Narra Emma:
Al llegar al
apartamento lo vi a Santino parado en la cocina mirando para mi dirección,
haciendo malabares con tres manzanas.
-Hola, amor.-le
dije acercándome y dándole un beso.
-¿Dónde
estabas?-se interesó dejando las manzanas.
-En lo de
Tania.-le respondí.-Te manda saludos.
-Vino tu
jefe.-comentó de repente y lo miré sorprendida.
-¿Mi
jefe?-pregunté confundida.-¿Que quería?
-Hablar con
vos.-me respondió.-Me dijo que era algo personal y lo tenían que hablar en
privado.-agregó un tanto molesto.
-Debe ser por
algo del trabajo.-dije sin darle mucha importancia.
-Claro, tu jefe
viene hasta tu casa un domingo a la tarde únicamente para hablar de
trabajo...-dijo con ironía.
-¿Me estás
haciendo una escena de celos?-le pregunté y me reí.
-Nada que ver.-me
respondió serio.
-Igual me encanta
que te pongas celoso.-le dije y le di un beso.-Me voy a bañar.-agregué
avanzando hacia las escaleras.
-¿Queres que me
bañe con vos?-me preguntó estirándose para llegar a tirar de mi brazo y
atraerme hacia él.
-Si acepto lo que
menos vamos a hacer es bañarnos.-le respondí y me sonrió.
-Me estás
provocando.-me susurró en el oído, acercándome más a su cuerpo.
Me mordió
suavemente la oreja, y luego comenzó a darme besos en el cuello al mismo tiempo
que sus manos se deslizaban por debajo de mi remera.
-Vos me estás
provocando.-le respondí, encontrándome con sus labios y uniéndolos con los
míos.
Cerré los ojos y
lo besé con pasión. La temperatura de nuestros cuerpos iba subiendo de a poco.
Sentía las yemas de sus dedos subiendo y bajando por mi espalda. Mis manos se
encontraban apoyadas a los costados de su cara.
-¿Vamos a
bañarnos entonces?-preguntó al tiempo que nos separábamos para tomar aire.
Asentí con una
sonrisa. Me colgué de su cuerpo, pasando mis piernas alrededor de su cintura y
rodeando su cuello con mis brazos. Nuestros labios volvieron a unirse y me
llevó hasta el baño.
Narra Santino:
Nos deshicimos
rápidamente de las prendas de vestir y nos metimos bajo la ducha. Enjaboné
lentamente cada parte de su cuerpo mientras sus ojos me miraban con intensidad.
Luego cerró los ojos y se relajó al mismo tiempo que le lavaba el pelo y le
hacía masajes con delicadeza.
Narra Emma:
Terminó de
ocuparse de mi pelo y empecé a sentir húmedos besos en mi cuello. Me di vuelta
y capturé sus labios en un beso con amor y deseo. Acaricié su espalda, juntando
más nuestros cuerpos. Luego me tocó a mi enjabonarlo y lavarle el pelo.
Narra Santino:
Agarré una toalla
y apenas nos secamos. Nos dirigimos besándonos hacia la habitación y nos
dejamos caer sobre la cama.
-¿Qué voy a hacer
un mes sin vos?-le pregunté mirándola a los ojos y acariciando una de sus
mejillas.
Entre risas,
besos y caricias la hice mía. No habían palabras para explicar cuanto la amaba.
Deseaba que este amor fuera para toda la vida.
Permanecimos
abrazados bajo las sábanas por un largo rato. Hasta que decidimos bajar a
cenar.
Narra Emma:
Terminamos de
comer y volvimos a la habitación. Él se acostó a mirar la televisión mientras
yo ordenaba un poco mi ropero.
-¿Fue la
pelirroja a la fiesta?-me interesé de repente y me miró.
-Creo que no.-me
respondió.-No sé. No me la crucé.
Me quedé
dubitativa unos segundos. Solté la ropa que tenía en la mano y lo miré
pensativa.
-No me engañaste,
¿no?-y de repente me había vuelto la inseguridad.
-No, amor. Sería
incapaz.-me respondió apagando la televisión.-¿A qué viene esto ahora?
-Es que como
estabas muy borracho y...-dejé la frase en el aire.-Deja, no me hagas
caso.-volví a acomodar la ropa.
Se levantó de la
cama y se acercó a mi. Me sacó la ropa de la mano y cerró el armario.
-Mi amor, yo te
amo con toda mi alma.-me dijo haciendo que lo mirara.-Nunca te
lastimaría.-agregó agarrando mis manos entre las suyas.
-Ya lo sé,
Santi.-le dije mirándolo fijo a los ojos.-No dudo de vos. Perdón por la
pregunta.
-Confía en
mí.-entrelazó nuestros dedos.-Sólo te quiero cuidar.
Me solté de sus
manos y lo abracé con fuerza. Faltaban pocos días para que viajara, y tenía
miedo que este cuento de hadas terminara y lo perdiera para siempre. Lo
abrazaba sin querer separarme. Lo amaba con toda mi alma.
Narra Santino:
Al rato, su risa
retumbaba entre las cuatro paredes de la habitación debido a las cosquillas que
le estaba haciendo. Y que feliz me hacía cuando reía...
-Santi, basta.-me
suplicó entre risas.-Por favor.
Frené y me acosté
boca arriba. Ella se acurrucó a mi lado, apoyando su cabeza sobre mi pecho.
-Falta re poco
para que cumplas uno de tus grandes sueños.-me dijo.-¿Estás feliz?
-Sí, todavía no
lo puedo creer. Es algo que venimos soñando con Bruno hace años.-le respondí.-Y
estoy feliz. Además estamos por ganar el campeonato. Así que no puedo pedirle
nada más a la vida.
-Yo estoy feliz
por vos, mi amor.-acotó.-Por todas las cosas buenas que te están pasando.
-Una de ellas sos
vos.-le dije acariciándole el pelo.-Tengo la mejor novia del mundo.
-Yo tengo el
mejor novio del mundo.-me respondió.
-Aunque me
quieras reemplazar por tu jefe.-le dije para molestarla, y me pegó
suavemente.-¿Qué tiene que yo no tenga?-
-Años. Él es todo
un hombre. Fuerte. Elegante. Simpático. Atractivo.-me la siguió y abrí la boca
sorprendido.
-¿Cómo es eso que
me faltan años?-le pregunté riéndome y poniéndome encima de ella.
-Tiene casi
30.-me respondió.-Debe tener mucha experiencia en el sex..-siguió y la
interrumpí con un beso.
-Suficiente para
mis oídos.-le dije y se rió.
-No te cambiaría
por nadie, mi vida.-me dijo entre besos cortos.
-Mira que voy a
ir a buscar a la pelirroja para ganar experiencia en la cama...-la desafié.
-No me desafíes
porque no te conviene.-me miró fijo.
-Es verdad.-le
respondí.-Ni la pelirroja ni tu jefe. Sólo nosotros dos.-la besé.
-Sólo vos y
yo.-me dijo entre besos.
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