Vistas de página en total

domingo, 19 de octubre de 2014

Capítulo ochenta y tres


Narra Emma:

Pasaban los días y la situación se volvía más tensa. Santino había vuelto a hablar, pero estaba fuera de sus casillas y más histérico que nunca. Estaba agresivo y trataba mal a todo el mundo. Con la persona que más se la agarraba era conmigo, y era lógico, era con quien más pasaba tiempo. Sacaba paciencia de no sé dónde y contaba hasta diez para seguir soportándolo. No había dudas que lo amaba demasiado.

Con respecto a los ejercicios de movimiento que tenía que intentar hacer para prepararse para la operación, por suerte hacía caso y no se comportaba como un nene de cinco años haciendo berrinche. 

 
Narra Santino:

Tachaba los días en mi mente para que llegara el día de la operación. Realmente era horrible estar en este papel de "víctima". Me molestaba que estuvieran todos pendientes de mí, como si me tuvieran lástima; sacaban lo peor de mí. Estaba irritable, creo que hasta ni yo mismo me soportaba. Tampoco entendía como Emma todavía no se había cansado y me había insultado. Creo que mi inconsciente en parte estaba buscando eso, que alguien me despertara de golpe y me hiciera reaccionar, o quizás sólo quería quedarme completamente sólo para hundirme en una depresión.


Narra Emma:

Me encontraba con Tania en el living conversando cuando sonó el timbre. Apareció la madre de Santino que me dejó a Mora. La pequeña niña me abrazó, dejando  un beso en mi mejilla. Luego corrió a saludar a Tania.

-Qué lindo verte, peque.-le dije con una sonrisa. -¿Queres tomar algo?

Negó con la cabeza y se sentó en el sillón.

-¿Mi hermano sigue triste?-me preguntó de repente con un tono que me provocó un escalofrío.

-Sí, pero podemos darle mucho mucho amor para que vuelva a sonreír.-le respondí.-¿Te parece?

-Sí, así deja de estar mal.-comentó.

-¿Te gusta pintar a vos?-me interesé y enseguida asintió con cara divertida.-¿Le hacemos un cuadro lindo y se lo llevamos?-le propuse y sonrió ampliamente.

Busqué los elementos para pintar y agarré un bastidor. Le coloqué a Mora una especie de guardapolvo para que no se manchara la ropa y nos pusimos manos a la obra. Tania nos miraba con una sonrisa y luego se unió a colaborar.


Narra Santino:
 
Escuchaba atentamente las voces provenientes del living. Por momentos aparecían risas. Emma estaba muy cambiada, había crecido mucho como persona y la notaba más fuerte, más feliz,  más adulta. Y me alegraba, pero al mismo tiempo me ponía mal, algo triste. No sabía explicar bien lo que me pasaba. En realidad ni yo me entendía. En algún punto creo que me molestaba el "cambio de roles".


Narra Emma:

Terminamos la pintura, que a decir verdad no había quedado perfecta, pero estaba hecha con amor, y eso era lo que importaba. Tania permaneció en el living, y yo subí con Mora para entregarle a Santino el cuadro. La nena lo miraba apenada y deseaba sacarle una sonrisa a su hermano. Pero la reacción no fue la que esperábamos. Creí que la presencia de su hermana lo iba a hacer cambiar de actitud, o al menos disimularla.  Prácticamente la ignoró, y agradecí que no le hubiera gritado o algo por el estilo. La mirada de Mora dejaba ver su frustración. Lo fulminé con la mirada, y luego bajé al living con ella.

-¿No me quiere más?-preguntó Mora, haciendo puchero.

-Sí te quiere, y mucho.-le respondí.-Pero no está pasando un buen momento.-agregué y la miré a Tania.

-Mora, ¿me queres acompañar a sacar a pasear a Gala?-le preguntó Tania abrazándola por atrás y entregándole la correa.

Ella asintió y se retiraron del apartamento junto a la perra. Miré hacia las escaleras con bronca y me dirigí a la habitación con pasos firmes. Se había agotado mi paciencia. Él, acostado en la cama, me miró expectante.

-¿Qué te pasa Santino? ¡Es una nena!-le empecé a reprochar.-Aunque sea podes disimular un poco, no sé.

Revoleó los ojos y no me respondió. Bufé.

-Deja de ignorar y tratar mal a todo el mundo, ninguno de nosotros tenemos la culpa de lo que te pasó.-comencé a decirle alzando la voz.-Entiendo que estés mal, que estés lleno de bronca, que te de impotencia. Sé lo que se siente que te arranquen la posibilidad de cumplir uno de tus sueños. Y seguro te invade la tristeza y no puedas entender nada de lo que está pasando...

Me miró atentamente, escuchándome.

-No sé qué más hacer para que estés bien, ¿te parece que me gusta y me divierte verte en ese estado?.-seguí diciéndole con el tono de voz elevado.-Te juro que daría mi vida para que nada de esto hubiera pasado y te puedas subir a ese puto avión y disfrutar de esa experiencia. Pero no puedo hacer nada, ¿entendes? 

Bajó su vista pero siguió escuchándome.

-Te conozco demasiado como para saber que lo que más te irrita es ser vos la "víctima", como para decirlo de alguna manera. Y te molesta el mostrarte así, débil.-le dije pero bajé un poco el tono de voz.-Pero sos un ser humano y es normal que te pasen cosas. No podes ser siempre la persona buena y alegre que ayuda a los demás, y que es completamente feliz. La vida se compone de momentos tristes y difíciles también. A veces son los demás los que te tienen que ayudar a vos, acéptalo.

Me estaba desahogando y diciéndole todo lo que pensaba y sentía. De alguna manera me estaba liberando.

-Te estás comportando de esta manera porque estás mal, porque sentís que no hay otra salida, y te queres hundir más. Por eso te descargas conmigo y estás buscando que te deje sólo, pero eso no va a pasar. Sé que en el fondo no queres que yo me vaya, tu mirada me pide que me quede a gritos.-le expliqué.-Y yo no quiero soltarte la mano. Vos siempre estuviste para mí y lograste sacarme de mis pozos depresivos. Yo sin vos era una pobre infeliz, no sabía lo que era valorarse. Y vos me enseñaste a hacerlo y hoy estoy muy conforme conmigo. Y me está dando bronca porque todo lo que me dijiste en su momento parece que ahora te lo olvidaste. 

Me miró reflexionando. Sabía bien a qué me refería.

-Tenes que agradecer que vas a volver a caminar y llevar tu vida normalmente. Sé que te parte el alma no poder volver a patear una pelota, pero tu vida no termina en el fútbol.-intenté que entrara en razón.-Cuando se cierra una puerta, hay otras que se abren. Tenes muchas posibilidades para comenzar a hacer. O darle más bola a otra de tus pasiones...como cantar. Pero lo que no voy a permitir es que te quedes ahí acostado por el resto de los días lamentando lo que no pudo o no va a poder ser. Aparte todo en esta vida...

-...pasa por algo y aunque en el momento no lo entendamos y nos de bronca, el tiempo nos demuestra que era algo que tenía que pasar y que era bueno para dejar entrar a nuestras vidas otra cosa mejor.-me interrumpió, completando mi idea.-Tengo una muy buena alumna. Y estoy orgulloso de vos.-agregó y me regaló una sonrisa.

Y era la primera que sonreía luego del accidente.
 
 
@janetroseblog

No hay comentarios:

Publicar un comentario