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sábado, 15 de febrero de 2014

Capítulo veintitrés


Narra Emma:

Me encontraba desayunando con Benjamín. La noche anterior, al llegar, lo había encontrado durmiendo. 
Supongo que empezó a sospechar algo sobre mis horas de llegar, porque empezó con el interrogatorio. Continué con mi postura de no tener que darle explicaciones porque estábamos en "un tiempo", y no insistió más.


Narra Santino:

Luego de rendir, que de hecho me fue bien, me quedé un rato en la facultad con unos amigos. 
Cuando salí y empecé a caminar en dirección al auto, una mano se apoyó en mi hombro derecho.

-Jose.-le dije al darme vuelta y verla.-¿Cómo estás?

-Todo bien.-me contestó.-Re loco encontrarte. ¿Qué hacías por acá?

-Recién salgo de la facultad.-le respondí.-¿Vos?

-Vivo acá a la vuelta.-respondió y sonrío.

Hubo un silencio.

-¿Te vas para tu casa?-me preguntó.

-No, no. Voy a lo de Bruno.-le dije.-Estoy con el auto, ¿te alcanzo a algún lado?

-No quiero molestarte.-me dijo.-Voy a lo de Emma.

-Ah, me queda de pasada.- le comenté llegando al auto.-Te llevo, no hay problema.


Narra Emma:

Sentada como indio en el sillón con la mirada perdida. No podía dejar de pensar en Santino y en lo que había pasado ayer. Me estaba enamorando y eso complicaba todo. Antes de que él apareciera yo tenía toda mi vida planificada y en orden. Y el casamiento era algo lindo que quería que me suceda. Sí, al lado de Benjamín no era feliz, y era una relación conformista porque me engañaba. Pero al menos era algo asegurado.
Por alguna extraña razón siempre que estaba sentada ahí pensando, sonaba el timbre. Fui a abrir y me encontré con Josefina.

-Amiga, ¿cómo estás?-le pregunté saludándola y haciéndola pasar.

-Re bien, ¿vos?-me dijo y caminamos hasta el living.

-Bien.-le dije.

-A que no sabes quien me trajo en su auto hasta acá.-me dijo entusiasmada.-Te morís.

-No sé.-le dije.-¿Quien? 

-Santi.-respondió embobada.-El destino hizo que me lo volviera a encontrar. Es tan lindo...

-Para un segundo.-dije tratando de digerir la información.-¿Cómo terminaste en el auto de él?

-Te estoy diciendo que el destino hizo que me lo vuelva a encontrar.-me explicó.-Me lo crucé en la calle y se ofreció traerme. Es un divino.

-Si, un divino...-acoté mirándola extrañada. Hace mucho no la veía en ese estado.

-Y contame, ¿qué onda? ¿te dijo algo de mi ayer?-siguió.

-No.-respondí rápido y después me sentí culpable.-Va, le pregunté y sólo me dijo que le caías bien.

-Ay, estoy enamorada.-dijo suspirando.

-No no, para.-le dije preocupándome y le agarré la mano sentándola en el sillón.-No te podes enamorar en un día.

-Si puedo.-sólo respondió.

-Pero no lo conoces.-insistí.

-Lo conozco lo suficiente.-me dijo.

-No te veía así desde que teníamos 14 años.-acoté.

-Bueno, perdón.-se disculpó por su enamoramiento adolescente.-Es que en serio me gusta.

-Es que creo que Santino no es el indicado...-le dije y ya no sabía como más remarla.-¿Viniste acá solo para hablar de él?

-Ah, no.-dijo recordando.-Vine para saber si te confirmo los turnos de la peinadora y maquilladora. ¿Hay casamiento o no?

-Todavía no lo sé.-dije cambiando la expresión de la cara y me recosté en el sillón.

-Te veo con muchas ganas de casarte...-comentó con ironía.

Sólo suspiré.

-Todos sabemos que clase de persona es Benjamín.-me dijo.-Aunque siempre intentes defenderlo y hacer como si todo estuviera bien, sabemos que no es así.-agregó al ver mi reacción.

-Pero yo lo quiero.-apenas dije, aunque estaba mintiendo otra vez.


Narra Santino:

Llegué a lo de Bruno y estacioné en frente de la casa.
Me recibió en toalla. Al parecer, recién salía de la ducha. Me hizo entrar y se fue a cambiar. Mientras tanto me quedé en el living viendo fotos familiares.

-Ya estoy, hermano.-dijo apareciendo.-¿Cómo te fue en el examen?

-Bien, por suerte bien.-le respondí.-¿Vos como venís con la facultad?

-Ahí ando.-me contestó.-Pasa que con el trabajo no tengo mucho tiempo.

-Y el tiempo libre lo utilizas en Tania, ¿no?-lo molesté.-Yo pensé que no ibas a asentar cabeza nunca.

-Yo también creía lo mismo, pero me enamoré.-respondió sincero.-¿Vos que onda?

-¿Con las chicas?-pregunté.-Nada.-no le podía contar lo de Emma.

-¿Con Agustina no hablaste más?-se interesó.

-No, Agus ya fue.-le aseguré.

-La que quedó muerta con vos es Josefina.-me comentó.-La hipnotizaste ayer.-agregó y río.

-Sí, me di cuenta.-le dije.-Me la crucé al salir de la facultad.

-Es linda.-me dijo.-Apunta ahí.

-No. Me cae bien, nada más.-le dije.

-Aunque sea un chape, dale.-insistió.-¿No le das?

-Ya sabes que la que me gusta es Emma...-me limité a responder.

-No me vengas con el rollo de Emma.-me pidió.-Aparte ya está, se está por casar, olvídate.

-Igual, no deja de ser la amiga de Emma. No.-dije.

-Bueno pero decime la verdad. ¿No le das?-siguió insistiendo.-Está buena la mina.

No le respondí.

-Te la re chaparías, no me mientas.-dijo.-Si no fuera amiga de Emma y la conociéramos en otra circunstancia, no la dejarías escapar.

Negué con la cabeza y me reí.

-Es linda.-fue lo único que acoté.-Pero no va a pasar nada, tema terminado.-agregué notando una diversión en su rostro.


Narra Emma:

Josefina se marchó recordándome que le avisara si se hacía lo del casamiento, y bromeó con cosas que me tenían preparadas para la despedida de soltera. Por suerte no volvió a mencionar lo de Santino. Sólo esperaba que su "enamoramiento" sea pasajero y pronto se olvidara. 
Me encontraba planchando un pilón de ropa acumulada cuando mi celular sonó, avisándome que tenía un mensaje. Lo leí y sonreí al instante: "Ya te extraño..." Me alegraba que no estuviera molesto por haber salido casi corriendo el otro día cuando estaba a punto de pasar lo más lindo. Verifiqué haber dejado la plancha apagada, y respondí: "Y yo a vos!" 


Narra Santino:

Sentado en el sillón del living de mi departamento con Gala casi encima mío, esperaba ansioso la respuesta de Emma. Cuando llegó sonreí y le escribí "Venís un ratito? No aguanto  la distancia". Tardó en responder pero finalmente me llegó un "Ahora voy  :)"
Al rato la tenía tocando el timbre. La hice bajar del sillón a Gala y fui a abrir la puerta.

-Hola.-le dije sonriendo. 

-Hola.-dijo devolviéndome la sonrisa.

-¿Vos estás segura que no me hechizaste o algo por el estilo?-le pregunté y abrió esos ojos color café.-Te pienso a cada segundo y te extraño.

-¿Me pensabas hoy cuando estabas con Josefina también?-preguntó poniéndose seria y por un momento desapareció esa mirada tierna.

-Celos detected.-acoté y me reí.

-No me causa gracia a mí.-protestó.

-La alcancé con el auto hasta tu casa, nada más.-le expliqué.-Soy buena onda.

-Pero tu buena onda la confunde.-le dije.-Ya se hizo la película de que el destino los une.-agregó y no pude evitar reírme, por lo que me clavó fijo la mirada.

-Es que vos no me dejas decirle que estoy muerto por vos.-le dije mirándola a los ojos.

-Ni se te ocurra.-me dijo y luego aflojó.-¿Me vas a dejar pasar?-agregó viendo que seguía del otro lado de la puerta y yo estaba apoyado cómodamente contra el marco.

-Tenes que pagar peaje.-le dije acercándome más a ella.

Le sonreí y la besé. Extrañaba el sabor de sus besos. Tomé un poco de distancia y la hice ingresar. 


Narra Emma:

Nos sentamos en el sillón a hablar un rato y luego vimos una película. En el medio de la misma, apoyé mi cabeza en su hombro y el pasó su mano derecha dejándola caer a mi costado, apoyándola finalmente en mi cintura.   
Cuando terminó permanecimos en la misma posición y hablamos hasta que  convirtió la conversación en risas y más risas, y terminé tentada. Me paré de reír cuando sus labios se volvieron a encontrar con los míos. El beso fue interrumpido por una llamada de mi padre a mi celular.

-Mi papá fue a visitarme.-le dije.-Me tengo que ir.-agregué al mismo tiempo que me levantaba del sillón.

-Está bien, después hablamos.-me dijo acompañándome hasta la puerta.-Adiós.-agregó y me dio un último beso antes de irme.



Twitter: @janetroseblog 

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