue bien, me quedé un rato en la facultad con unos
amigos.
Cuando salí y
empecé a caminar en dirección al auto, una mano se apoyó en mi hombro derecho.
-Jose.-le dije al
darme vuelta y verla.-¿Cómo estás?
-Todo bien.-me
contestó.-Re loco encontrarte. ¿Qué hacías por acá?
-Recién salgo de
la facultad.-le respondí.-¿Vos?
-Vivo acá a la
vuelta.-respondió y sonrío.
Hubo un silencio.
-¿Te vas para tu
casa?-me preguntó.
-No, no. Voy a lo
de Bruno.-le dije.-Estoy con el auto, ¿te alcanzo a algún lado?
-No quiero
molestarte.-me dijo.-Voy a lo de Emma.
-Ah, me queda de
pasada.- le comenté llegando al auto.-Te llevo, no hay problema.
Narra Emma:
Sentada como
indio en el sillón con la mirada perdida. No podía dejar de pensar en Santino y
en lo que había pasado ayer. Me estaba enamorando y eso complicaba todo. Antes
de que él apareciera yo tenía toda mi vida planificada y en orden. Y el
casamiento era algo lindo que quería que me suceda. Sí, al lado de Benjamín no
era feliz, y era una relación conformista porque me engañaba. Pero al menos era
algo asegurado.
Por alguna
extraña razón siempre que estaba sentada ahí pensando, sonaba el timbre. Fui a
abrir y me encontré con Josefina.
-Amiga, ¿cómo
estás?-le pregunté saludándola y haciéndola pasar.
-Re bien,
¿vos?-me dijo y caminamos hasta el living.
-Bien.-le dije.
-A que no sabes
quien me trajo en su auto hasta acá.-me dijo entusiasmada.-Te morís.
-No sé.-le
dije.-¿Quien?
-Santi.-respondió
embobada.-El destino hizo que me lo volviera a encontrar. Es tan lindo...
-Para un
segundo.-dije tratando de digerir la información.-¿Cómo terminaste en el auto
de él?
-Te estoy
diciendo que el destino hizo que me lo vuelva a encontrar.-me explicó.-Me lo
crucé en la calle y se ofreció traerme. Es un divino.
-Si, un
divino...-acoté mirándola extrañada. Hace mucho no la veía en ese estado.
-Y contame, ¿qué onda?
¿te dijo algo de mi ayer?-siguió.
-No.-respondí
rápido y después me sentí culpable.-Va, le pregunté y sólo me dijo que le caías
bien.
-Ay, estoy
enamorada.-dijo suspirando.
-No no, para.-le
dije preocupándome y le agarré la mano sentándola en el sillón.-No te podes
enamorar en un día.
-Si puedo.-sólo
respondió.
-Pero no lo
conoces.-insistí.
-Lo conozco lo
suficiente.-me dijo.
-No te veía así
desde que teníamos 14 años.-acoté.
-Bueno,
perdón.-se disculpó por su enamoramiento adolescente.-Es que en serio me gusta.
-Es que creo que
Santino no es el indicado...-le dije y ya no sabía como más remarla.-¿Viniste
acá solo para hablar de él?
-Ah, no.-dijo
recordando.-Vine para saber si te confirmo los turnos de la peinadora y
maquilladora. ¿Hay casamiento o no?
-Todavía no lo
sé.-dije cambiando la expresión de la cara y me recosté en el sillón.
-Te veo con
muchas ganas de casarte...-comentó con ironía.
Sólo suspiré.
-Todos sabemos
que clase de persona es Benjamín.-me dijo.-Aunque siempre intentes defenderlo y
hacer como si todo estuviera bien, sabemos que no es así.-agregó al ver mi
reacción.
-Pero yo lo
quiero.-apenas dije, aunque estaba mintiendo otra vez.
Narra Santino:
Llegué a lo de
Bruno y estacioné en frente de la casa.
Me recibió en
toalla. Al parecer, recién salía de la ducha. Me hizo entrar y se fue a
cambiar. Mientras tanto me quedé en el living viendo fotos familiares.
-Ya estoy,
hermano.-dijo apareciendo.-¿Cómo te fue en el examen?
-Bien, por suerte
bien.-le respondí.-¿Vos como venís con la facultad?
-Ahí ando.-me
contestó.-Pasa que con el trabajo no tengo mucho tiempo.
-Y el tiempo
libre lo utilizas en Tania, ¿no?-lo molesté.-Yo pensé que no ibas a asentar
cabeza nunca.
-Yo también creía
lo mismo, pero me enamoré.-respondió sincero.-¿Vos que onda?
-¿Con las
chicas?-pregunté.-Nada.-no le podía contar lo de Emma.
-¿Con Agustina no
hablaste más?-se interesó.
-No, Agus ya
fue.-le aseguré.
-La que quedó
muerta con vos es Josefina.-me comentó.-La hipnotizaste ayer.-agregó y río.
-Sí, me di
cuenta.-le dije.-Me la crucé al salir de la facultad.
-Es linda.-me
dijo.-Apunta ahí.
-No. Me cae bien,
nada más.-le dije.
-Aunque sea un
chape, dale.-insistió.-¿No le das?
-Ya sabes que la
que me gusta es Emma...-me limité a responder.
-No me vengas con
el rollo de Emma.-me pidió.-Aparte ya está, se está por casar, olvídate.
-Igual, no deja
de ser la amiga de Emma. No.-dije.
-Bueno pero
decime la verdad. ¿No le das?-siguió insistiendo.-Está buena la mina.
No le respondí.
-Te la re
chaparías, no me mientas.-dijo.-Si no fuera amiga de Emma y la conociéramos en
otra circunstancia, no la dejarías escapar.
Negué con la
cabeza y me reí.
-Es linda.-fue lo
único que acoté.-Pero no va a pasar nada, tema terminado.-agregué notando una
diversión en su rostro.
Narra Emma:
Josefina se
marchó recordándome que le avisara si se hacía lo del casamiento, y bromeó con
cosas que me tenían preparadas para la despedida de soltera. Por suerte no
volvió a mencionar lo de Santino. Sólo esperaba que su
"enamoramiento" sea pasajero y pronto se olvidara.
Me encontraba
planchando un pilón de ropa acumulada cuando mi celular sonó, avisándome que
tenía un mensaje. Lo leí y sonreí al instante: "Ya te extraño..." Me
alegraba que no estuviera molesto por haber salido casi corriendo el otro día
cuando estaba a punto de pasar lo más lindo. Verifiqué haber dejado la plancha
apagada, y respondí: "Y yo a vos!"
Narra Santino:
Sentado en el
sillón del living de mi departamento con Gala casi encima mío, esperaba ansioso
la respuesta de Emma. Cuando llegó sonreí y le escribí "Venís un ratito?
No aguanto la distancia". Tardó en responder pero finalmente me
llegó un "Ahora voy :)"
Al rato la tenía
tocando el timbre. La hice bajar del sillón a Gala y fui a abrir la puerta.
-Hola.-le dije
sonriendo.
-Hola.-dijo
devolviéndome la sonrisa.
-¿Vos estás
segura que no me hechizaste o algo por el estilo?-le pregunté y abrió esos ojos
color café.-Te pienso a cada segundo y te extraño.
-¿Me pensabas hoy
cuando estabas con Josefina también?-preguntó poniéndose seria y por un momento
desapareció esa mirada tierna.
-Celos
detected.-acoté y me reí.
-No me causa
gracia a mí.-protestó.
-La alcancé con
el auto hasta tu casa, nada más.-le expliqué.-Soy buena onda.
-Pero tu buena
onda la confunde.-le dije.-Ya se hizo la película de que el destino los
une.-agregó y no pude evitar reírme, por lo que me clavó fijo la mirada.
-Es que vos no me
dejas decirle que estoy muerto por vos.-le dije mirándola a los ojos.
-Ni se te
ocurra.-me dijo y luego aflojó.-¿Me vas a dejar pasar?-agregó viendo que seguía
del otro lado de la puerta y yo estaba apoyado cómodamente contra el marco.
-Tenes que pagar
peaje.-le dije acercándome más a ella.
Le sonreí y la
besé. Extrañaba el sabor de sus besos. Tomé un poco de distancia y la hice
ingresar.
Narra Emma:
Nos sentamos en
el sillón a hablar un rato y luego vimos una película. En el medio de la misma,
apoyé mi cabeza en su hombro y el pasó su mano derecha dejándola caer a mi
costado, apoyándola finalmente en mi cintura.
Cuando terminó
permanecimos en la misma posición y hablamos hasta que convirtió la
conversación en risas y más risas, y terminé tentada. Me paré de reír cuando
sus labios se volvieron a encontrar con los míos. El beso fue interrumpido por
una llamada de mi padre a mi celular.
-Mi papá fue a
visitarme.-le dije.-Me tengo que ir.-agregué al mismo tiempo que me levantaba
del sillón.
-Está bien,
después hablamos.-me dijo acompañándome hasta la puerta.-Adiós.-agregó y me dio
un último beso antes de irme.
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