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jueves, 2 de enero de 2014

Capítulo cinco


Narra Emma:

La lluvia aumentaba y todos corrían a sus autos para irse lo más rápido posible. Buscaba a Santino en el medio de la multitud pero no lo encontraba. Ya me empezaba a poner nerviosa, no me quería quedar varada ahí, y no sabía ni quien era el dueño de la quinta.


Narra Santino:

Me despedí rápidamente de los conocidos y salí a buscar el auto. Al subirme comencé a avanzar mientras buscaba a Emma, que no la veía por ningún lado. No pensaba irme y dejarla sola. Dejé pasar a un par de autos y me detuve. Seguí mirando hasta que la multitud comenzó a desaparecer y la vi, parada bajo la lluvia, sin saber para donde ir. Sonreí para adentro y acerqué el auto hacia ella. Estaba empapada y con el maquillaje todo corrido.


Narra Emma:

Lo miré mientras frenaba el auto y me subí. Me sentí un poco culpable por mojarle todo el asiento. 

-Por lo menos esta vez no me vas a vomitar el auto-comentó.- No te acuerdas de esa parte, ¿no?-agregó al notar mi silencio.

-Ay no.-le dije llevándome las manos a la cara-Que vergüenza, perdón.-agregué, acordándome.

-No pasa nada, todo bien.-dijo y esbozó una sonrisa.

Llovía intensamente. Encendió la radio y estaban comentando las zonas que ya se habían inundado. De repente Santino suspiró con fastidio y lo miré.

-Va a estar imposible llegar a tu casa.-me comentó.- Están todos los accesos inundados, no vamos a poder pasar.

Y al escuchar eso más me arrepentía de haber venido a esta fiesta. No podía creer que estaba pasando esto. Todo por culpa de Tania, que encima me dejo sola y se subió con Bruno al auto de otras personas, porque parece que él no tiene auto. 
Santino esperaba una respuesta pero me mantuve en silencio, preguntándome por qué no miré el pronóstico antes de salir.

-Te puedo ofrecer pasar la noche en mi departamento. Dormís en mi habitación y yo en el living.-me propuso y abrí los ojos de par en par.

No podía aceptar eso. Tenía que haber otra alternativa. Comencé a pensar pero no se me ocurría nada.

-Tiene que haber otra opción u otra forma de que pueda volver a mi casa.-le dije.

-Emma, se que es una locura y que para vos sigo siendo un desconocido, pero no te queda otra.-me dijo como si me hubiera leído la mente.-Salvo que quieras bajarte del auto y dormir abajo de la lluvia.-agregó para que entrara en razón.

-Si no me queda otra opción, bueno, vayamos a tu departamento.-acoté resignada.


Narra Santino:

No hablamos mucho en el trayecto, ya que ambos estábamos cansados y con ganas de dormir. Al llegar, ingresé el auto en la cochera y subimos a mi departamento. En el ascensor ella se puso a mirarse en el espejo y a arreglarse el maquillaje corrido.
Abrí la puerta y mi perra se le abalanzó y comenzó a ladrar.

-Ey Gala, no molestes-dije tratando que se calmara.

-Me encantan los labradores-comentó, acariciándola.

Dejé las llaves y mi celular arriba de la mesa del comedor y me acordé del collar.

-Tengo que darte algo.-le dije yendo a buscar la caja en donde lo guardé.

-¿Qué cosa?-se interesó ella, mientras me acercaba con la cajita.

-Lo encontré tirado en el auto la otra noche, supongo que es tuyo.-le respondí, sacando el collar y entregándoselo. 

-Ay si, mil gracias. Lo estaba buscando por todos lados, pensé que lo había perdido.-me dijo sacándomelo rápidamente de las manos. 

-Te lo regaló tu futuro marido, ¿no?-le pregunté-Perdón, cierto que te prometí no hacerte ese tipo de preguntas.-agregué, arrepintiéndome. 

-Me lo regaló él, pero no quiero hablar del tema.-me respondió, dejando su carrera por ahí.


Narra Emma:

Toda esta situación me parecía extraña. Me encontraba en la casa de una persona de la cual apenas sabía su nombre e iba a pasar la noche ahí. Era completamente una locura, pero ya estaba jugada.

-Subiendo las escaleras está mi habitación, vos dormí ahí que yo duermo acá.-me dijo-Y al lado hay un baño.

-¿Seguro?-le pregunté-Mira que no tengo problema de dormir yo en el sillón.

-A mi tampoco me molesta, en serio.-me respondió. -Tenes toda la ropa mojada, agárrate una de mis camisas para dormir. Banca que te la doy yo.-agregó subiendo las escaleras.

Lo seguí y entramos a la habitación. Estaba todo ordenado y la cama se encontraba hecha. Bastante responsable para vivir sólo. 
Sacó una camisa celeste del ropero y me la dio. 

-Bueno, te dejo-me dijo agarrándose un par de cosas-Que duermas bien.-agregó.

-Santino- pronuncié antes de que abandonara la habitación y volteó para mirarme.-Gracias.- agregué sincera.

-De nada.-me dijo y sonrío.-Cualquier cosa que necesites, me avisas-agregó yéndose.


Narra Santino:

Me acosté en el sillón. No podía creer que Emma se encontrara en mi departamento y durmiendo en mi habitación. Tenía algo especial, algo que me atraía y demasiado. Igualmente era una mujer que se estaba por casar y tenía que evitar enamorarme. Entre tantos pensamientos me quedé dormido.



Narra Emma:

Me saqué la ropa mojada y me puse su camisa, la cual me llegaba hasta un poco antes de las rodillas. Observé detenidamente su cuarto y vi que en su mesita de luz tenía una foto con varias personas, supuse que era su familia. Al seguir mirando encontré una guitarra apoyada contra la pared, y al lado una pelota de fútbol. En una repisa tenía varios trofeos y medallas. Centré mi mirada en la cama y cuando me estaba por acostar, me agarró sed. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina a buscar agua, sí, bastante confianzuda, pero me estaba por deshidratar. Al pasar por el living vi que ya se había quedado dormido en el sillón. Me lo quedé mirando unos segundos e inconscientemente sonreí. Volví a la habitación y me acosté, era momento de dormir.



Twitter: @janetroseblog 

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