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sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo siete


Narra Emma:

Caminé las siete cuadras que me faltaban para llegar, ya que al taxi en el que viajaba se le había pinchado una rueda. Me preguntaba si Benjamín ya había llegado. Ingresé al edificio y llamé al ascensor. Al parecer había quedado abierto en algún piso, así que no me quedó otra que subir por escalera hasta el quinto. Al abrir la puerta del departamento me choqué con el bolso de Benjamín. Que costumbre esa de dejar las cosas a mitad del camino. Lo corrí y me dirigí a la habitación, donde lo encontré acostado en la cama mirando la televisión.

-Hola amor-me dijo sin sacar su atención de la caja boba.

-Hola-le dije apoyando las cosas en una silla que había al lado de la cama.-¿Hace mucho llegaste?

-No, hace un rato.-me respondió haciendo una pausa.-¿Vos dónde estabas? ¿No dormiste acá?-agregó ahora mirándome.

-No, dormí en lo de Tania.-mentí.-Salimos ayer.-agregué para ver si le daba un poco de celos.

-Ah, está bien.-me respondió volviendo a mirar la tele.-¿Me preparas unos mates, linda?

-Me estoy yendo a bañar, no puedo.-le respondí molesta y me dirigí al baño.


Narra Santino:

Me encontraba en mi habitación leyendo unas cosas de la facultad. Mañana era lunes y había que volver a la rutina. Estaba concentrado hasta que escuché el ruido de las llaves y bajé a ver quien era.


Narra Emma:

Bajo la ducha me invadieron miles de pensamientos. Me molestaba que a Benjamín no le provocara nada que yo salga y no duerma en casa, al menos podría disimularlo un poco. Al salir y mirarme al espejo recordé...

Flashback:

-Sos más linda cuando te reís.-comentó mirándome fijo.-No quiero verte mal, en serio.

Fin del flashback 

Sonreí.

Narra Santino:

La vi entrar a Jazmín con un bolso.

-No tengo problema con que vengas, pero avísame antes.-le dije acercándome y saludándola.

-Tenes razón, la próxima te mando un mensajito o te llamo.-me dijo apoyando su bolso por ahí.-¿Estás ocupado?

-No, ahora no.-le dije.-Pero antes sí.

-Ah, ¿Lo decías por lo de hoy?-me preguntó.-No quería molestarte, igual una divina la chica, un poco distante capaz, pero bien.

-Si, no quiero opiniones.-le dije.-¿Te quedas a dormir?

-Si, así mañana voy al colegio desde acá y no me tengo que levantar tan temprano.

-Dale, no hay problema.-le dije.-Te puedo alcanzar con el auto antes de ir a la facultad.

-Genial, gracias.-me dijo.-¿Queres que cocine?-agregó sonriendo.


Narra Emma:

Me tomé mi tiempo para cambiarme y secarme el pelo, hasta que finalmente salí del baño. Fui directamente a la cocina y me fije que había en la heladera para cenar. A los segundos apareció Benjamín, quien me corrió para sacar una gaseosa y servirse. Se llevó el vaso a la mesa y se sentó.

-¿Qué es lo que te pasa?-me preguntó mirándome.

-Bueno, por lo menos de algo te das cuenta.-le dije abriendo y volviendo a cerrar la heladera para mirarlo.-Pensé que ni eso te ibas a dar cuenta.

-Tu cara rebela todo.-me dijo tomando y dejando el vaso.-Y con el humor que tenes, es imposible no darse cuenta.

Lo miré mal y me di vuelta para buscar algo en la alacena, dándole la espalda.

-Mi amor, hablemos.-me dijo levantándose y acercándose a mi.-¿Hice algo que te molestó?-agregó haciendo que lo mire.

-Me molesta que no te importe que no duerma en casa, y que no te de celos que salga cuando tranquilamente puedo estar con otro.-le expliqué.

-Claro que me importa donde dormís, es lo primero que te pregunté. Me preocupo por vos.-me aclaró.-Y lo de los celos creo que no me diste motivos para que me agarren, aparte confío en vos, tendría que ponerte bien eso.

-Igual, a veces está bueno que finjas sentir celos, al menos.-le dije sin mirarlo.-Pero no es lo único que me molesta y que me pone así.

-¿Qué más?-me preguntó, ya quedándose un poco sin paciencia.

-Que te vayas casi todas las noches, que nunca podamos tener nuestros momentos porque siempre tenes que salir corriendo.-le dije angustiada.

-Ay Emma, ese tema ya lo hablamos ochocientas veces. Y ya te lo expliqué.-me dijo alejándose y llevando el vaso que estaba en la mesa a la pileta.-Son reuniones de trabajo, es una responsabilidad, una obligación.

-Siempre, todas las noches.-le dije irónica.-Y son todos tan obsesivos del trabajo que los sábados a la noche también trabajan.

-Son negocios importantes, hay que ocuparse todo el tiempo.-me dijo.-Y ya me cansé de hablar siempre del mismo tema. ¿Qué estás buscando?-agregó viendo que seguía abriendo la alacena y la heladera.

-Estoy viendo que carajo hay para comer, no tuve tiempo de hacer las compras.-le dije enojada y me fui a la habitación.


Narra Santino:

Mi hermana me cocinó un pollo a la crema con papas mientras yo terminaba de leer unas cosas de la facultad. Luego bajé a la cocina y nos sentamos en la mesa.

-Espero que te guste.-me dijo sirviéndome.

-Cada vez cocinas mejor vos.-le dije probando la comida.

-¿Estás saliendo con Valeria?-me preguntó, luego de un silencio.

-No, para nada.-le respondí.-Fueron un par de chapes, nada más.

-¿Y Emma?-me preguntó con mirada traviesa.

-¿Emma qué?-le dije mirándola.

-¿Unos chapes? ¿Una noche?-se interesó.

-Ya te expliqué que no pasó nada con ella.-le respondí.-Hubo una tormenta, no la pude llevar a la casa, y la traje acá. Ella durmió en mi habitación, yo en el sillón. Eso.

-Supongamos que te creo...-acotó.-Igual vi con los ojitos con los que la mirabas. Te gusta.

-Bueno, no te voy a mentir. Me gusta.-le confesé.-Pero es complicado, se está por casar.

-¿No es muy joven para casarse?-me preguntó asombrada.

-Sí, la verdad que sí.-le dije mientras dejaba los cubiertos porque ya estaba satisfecho.-Pero el problema es que no es una relación que le haga bien, ni siquiera quiere tocar el tema del casamiento.

-Claro, es raro eso.-me dijo mientras tomaba agua.-¿Y vos que papel pensas jugar en toda esta historia?

La miré extrañado.

-Me refiero a que si vas a jugar el papel de amigo, el de psicólogo, el de futuro novio, el de amante tal vez...-me empezó a decir mientras yo la seguía mirando con la misma expresión.-¿Cuál tenías en mente?

Me reí, me causaba gracia su manera de decir las cosas. Y aunque a veces me daba ganas de matarla, otras me gustaba hablar con ella.

-No pretendo ocupar ningún papel específico. De hecho ella me sigue viendo como apenas un conocido.-le respondí después de un silencio.-A mí,en realidad, lo único que me importa es ayudarla y verla bien.

-Y si le sacas un par de besos y un poco de amor, mejor, ¿no?-acotó mientras levantaba los platos.

-Mejor hablemos de tus amores. Vení, sentate y contame.-le dije.

-Ni lo sueñes.-me dijo dándome la espalda y comenzando a lavar.

-Deja eso y hablemos de ese tal Leandro que te firma el Facebook.-le insistí.

-Tengo que terminar de lavar e irme a dormir para descansar bien para mañana.-se apuró a responder.

-Sí, hacete la que cambias de tema.-le dije levantandome de la mesa.-Me voy arriba, si queres deja todo como está y mañana lavo yo. Anda a descansar.-le dije saludándola.-Te quiero.


Narra Emma:

Me encontraba parada en la ventana de la habitación mirando el anochecer.

-Amor, no quiero que peleemos.-me dijo Benjamín acercándose y agarrándome por detrás.-¿Queres que pidamos delivery?

-Bueno, decime que queres y llamo.-le dije soltándome y corriéndome de la ventana.

-Llamo yo, no te preocupes.-me dijo.-Te prometo que voy a intentar no irme tanto de noche.-agregó mirándome.

-Nunca cumplís.-le dije mirándolo.-Y yo quiero saber si va a ser siempre así, porque cuando tengamos hijos por ejemplo, ¿cómo vamos a ser?

-A nuestros hijos nunca les va a faltar nada.-se limitó a responder.

-No hablo de lo material.-acoté molesta.-Hablo de que quiero para mis hijos un padre presente y que me ayude.

-Voy a estar, tanto para vos como para nuestros futuros hijos.-me dijo sin mirarme.-Llamo al delivery.-agregó agarrando el teléfono.


Narra Santino:

Ya acostado en la cama, intentando conciliar el sueño, me vinieron imágenes de Emma a la mente. Sabía que no era bueno involucrarme con una mujer que se estaba por casar, pero no podía evitar sentir tantas cosas cuando la miraba a los ojos y la tenía cerca.



Twitter: @janetroseblog

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