Narra Emma:
Este momento lo
había soñado muchas veces. Pero lo que ocurrió cuando ingresé a la Iglesia no
me lo esperaba. Todas las personas presentes estaban con rostros preocupados y
en el altar no se encontraba el novio.
No entendía que
estaba ocurriendo. Quería que alguien me explicara donde estaba Benjamín.
Deseaba que me aseguraran que no me había dejado plantada. No, no me podía
estar pasando esto.
Se escuchaba un
murmullo constante por todos los sectores pero nadie era preciso. Nadie sabía
nada.
Tragué saliva y
lo miré a mi padre, quien se soltó de mí y avanzó para ir averiguar. Mi mejor
amiga y Bruno se acercaron.
-¿Se sabe algo de
Benjamín?-pregunté nerviosa.-Ya tendría que estar acá hace un montón.-dije
mirando el reloj.
Se miraron entre
ellos y luego me miraron.
-¿Me dejó
plantada?-pregunté confundida.-Me dejó plantada.-afirmé abrazando a Tania.
-Tranquila, va a
estar todo bien.-me respondió abrazándome.
Narra Santino:
Estaba en la cama
tratando de dormirme pero no podía conciliar el sueño. Seguramente Emma ya
había dado el "Sí" y en poco tiempo estarían todos festejando.
Narra Emma:
Esperamos y
esperamos. Miles de llamadas y no fue capaz de contestar una. El casamiento se
canceló.
-¿Y si le pasó
algo?-preguntó Bruno.
-Yerba mala nunca
muere.-bromeó una de mis amigas y no le contesté para no insultarla.
El lugar de
repente se convirtió en un chismerío. Yo sólo quería desaparecer. Estaba llena
de bronca, indignación, tristeza. Observé a todas las personas conversando
sobre la "fuga del marido" y salí corriendo.
Narra Santino:
Luego de dar
muchas vueltas en la cama sin poder dormir, agarré la guitarra. Comencé a tocar
unos acordes mientras mi mente viajaba. Ya no quería pensar en Emma, ella ya tenía
dueño.
Narra Emma:
Sentada en un
banco de una plaza con la cara llena de lágrimas y todo el maquillaje corrido.
Tania se acercó a pasos ligeros.
-Ay amiga, no te
puedo ver así.-me comentó.-Mírale el lado positivo.
Alcé las cejas y
mi cara se desencajó.
-¿Vos me estás
cargando?-la ataqué.-Me acaban de dejar plantada con el vestido de novia y el
ramo de flores como una pelotuda. ¿De qué lado positivo me estás hablando?
Sabía que no me
la tenía que agarrar con ella. No tenía nada que ver. Pero la situación me
sacaba de eje.
-Perdón.-le
dije.-No es con vos.-agregué y suspiré.
-Ahora no lo vas
a poder ver, estás con mucha bronca y dolida. Y es entendible.-me dijo.-Pero te
hizo un favor, si te casabas te ibas a arrepentir.
Me quedé callada.
-Emma, ustedes no
se aman.-soltó y me hizo sentir peor.
Me recorrió una
bronca inexplicable. Me podía llegar a esperar cualquier cosa de Benjamín, pero
esto no.
-Lo voy a
encontrar y lo voy a matar.-acoté con bronca y frené un taxi para irme.
Narra Santino:
Desperté con la
noticia que no hubo casamiento. No me dieron muchos detalles en el mensaje así
que no entendía mucho lo que había pasado. La persona que me había informado
estaba por venir a mi departamento. No fue Bruno. Fue Josefina.
Narra Emma:
Seguía sin
rastros de aquella persona que me había propuesto casamiento. Esa que cuando le
respondí que sí quería convertirme en su mujer me aseguró hacerme feliz. No se
sí su objetivo era hacerme infeliz, pero eso lograba, siempre.
Narra Santino:
Me encontraba
sentado con Josefina en el sillón del living. Me contó bien lo de Emma.
-¿En serio la
dejó plantada en el altar?-le pregunté sin poder creerlo.-Pero es un hijo de
puta.-agregué insultándolo.
-Sí. La verdad
que no se lo merecía.-me dijo.-Y fue algo que nos sorprendió a todos.
-¿Y Emma cómo
está?-pregunté preocupado.
-Está mal. Debe
ser horrible que te hagan eso.-me contestó.-Está con mucha bronca.
-Y no es para
menos.-acoté.
Narra Emma:
Luego de varias
horas Benjamín se dignó a aparecer. Entró a la casa sin saber como disculparse.
Se acercó a la cocina donde me encontraba yo.
-El novio
fugitivo se dignó a dar la cara.-comenté.
-Estuve horrible,
lo sé.-me dijo.-Pero tengo una explicación.
-¿Qué excusa vas
a inventar ahora?-le pregunté.-¿O me vas a decir que tuviste una reunión de
negocios el día de tu casamiento?
Ya me estaba
empezando a alterar y eso generaba que se altere un poco él.
-Tuve un
imprevisto y...-me empezó a decir.
-¿Cuál?-lo
interrumpí ya sin creerle nada.
-No importa cual,
pero se me complicó y no pude llegar.-me explicó.-Perdóname. Te juro que ahora
arreglo todo y consigo otra fecha.
-¿Para volverme a
hacer lo mismo?-seguí atacándolo.
No dijo nada y se
sirvió un vaso de whisky.
-¿Vos sos
consciente de lo que hiciste?-le dije con bronca.-Me dejaste plantada el día de
nuestro casamiento, me humillaste delante de todos.
Empezó a tomarse
el vaso todo de golpe. Y luego se sirvió más.
-Benjamín yo...yo
soñaba con ese día, era algo lindo que deseaba desde chiquita.-le dije con lágrimas
en los ojos.-Y lo arruinaste. No te das una idea lo mierda que me hiciste.
Siguió tomando.
-Si no te querías
casar me lo decías y mandábamos todo al pasto. Pero no hacía falta que me
hicieras esto.-le dije.-No tenías derecho.
-Te haces la
víctima y te recuerdo que hasta un día antes no te querías casar.-se
defendió.-Y aceptaste casi amenazada.
-Eso es lo que
menos entiendo.-le dije.-Insististe para casarnos y después me dejaste
plantada...
-Iba a ir Emma.
Ya te lo dije.-me dijo un poco sacado mientras se servía más alcohol y se
sacaba la corbata que tenía puesta.-Tuve un imprevisto y no pude.
-¿Qué imprevisto,
Benjamín?-le grité sacada.-¿Acostarte con tu amante?
-Cómo me molestas
con ese tema.-dijo sacado.
Negué con la
cabeza y me dirigí a la habitación. No podía entender como seguía justificando
su error en vez de asumirlo y hacerse cargo. Un imprevisto. ¿Qué imprevisto
podes tener el día de tu casamiento?
Vino detrás de mi
luego de tomarse otro vaso de whisky.
-¿Queres saber si
te amo?-preguntó elevando la voz y en un estado alterado.-No, no te amo y nunca
te amé.
Me quedé
paralizada ante su ataque de sinceridad.
-¿Queres saber si
tengo una amante?-siguió gritando mientras se sacaba bruscamente la camisa.-Sí,
tengo y me escapo casi todas las noches para tener sexo con ella.
Me quedé dura
como una piedra y mi rostro de a poco se empapó de lágrimas.
-¿Te preocupa
saber si sos la primera o la segunda?-siguió diciendo con un tono de voz alto
mientras caminaba de un lado a otro.-Sos la primera.
No sé si era
bueno o malo ser la primera. A veces la amante se volvía más importante que la
pareja formal.
-¿Te interesa
saber si a ella la amo?-continuó y cada vez elevaba más la voz y parecía más
alterado.-No la amo, es puro contacto físico.
Seguía inmóvil y
ya la situación me empezaba a asustar. Quería que se callara y que se calmara.
-Y ahora si
queres anda y contale todo al infeliz de tu padre.-me dijo mirándome fijo y su
mirada me daba escalofríos.-Te va a doler ver como me cree a mí en vez de a
vos. ¿Y sabes por qué?
-Basta
Benjamín.-le pedí entre llanto.-Por favor.
-Porque quería un
hijo varón y no una hija boba como vos.-escupió con odio.
No estaba bien de
la cabeza este hombre. No podía entender como había sido tan ciega y me había
fijado en él. Como pude no haberme dado cuenta de nada.
Twitter: @janetroseblog
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