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viernes, 10 de octubre de 2014

Capítulo setenta y nueve


Narra Emma:

Al llegar al apartamento lo vi a Santino parado en la cocina mirando para mi dirección, haciendo malabares con tres manzanas.

-Hola, amor.-le dije acercándome y dándole un beso.

-¿Dónde estabas?-se interesó dejando las manzanas.

-En lo de Tania.-le respondí.-Te manda saludos.

-Vino tu jefe.-comentó de repente y lo miré sorprendida.

-¿Mi jefe?-pregunté confundida.-¿Que quería?

-Hablar con vos.-me respondió.-Me dijo que era algo personal y lo tenían que hablar en privado.-agregó un tanto molesto.

-Debe ser por algo del trabajo.-dije sin darle mucha importancia.

-Claro, tu jefe viene hasta tu casa un domingo a la tarde únicamente para hablar de trabajo...-dijo con ironía.

-¿Me estás haciendo una escena de celos?-le pregunté y me reí.

-Nada que ver.-me respondió serio.

-Igual me encanta que te pongas celoso.-le dije y le di un beso.-Me voy a bañar.-agregué avanzando hacia las escaleras.

-¿Queres que me bañe con vos?-me preguntó estirándose para llegar a tirar de mi brazo y atraerme hacia él.

-Si acepto lo que menos vamos a hacer es bañarnos.-le respondí y me sonrió.

-Me estás provocando.-me susurró en el oído, acercándome más a su cuerpo.

Me mordió suavemente la oreja, y luego comenzó a darme besos en el cuello al mismo tiempo que sus manos se deslizaban por debajo de mi remera.

-Vos me estás provocando.-le respondí, encontrándome con sus labios y uniéndolos con los míos. 

Cerré los ojos y lo besé con pasión. La temperatura de nuestros cuerpos iba subiendo de a poco. Sentía las yemas de sus dedos subiendo y bajando por mi espalda. Mis manos se encontraban apoyadas a los costados de su cara. 

-¿Vamos a bañarnos entonces?-preguntó al tiempo que nos separábamos para tomar aire.

Asentí con una sonrisa. Me colgué de su cuerpo, pasando mis piernas alrededor de su cintura y rodeando su cuello con mis brazos. Nuestros labios volvieron a unirse y me llevó hasta el baño. 


Narra Santino:

Nos deshicimos rápidamente de las prendas de vestir y nos metimos bajo la ducha. Enjaboné lentamente cada parte de su cuerpo mientras sus ojos me miraban con intensidad. Luego cerró los ojos y se relajó al mismo tiempo que le lavaba el pelo y le hacía masajes con delicadeza. 


Narra Emma:

Terminó de ocuparse de mi pelo y empecé a sentir húmedos besos en mi cuello. Me di vuelta y capturé sus labios en un beso con amor y deseo. Acaricié su espalda, juntando más nuestros cuerpos. Luego me tocó a mi enjabonarlo y lavarle el pelo.


Narra Santino:

Agarré una toalla y apenas nos secamos. Nos dirigimos besándonos hacia la habitación y nos dejamos caer sobre la cama. 

-¿Qué voy a hacer un mes sin vos?-le pregunté mirándola a los ojos y acariciando una de sus mejillas.

Entre risas, besos y caricias la hice mía. No habían palabras para explicar cuanto la amaba. Deseaba que este amor fuera para toda la vida.
Permanecimos abrazados bajo las sábanas por un largo rato. Hasta que decidimos bajar a cenar.


Narra Emma:

Terminamos de comer y volvimos a la habitación. Él se acostó a mirar la televisión mientras yo ordenaba un poco mi ropero.

-¿Fue la pelirroja a la fiesta?-me interesé de repente y me miró.

-Creo que no.-me respondió.-No sé. No me la crucé.

Me quedé dubitativa unos segundos. Solté la ropa que tenía en la mano y lo miré pensativa.

-No me engañaste, ¿no?-y de repente me había vuelto la inseguridad.

-No, amor. Sería incapaz.-me respondió apagando la televisión.-¿A qué viene esto ahora?

-Es que como estabas muy borracho y...-dejé la frase en el aire.-Deja, no me hagas caso.-volví a acomodar la ropa.

Se levantó de la cama y se acercó a mi. Me sacó la ropa de la mano y cerró el armario. 

-Mi amor, yo te amo con toda mi alma.-me dijo haciendo que lo mirara.-Nunca te lastimaría.-agregó agarrando mis manos entre las suyas.

-Ya lo sé, Santi.-le dije mirándolo fijo a los ojos.-No dudo de vos. Perdón por la pregunta.

-Confía en mí.-entrelazó nuestros dedos.-Sólo te quiero cuidar. 

Me solté de sus manos y lo abracé con fuerza. Faltaban pocos días para que viajara, y tenía miedo que este cuento de hadas terminara y lo perdiera para siempre. Lo abrazaba sin querer separarme. Lo amaba con toda mi alma.


Narra Santino:

Al rato, su risa retumbaba entre las cuatro paredes de la habitación debido a las cosquillas que le estaba haciendo. Y que feliz me hacía cuando reía...

-Santi, basta.-me suplicó entre risas.-Por favor.

Frené y me acosté boca arriba. Ella se acurrucó a mi lado, apoyando su cabeza sobre mi pecho.

-Falta re poco para que cumplas uno de tus grandes sueños.-me dijo.-¿Estás feliz?

-Sí, todavía no lo puedo creer. Es algo que venimos soñando con Bruno hace años.-le respondí.-Y estoy feliz. Además estamos por ganar el campeonato. Así que no puedo pedirle nada más a la vida.

-Yo estoy feliz por vos, mi amor.-acotó.-Por todas las cosas buenas que te están pasando.

-Una de ellas sos vos.-le dije acariciándole el pelo.-Tengo la mejor novia del mundo.

-Yo tengo el mejor novio del mundo.-me respondió.

-Aunque me quieras reemplazar por tu jefe.-le dije para molestarla, y me pegó suavemente.-¿Qué tiene que yo no tenga?-

-Años. Él es todo un hombre. Fuerte. Elegante. Simpático. Atractivo.-me la siguió y abrí la boca sorprendido.

-¿Cómo es eso que me faltan años?-le pregunté riéndome y poniéndome encima de ella.

-Tiene casi 30.-me respondió.-Debe tener mucha experiencia en el sex..-siguió y la interrumpí con un beso.

-Suficiente para mis oídos.-le dije y se rió.

-No te cambiaría por nadie, mi vida.-me dijo entre besos cortos.

-Mira que voy a ir a buscar a la pelirroja para ganar experiencia en la cama...-la desafié.

-No me desafíes porque no te conviene.-me miró fijo.

-Es verdad.-le respondí.-Ni la pelirroja ni tu jefe. Sólo nosotros dos.-la besé.

-Sólo vos y yo.-me dijo entre besos.

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